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Psiologia Clinica y Psiquiatria


Enviado por   •  7 de Mayo de 2020  •  Reseñas  •  3.020 Palabras (13 Páginas)  •  172 Visitas

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  1. Título y Autor:

Psicología clínica y psiquiatría

              Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos

  1. Tema:

Como tema central muestra como se ha ido conformando la Psicología Clínica dentro del área de la Psicología, así como, resaltar las diferencias y similitudes que comparte con la Psiquiatría, al mismo tiempo que va definiendo el término ¨trastorno psicológico o mental¨ haciendo énfasis que no se encuentra dentro del concepto de enfermedad.

  1. Ideas principales:
  • Definir a la Psicología como la ciencia que se define por el estudio del comportamiento en todas sus manifestaciones y contextos.
  • El origen de la Psicología como ciencia para poder llegar al reconocimiento de la Psicología Clínica como una rama de esta.
  • Definir a la Psicología Clínica como campo de especialización de la Psicología que aplica los conocimientos y técnicas de ésta al estudio del comportamiento anómalo, aquél que supone algún trastorno para la propia persona y/o para otros.
  • El objeto de estudio de la Psicología Clínica como el de la Psiquiatría son los trastornos mentales o psicológicos.
  • Enfatizar que los trastornos mentales no son enfermedades.
  • Redefinir a la Psicopatología como la ciencia que estudia la conducta anormal y de los trastornos mentales, siendo así la base de la Psiquiatría y de la Psicología Clínica.
  • Se destacan las diferencias existentes entre los psiquiatras y psicólogos clínicos, reconociendo la necesidad de una actuación terapéutica interdisciplinaria.

  1. Resumen:

ORÍGENES DE LA PSICOLOGÍA

Definición de la Psicología

La Psicología es una ciencia que se define por el estudio del comportamiento en todas sus manifestaciones y contextos. El comportamiento tiene una variedad de formas o manifestaciones que incluyen la actividad mental, la respuesta psicofisiológica, la reacción emocional, el decir y el hacer propiamente.

La Psicología se interesa tanto en el comportamiento normal como en el anómalo, aquel que implica algún trastorno o desorden sea para la propia persona o sea en relación con los demás.

Historia e institucionalización científica de la Psicología

A finales del siglo XIX, surgen las distintas ciencias humanas o ciencias sociales, entre ellas la Psicología, junto con la Antropología, Sociología y Economía. Se ha de añadir que en esta época es también cuando surge la Psiquiatría, a pesar de la larga historia de la Medicina.

Las condiciones históricas que han dado lugar a este surgimiento son varios pero parecen confluir en el interés e importancia que alcanza ahora el ser humano, la persona o el sujeto, como objeto de conocimiento y, en su caso, de cara a alguna posible mejora tanto de los individuos como de la sociedad. Estas ciencias, y muy característicamente la Psicología, tienen una doble vocación, por un lado, constituir un conocimiento básico, de carácter empírico y experimental, y, por otro, ofrecer un conocimiento aplicado que sirva a la mejora práctica de los asuntos humanos.

En 1879, Wilhelm Wundt funda en la Universidad de Leipzig el primer laboratorio de Psicología.

Por su parte, William James en EEUU, quien ya disponía de un laboratorio de Psicología en 1875, escribió en 1890 el primer tratado sobre los Principios de la Psicología. Se cita a Francia Galton en Inglaterra por su estudio empírico de las diferencias individuales, con su primer centro para la medida psicológica en 1885, y a Théodule Ribot en Francia, alma mater del primer Congreso de Psicología Experimental en 1889. Se recordaría también la fundación de la American Psychological Association en 1892, así como el de la revista Psychological Review.

Aunque especialidad médica, la Psiquiatría no deja de estar influida por el Zeitgeist que dio lugar a las ciencias humanas, pues no es en vano que la Psiquiatría se presente a menudo como la mas humana de las especialidades médicas.

