Problemas De Salud Mental En Estudiantes De La Universidad De Concepción
MBrendita1 de Febrero de 2014
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TERAPIA PSICOLÓGICA 2007, Vol. 25, N°2, 105-112
ARTÍCULOS ORIGINALES
Problemas de Salud Mental en Estudiantes de la Universidad de Concepción*
Mental Health Problems in Students from the University of Concepción
Félix Cova Solar, Walter Alvial S., Macarena Aro D., Ana Bonifetti D., Marilyn Hernández M., Claudio Rodríguez C.
Universidad de Concepción, Chile
Dirección para correspondencia
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Resumen
El propósito de este estudio fue dimensionar la frecuencia de problemáticas de salud mental en una muestra representativa de estudiantes de la Universidad de Concepción. A través de un muestreo por conglomerado, se evaluaron 632 estudiantes de la mayoría de las Facultades de la Universidad. Se encontró un 23.4% de síndrome ansioso y 16.4% de síndrome depresivo. La presencia de sintomatología ligada al estrés académico fue una de las problemáticas observadas más frecuentes. Se observaron cifras preocupantes relacionadas con el deseo de muerte e ideación suicida. La importancia de fortalecer estrategias tanto a nivel preventivo como clínico que permitan responder de mejor forma a estas problemáticas es una de las conclusiones que se derivan de estos resultados.
Palabras claves: Estudiantes universitarios, salud mental, ansiedad, depresión
Abstract
This study aims at assessing the frequency of mental health problems in a representative sample of students from the University of Concepción. A representative group of 632 students from most faculties were selected. The results showed that 16.4% of the students showed Anxiety Syndrome and 23.4% showed Depression. The symptoms associated to academic stress were the most frequently reported problems. An alarming percentage of students showed death and suicidal desires. One of the conclusions of the study focuses on the importance of reinforcing strategies at the prevention and clinical levels.
Key words: Undergraduate students, mental health, depression, anxiety.
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Introducción
La población de estudiantes universitarios ha atraído progresivamente la atención de clínicos e investigadores del campo de la salud mental (Fritsch et al., 2006). Pese a constituir una élite en términos sociales, es frecuente que los jóvenes universitarios presenten distintas dificultades que afecten su bienestar y les impidan una adaptación apropiada. El presente estudio hace una estimación de la magnitud de diversas problemáticas de salud mental en una muestra representativa de estudiantes de pregrado de la Universidad de Concepción.
En términos del momento del ciclo vital en que se encuentran, la mayoría de los estudiantes universitarios de pregrado están cursando la adolescencia tardía. En la adolescencia tienden a emerger con particular intensidad algunos problemas de salud mental que no se presentan con tanta frecuencia en etapas previas, como los trastornos del estado de ánimo y ansiosos (Harrington, 2002). También en la adolescencia se acentúan conductas de riesgo como el consumo abusivo y la dependencia a sustancias y conductas "antisociales", se consolidan patrones desadaptativos como los trastornos de personalidad y existe una mayor vulnerabilidad al desarrollo de trastornos alimentarios (Florenzano, 2005). También algunas formas de psicosis, como la esquizofrenia, tienden a irrumpir en este momento delavida(Obiols, 1996).
Algunos investigadores han intentado identificar los factores más característicos y frecuentes de la vida universitaria que contribuyen al desarrollo de problemas de salud mental en los estudiantes. El interés se ha centrado en identificar qué tan a menudo y con qué intensidad los jóvenes se sienten estresados, y en reconocer cuáles son considerados por ellos mismos sus principales estresores. Mohd (2003), en un estudio realizado en una Universidad de Malasia, encontró que los principales factores que se asocian a la presencia de trastornos emocionales en estudiantes universitarios fueron: sentirse bajo presión por los exámenes, falta de apoyo familiar y experimentar presión por parte de sus profesores. Andrews y Wilding (2004) encuentran que los principales estresores ligados con sintomatología depresiva y ansiosa en estudiantes universitarios ingleses son las dificultades económicas y relaciónales.
Las exigencias académicas, ostensiblemente más acentuadas que las enfrentadas en la vida escolar, son reconocidas en diversos estudios, por los propios jóvenes, como uno de los factores que más los estresan, particularmente, la presión de los exámenes (Millings & Mahmood, 1999). Un factor a tener presente es que la presión académica propia de la vida universitaria se da a partir de un cambio considerable en relación al sistema de enseñanza escolar, en el que los jóvenes son mucho menos autónomos (Rioseco, Valdivia, Vicente, Vielma & Jerez, 1996).
