Profundizacion Psicologia Comunitaria

Nadie puede negar la importancia de la ciudadanía para un país y su soberanía; y dada su importancia, ésta tiene el derecho y deber de construir de forma informada y colectiva el orden social que le parezca más atractivo y/o conveniente. Éste derecho, como lo menciona Salazar (2009) es la más trascendental tarea histórica de los ciudadanos de una nación.

Y aunque las organizaciones sociales de diferentes estamentos poco a poco han logrado hacerse escuchar por el grupo más alto de la pirámide social, es necesario que cada ciudadano comprenda su importancia, derecho y deber en la construcción y reconstitución de un nuevo orden social, uno en el que cada persona de éste país en su calidad de ciudadano decida, se organice y acuerde cuál es el Estado que desea y qué lineamientos y leyes regirán su manera de vivir.

Es en éste punto, en el necesario proceso de concientización crítica del ciudadano chileno y en su progresiva apropiación de la realidad que desean, que la psicología comunitaria, y por ende el psicólogo comunitario cobra real importancia, teniendo mucho que decir y hacer. ¿Por qué? Porque es ésta, la que posee todos aquellos fundamentos y reglas necesarias para lograr cambios profundos y necesarios en nuestra sociedad, y por ende, se hace sumamente necesario que la psicología social comunitaria tome mayor parte dentro de los grupos sociales, del orden social, impulsando así un proceso masivo de concientización en los ciudadanos de nuestro país.

Esto, ya que, es precisamente la tarea de ejercer soberanía, la más importante labor de un ciudadano, la que ha sido negada y renegada por más de doscientos años de historia de ésta nación, en el que la oligarquía se ha apropiado del derecho de todo ciudadano y se ha ocupado de mantener un orden social que sea más conveniente para sí, sin dejar de ser relevante mencionar, que éste grupo está conformado por una muy reducida minoría. En las tres constituciones que se han redactado y puesto en práctica en Chile, la oligarquía chilena ha negado la soberanía popular, “permitiendo” de mala gana y de forma paulatina a través de los años que los ciudadanos puedan defender sus opiniones y derechos apenas mediante marchas o en el mejor de los casos, mesas de conversación que muy pocas veces traen consigo los resultados realmente necesarios y esperados.

Se hace imperante entonces, aquella acción intencional del desarrollo de la conciencia crítica que plantea Zonta (2005), que permita al individuo percibirse así mismo en el mundo, a las formas en que las determinaciones son producidas en una sociedad que impide la igualdad de derechos y oportunidades, aquella que considera además las dimensiones histórica y contextual en la construcción de la subjetividad del individuo y que es una forma de influencia desde y con las comunidades en situación de desventaja en cualquier dimensión que afecte la calidad de vida de las personas, y que busca que éstas desarrollen y refuercen competencias que le permitan ejercer su ciudadanía en condiciones justas y equitativas así como lo menciona Wiesenfeld (2014) .

Esta acción recientemente descrita es la denominada Psicología social comunitaria, y tal como es planteada por los autores parece ser el puntapié inicial que nuestra sociedad necesita para avanzar a un desarrollo en el que todos y todas tomen parte, en el que las decisiones sean tomadas heterogéneamente considerando las miradas y necesidades del ciudadano padre, madre, estudiante, trabajador, jefe o jefa de hogar y anciano.

Y es que si bien, la psicología social comunitaria ha avanzado en su llegada a diferentes sectores de nuestra sociedad, es necesario que sus fundamentos se expandan de tal manera que cada vez un mayor número de personas desarrolle una visión crítica de la realidad en la que están inmersas, que su influencia llegue a involucrarse en la creación y desarrollo de una nueva forma de hacer

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