Ámbitos Profesionales de la Psicología

Si bien el conocimiento básico es uno, la aplicación social es diversa, en función de la variedad de contextos en los que la Psicología fue requerida. La Psicología aplicada ha ido definiendo distintos campos profesionales, entre los cuales figuran como perfiles tradicionales la Psicología del Trabajo y de las Organizaciones, la Psicología de la Educación y la Psicología Clínica, entre otros.

Esto quiere decir que la formación básica del psicólogo es amplia y sólida como para que pivoten sobre ella distintas actuaciones profesionales. Asimismo, el psicólogo clínico integra conocimientos de diversos ámbitos, con los que siempre tienen que ver, de alguna manera, los trastornos psicológicos.

La UNESCO contempla la Psicología en el campo científico 61. La OIT en su Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones afirma que: ¨Los psicólogos investigan y estudian los procesos mentales y del comportamiento de los seres humanos, individualmente o como miembros de grupos o sociedades, y asesoran sobre estos conocimientos o los aplican a fin de promover la adaptación y desarrollo tanto individual como social, educativo o profesional de las personas.

ORÍGENES DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA CON

REFERENCIA A LA PSIQUIATRÍA

Definición de Psicología Clínica

La Psicología Clínica es un campo de especialización de la Psicología que aplica los conocimientos y técnicas de ésta al estudio del comportamiento anómalo, aquél que supone algún trastorno para la propia persona y/o para otros. El estudio del comportamiento por parte de la Psicología Clínica se interesa principalmente en establecer un psicodiagnóstico, cara a identificar el trastorno, en analizar la condición psicopatológica, cara a una explicación, y en llevar a cabo un tratamiento, cara a remediar

el problema y, en su caso, prevenirlo.

La Psicología Clínica, aun dentro de la Psicología, dispone de sus propios métodos, modelos y procedimientos, en particular, métodos psicodiagnósticos, modelos psicopatológicos y procedimientos psicoterapéuticos.

La Enciclopedia Británica define las actividades del psicólogo bajo 3 epígrafes: “Evaluación (incluyendo Diagnóstico), Tratamiento e Investigación. Respecto a la Evaluación los psicólogos clínicos aplican e interpretan tests psicológicos tanto con fines de evaluar la inteligencia y otras capacidades o bien con el propósito de esclarecer las características mentales que sirven de base para realizar el diagnóstico de un trastorno mental específico. La entrevista, en la que los psicólogos preguntan e interactúan con un paciente, es otra herramienta diagnóstica estándar. Para fines de Tratamiento, el psicólogo clínico puede usar una amplia variedad de formas de psicoterapia, aunque recientemente existe la tendencia hacia a un enfoque ecléctico, mediante una combinación de técnicas adaptadas a cada caso. Los psicólogos clínicos pueden especializarse en Terapia de Conducta, Terapia

Grupal, Terapia Familiar, Psicoanálisis y otras. La Investigación es un importante campo para algunos psicólogos

clínicos en su formación para hacer estudios experimentales y para el uso de las técnicas estadísticas. De este modo, los psicólogos clínicos son miembros fundamentales en proyectos de investigación realizados en el ámbito de la Salud Mental”.

Tanto uno como otro, el diagnóstico, la psicopatología, el tratamiento y la institucionalización profesional, se han ido desarrollando al hilo y en interacción con la Psicología.

Fundación de la Psicología Clínica

Si hubiera que dar una fecha de bautizo de la Psicología Clínica ésta sería 1896, cuando Lighner Witmer fundara en la Universidad de Pennsylvania la primera clínica con el nombre precisamente de ´psicología clínica´.