La relación entre estrés académico y problemas emocionales no es unidireccional, sin embargo: los jóvenes que tienen problemáticas previas de salud mental son los más afectados por estos estresores (Al Nakeeb, Alcázar, Fernandez, Malagón & Molina, 2004). Por lo demás, un cierto grado de estrés no es negativo, sino que se ha observado que es positivo para el rendimiento (Andrews & Wilding, 2004). Los propios jóvenes señalan que la relajación excesiva puede ser una espada de doble filo para sus expectativas de logro académico (Huaquín & Loaiza, 2004).
Un estudio realizado en Chile, en la Universidad de los Andes, en una muestra de estudiantes de Odontología, Enfermería, Psicología, así como de primero a séptimo año de Medicina, mostró un nivel de prevalencia de estrés académico percibido de 36,3%, mayor en mujeres que en hombres. Medicina aparece como la carrera con mayores niveles de estrés, los que son acentuadamente más altos en los primeros años respecto de los últimos (Marty, Lavín, Figueroa, Larraín & Cruz, 2005). La mayor prevalencia de estrés y de trastornos emocionales en estudiantes de Medicina ha sido señalada como un tema de preocupación por diversos investigadores en distintos países, si bien los datos no son siempre concordantes al respecto (Galli, Feijoo & Roig, 2002; Hidalgo, Cendali, Cerutti, Cuenca & Kappaun, 2004; Guavita & Sanabria, 2006; Pallavicini, Venegas & Romo, 1988; Perales, Sogi & Morales, 2003).
La mayoría de las investigaciones centradas específicamente en la salud mental de los estudiantes universitarios se han focalizado en estudiar la presencia de síntomas emocionales, particularmente de sintomatología ansiosa y, especialmente, depresiva. Un estudio reciente, en una muestra amplia de estudiantes de la Universidad de Chile, mostró que un 34,8% de ellos mostraba los signos inespe-cíficos de malestar emocional que mide el GHQ (Fritsch et al., 2006). Andrews y Wilding (2004) investigaron si la ansiedad y la depresión aumentan después de la entrada a la universidad en 351 estudiantes de Reino Unido. Estos completaron cuestionarios un mes antes de entrar a la universidad y a mediados del primer año de pregrado. Los resultados mostraron que el 9% de los estudiantes sin síntomas previos se tornaron depresivos a mediados de año, y el 20% se tornó ansioso en un nivel clínico significativo. La ausencia de un grupo control impide atribuir ese incremento exclusivamente al ingreso a la Universidad, pero el alto incremento es sugerente.
Las diferencias metodológicas entre los estudios de sintomatología depresiva en estudiantes universitarios dificultan la comparación entre las investigaciones. Una revisión de los principales estudios que han empleado el BDI-II en estudiantes universitarios en Europa y Estados Unidos muestra cifras que oscilan entre un 5,2% enNoruega a un 21% en USA (Sanz, Navarro & Vázquez, 2003). Es necesario destacar que estas cifras corresponden a sintomatología calificada de moderada o grave (puntaje de corte superiora 19). En países no desarrollados la investigación al respecto es menor. Una investigación realizada en la Pontificia Universidad Javeriana de Cali encontró una prevalencia de 30,3% de sintomatología depresiva, utilizando el BDI (Arrivillaga, Cortés, Goicochea & Lozano, 2004). Ovuga, Boardman y Wasserman (2006) encontraron un índice de depresión del 16,2% entre los estudiantes de la Makerere University, en Uganda, utilizando el BDI-I.
La medición de la ansiedad presenta especiales dificultades dado que se trata de manifestaciones multicomponentes que se presentan de diferentes formas en distintas situaciones, con la complejidad añadida de no ser claros los criterios para distinguir entre ansiedad normal y patológica. Los estudios que ha empleado el Beck Anxiety Inventory para evaluar sintomatología ansiosa en estudiantes universitarios (en países desarrollados) muestran que el promedio de síntomas oscila en un rango 5,4% a 13,4% (Sanz, Navarro & Vásquez, 2003).
En Chile, Rioseco et al. (1996) realizaron un estudio en la Universidad de Concepción con una muestra de 291 estudiantes, a quienes se les aplicó un instrumento general de autoinforme de síntomas emocionales (SRQ modificado). Auna submuestra se le aplicó además la entrevista CIDI, la que permite evaluar la presencia no sólo de sintomatología sino hacer diagnóstico de trastornos específicos de salud mental. Utilizando un puntaje de 5 en el SRQ, identificaron que un 53% de los estudiantes tenía una alta probabilidad de presentar un trastorno ansioso-depresivo. Esta cifra duplicaba la que este equipo de investigadores encontró en la población general. La presencia de sintomatología era mucho más acentuada
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