Psicopatologia De La Infancia

A lo largo del presente trabajo se ha intentando llevar a cabo una aproximación a la Función del Psicólogo en el proceso de Evaluación Psicológica en todos los Ámbitos. El criterio rector del mismo ha sido focalizar en la responsabilidad que supone para las tres partes implicadas en el proceso, una evaluación de ésta índole, siendo por eso que en el intento

de búsqueda de un marco común y una unidad de criterio se han tocado los temas que colaborarían a allanar el camino en el ejercicio profesional. El psicólogo, en tanto agente de salud, debe poder llevar a cabo un trabajo lo más completo posible, respetando los pasos que el proceso supone, y atendiendo no sólo a los datos numéricos que surgen en la administración, sino que también escuchando y siempre respetando la subjetividad del evaluado. La modalidad que asuma el evaluador será clave tanto para que podamos oír esa subjetividad, como así también para que esa subjetividad se quiera hacer oír y conocer. No existen modelos definitivos a los cuales adherirse, sino que cada una de las técnicas administradas adhiere a un modelo, que el psicólogo debe conocer. Éste último debe poder planificar la evaluación priorizando las garantías científicas y éticas correspondientes a su quehacer.

Las hipótesis surgidas en el proceso deben ser relativizadas ante todo por el psicólogo evaluador, quien sabe que es poco el tiempo con el que se cuenta para evaluar en estos ámbitos, siendo por eso que todos los juicios diagnósticos que se puedan emitir en base a tan solo 2 instancias de administración, son una primera aproximación del sujeto como trabajador. Se hace hincapié en la responsabilidad del profesional a la hora de poder transmitir a las corporaciones o cliente la complejidad del trabajo a realizar, lo que supone un tiempo que necesitamos tomar, aunque sea en contra de las urgencias organizacionales cotidianas. Si se cayera en algún tipo de error en la toma de decisiones que haga el profesional.

Al decir de Etel Kacero “Lo ético sería saber no sólo que debo cuidarlo como sujeto sino advertir que el otro me deja un lugar de sujeto. El proceso de

evaluación es también un acontecimiento, en tanto que muchas veces surgen cuestiones que solo allí se pueden producir, pudiendo llegar a sorprenderse el sujeto de sí mismo. “Como proceso podemos pensar en una co-producción, con otro que participa en ese juego vincular, acotado en el tiempo, en un hecho singular “Estos ecos, producto del encuentro, son la manifestación de esa especie de terceridad que se crea en la relación. El efecto de presencia del evaluador hace que algo se construya allí mismo (…) Esto que pasa debe ser tenido en cuenta: no solo los resultados de los test (…) la dimensión vincular, acontencial, actual y actualizante, puede ser decisiva para el sujeto como iluminadora para nosotros al permitirnos tener la oportunidad de observar cuales circunstancias, cuales modalidades vinculares, pueden ser favorecedoras (…) de surgimiento de mayor flexibilidad. Así el cuidado de él es a la vez de mí…si es que conseguimos continuar con una práctica en la que los dos sigamos siendo humanos... “Y para eso, la responsabilidad que asumamos al realizar las evaluaciones, es clave.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Fernández-Ballesteros, R. (1980) Psicodiagnóstico, concepto y metodología. Kapelusz. Buenos Aires Fernández-Ballesteros, R. (1996) Introducción a la evaluación psicológica. Ediciones Pirámide. Madrid Forns, M; Kircher

Modulo de la UNAD de PSICODIAGNOSTICO DE LAS FUNCIONES COGNOSCITIVAS

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