El papel terapéutico propuesto por Witmer es muy similar al papel del terapeuta de conducta de hoy día (una de las principales orientaciones de la Psicología Clínica). La clínica terminó por desarrollar lo que su fundador denominara ´método clínico´, una suerte de formación de los estudiantes en psicodiagnóstico y aplicación terapéutica (ofrecida por la Universidad de Pennsylvania en 1904-1905). Witmer sería también fundador en 1907 de la primera revista de Psicología Clínica (The Psychological Clinic). La fecha de 1896 es significativa también por ser el año en el que Sigmund Freud pusiera el nombre ´psicoanálisis´ a su propio método clínico.

Desarrollo de la Psicología Clínica hasta 1940

En los primeros años del siglo XX las innovaciones psicodiagnósticas debidas a las pruebas para la medida de la inteligencia desarrolladas por Alfred Binet, dando lugar a las célebres escalas Binet-Simon y Stanford-Binet. Luego vendrían las escalas debidas a Arnold Gesel y a David Wechsler. Tampoco puede faltar aquí la referencia a Charles Spearman y Edward L. Thorndike, al hablar de la medida de la inteligencia. En esta misma línea de desarrollo de pruebas psicodiagnósticas.

A pesar de que ambos fundadores de la Psicología Clínica (Witmer y Freud) incluían el tratamiento como una de sus principales funciones, lo cierto es que el psicodiagnóstico, así como la investigación, fueron las mayores señas de identidad del psicólogo clínico en estos primeros tiempos.

Las técnicas psicoterapéuticas estaban disponibles desde los años veinte (si bien no sería hasta los años cincuenta cuando alcanzaran su importancia, con la terapia de conducta).

Es interesante señalar a este respecto, la separación del psicoanálisis de la medicina y, por tanto de la psiquiatría, defendida por el propio Freud en 1927. Viene a decir Freud, contra la tendencia en EEUU, que el psicoanálisis es parte de la Psicología y no de la Medicina.

A finales de los años treinta, aparecen los primeros programas de formación de postgrado para psicólogos clínicos (en las universidades de Columbia y de Boston). La Psicología Clínica organiza sus propias instituciones y perfil profesional dentro de la Psicología de la que forma parte.

Reconocimiento legal de la Psicología Clínica en 1945

En el año 1945 se reconoció en EEUU mediante certificación legal la Especialidad de Psicología Clínica. Año clave del fin de la Segunda Guerra Mundial, el retorno y readaptación de millones de veteranos de la guerra creaba un problema social que desbordaba las condiciones clínicas al uso.

Dada esta necesidad social, se habilitó entonces un sistema de formación en Psicología Clínica, con toda una serie de requisitos avalados por la American Psychological Association y por instituciones estatales como el National Institute of Mental Health y el U. S. Public Health Service. Esta formación en Psicología Clínica se conocería como el ´modelo Boulder´. Este modelo focalizaba la formación en lo que unos autores denominaron la ´santa trinidad´ de la Psicología Clínica, esto es, la investigación científica, la evaluación psicodiagnóstica y el tratamiento psicoterapéutico.

Como culminación de este establecimiento profesional de la Psicología Clínica se citaría la promulgación por parte de la American Psychological Association del Código Ético para los Psicólogos Clínicos. la profesión psiquiátrica

había tenido antes reticencias acerca del papel psicoterapéutico por parte del psicólogo clínico, ahora admite y reconoce estas funciones, como lo muestra el apoyo de la Administración de Veteranos, el Instituto Nacional de Salud Mental y el Servicio de Salud Pública de EEUU. Es más, el consejo de la American Psychiatric Association aprobaría en 1952 una resolución a favor de esta especialidad de Psicología Clínica. En esta línea de consolidación y reconocimiento se añadiría que la Corte Suprema de EEUU otorgó reconocimiento legal al psicólogo clínico como experto en la determinación de la enfermedad mental.

