Problemas De Aprendizaje

PROBLEMAS DE APRENDIZAJE

Muchos niños presentan problemas de aprendizaje específicos que entorpecen su escolaridad. La mayoría jamás son identificados o diagnosticados correctamente. Pasan la mayor parte de sus años escolares sintiéndose mal y fracasados.

Los problemas de aprendizaje son obstáculos que impiden el aprendizaje sistemático escolar. No son una enfermedad. Al parecer son consecuencia de una organización cerebral diferente, pero no necesariamente deficiente. Los niños con problemas de aprendizaje no responden a los métodos de enseñanza tradicional, pero sí aprenden con otros métodos y a otro ritmo.

La definición de problema de aprendizaje implica una debilidad (leve, moderada o severa) en un área cognoscitiva, los cual entorpece el aprendizaje normal. El niño con esta dificultad suele tener una inteligencia normal o superior a la normal.

POSIBLES CAUSAS

Los niños prematuros, el bajo peso al nacer, la incompatibilidad sanguínea, la anoxia o cualquier lesión física puede alterar la capacidad de un niño para aprender.

Otra posible causa es la genética. Así como se heredan los talentos artísticos y las aptitudes, también parece existir un factor hereditario con respecto a las características del aprendizaje. También existen factores ambientales facilitadores de las dificultades del aprendizaje.

Hoy día un problema de aprendizaje se puede identificar desde muy temprana edad. El pronóstico de éxito escolar se eleva considerablemente si se diagnóstica temprano. Un síntoma inequívoco es el hecho de que cualquier área del desarrollo se adelanta a la motora. La motricidad es un área bandera en los primeros tres años de vida, y por eso el niño que habla mucho pero se mueve poco es altamente vulnerable. Sin embargo, también es vulnerable aquel que se mueve mucho o habla poco o muy mal. Otro síntoma o señal de alerta para un posible problema de aprendizaje es la dificultad para reconocer los colores en niños de edad preescolar, a pesar de que hayan recibido la estimulación adecuada.

SÍNTOMAS O SEÑALES DE ALERTA

• El niño es muy inquieto. Se mueve mucho físicamente.

• Es disperso. No puede concentrarse.

• No sigue instrucciones. Se le dificulta seguir instrucciones correctamente.

• Es impulsivo. Trabaja rápidamente e impulsivamente y no termina, y/o comete errores.

• Es lento. Trabaja lentamente y no termina.

• Lee mal. Invierte o se salta letras y palabras.

• Tiene deficiencias en el lenguaje. Tiene un vocabulario pobre.

• Tiene un déficit motriz. Tiene algún déficit en la motricidad gruesa o en la fina.

• Se le dificulta mucho el concepto matemático en general.

• Es errático. Unos días puede hacer algo y otros no.

• Se cansa más rápido que los demás.

Uno solo de estos síntomas no necesariamente quiere decir nada, dos o más si ameritan una investigación.

1. DISLEXIA

La dislexia o dificultad para leer es un problema para muchos. Una de cada diez personas puede sufrir de dislexia en grado menor o mayor. El grado menor implica una pequeña dificultada para leer y más que nada para comprender lo leído. El grado mayor significa un tropiezo serio en la escolaridad porque el estudiante puede leer muy mal o no hacerlo del todo. Por lo general el niño disléxico es muy inteligente y tiene talentos importantes en áreas como matemáticas, arte, ciencias o música. Estos talentos muchas veces no son reconocidos porque quedan ocultos tras el fracaso escolar.

La dislexia es uno de los muchos problemas de aprendizaje que puede presentar un niño, pero tal vez es el que más áreas invade. Afecta la capacidad de leer, de escribir, de deletrear y, en algunas ocasiones, viene asociada con problemas de articulación.

La dislexia es un desorden del hemisferio izquierdo, que ocurre en el área del lenguaje, que tiene que ver con la dificultada para percibir secuencias auditivas y afecta también la memoria de símbolos, en este caso, la memoria de palabras. El niño disléxico real tiene problemas para acordarse del nombre de las cosas. Precisamente, uno de los primeros síntomas de dislexia es la demora en la adquisición del lenguaje. Otros síntomas son hablar mal e invertir las sílabas, y olvidarse de las palabras, especialmente de los nombres

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