Consolidación, expansión y reconocimiento social de la Psicología Clínica

Un asunto candente en la investigación actual sobre los tratamientos psicológicos y psicofarmacológicos es su estudio comparativo, cara a determinar la eficacia y la eficiencia relativas entre ellos, según los distintos trastornos, habida cuenta que la eficacia y la eficiencia absolutas respecto del no-tratamiento y del tratamiento placebo (como es preceptivo) está demostrada. Con todo, la cuestión que importa subrayar aquí es que los tratamientos psicológicos tienen probada eficacia terapéutica, siendo el tratamiento de elección en numerosos trastornos.

Esta consolidación y expansión de la terapia psicológica vino dada por dos condiciones. Por un lado, el desarrollo científico de la Psicología, relativo al aprendizaje de la conducta, al desarrollo de la personalidad, al funcionamiento cognitivo, a la relación interpersonal, a la influencia social, a la organización de los grupos sociales, (aparte de las disciplinas propiamente clínicas), ha permitido una mejor comprensión de los trastornos psicológicos y la elaboración de tratamientos coherentes con esta naturaleza psicológica. Por otro lado, la demanda social ha puesto de relieve una creciente presencia de trastornos psicológicos.

No puede pasar desapercibida la naturaleza psicológica y social de los trastornos psicológicos (sin perjuicio de sus concomitancias biológicas) y, consiguientemente, la importancia de un tratamiento psicoterapéutico en correspondencia con esta condición. No es una mera coincidencia que una corriente de la Psiquiatría (de las dos en que está bifurcada) tenga una marcada orientación psico-social, ciertamente, de gran confluencia y afinidad con el enfoque que le es propio a la Psicología Clínica (la otra corriente psiquiátrica tiene una orientación biológica). Numerosas innovaciones psicoterapéuticas de las aludidas fueron desarrolladas tanto por psicólogos como por psiquiatras.

OBJETO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA Y DE LA

PSIQUIATRÍA

Trastornos psicológicos que no enfermedades mentales

En efecto, los trastornos psicológicos no son propiamente enfermedades mentales. La Psicología Clínica y la Psiquiatría disponen de métodos, instrumentos y criterios psico-diagnósticos que permiten la identificación de los trastornos. Pero lo que se define es un trastorno, no una enfermedad. Asimismo, nada impide reconocer la utilidad de ciertos psicofármacos con eficacia probada en determinados trastornos.

Definición del trastorno psicológico o mental

La OMS recoge en el Capítulo V los trastornos mentales (Organización Mundial de la Salud, 1992) afirmando que “el término ‘trastorno’ se usa a lo largo de la clasificación para evitar los problemas que plantea el utilizar otros conceptos tales como ‘enfermedad’ o ‘padecimiento’. Dicho término se usa para señalar la presencia de un comportamiento o de un grupo de síntomas identificables en la práctica clínica, que en la mayoría de los casos se acompañan de malestar e interfieren con la actividad del individuo”.

La Asociación Psiquiátrica Americana, define el trastorno mental como “... un síndrome o patrón comportamental o psicológico de significación clínica, que aparece asociado a un malestar (p. ej., dolor), a una discapacidad (p. ej., deterioro en una o más áreas de funcionamiento) o a un riesgo significativamente aumentado de morir o de sufrir dolor, discapacidad o pérdida de libertad. Además, este síndrome o patrón no debe ser meramente una respuesta culturalmente aceptada a un acontecimiento particular (p. ej., la muerte de un ser querido). Cualquiera que sea su causa, debe considerarse como la manifestación individual de una disfunción comportamental, psicológica o biológica. Ni el comportamiento desviado (p. ej., político, religioso o sexual) ni los conflictos entre el individuo y la sociedad son trastornos mentales, a no ser que la desviación o el conflicto sean síntomas de una disfunción”.

Naturaleza del trastorno psicológico o mental

No es posible identificar qué es lo que va mal en su funcionamiento si no se dispone de una clara idea sobre cómo funciona la persona, e incluso sobre cómo debería funcionar en el caso de que nada fuera mal. Por otra parte, reiterando la definición que ofrece el DSM-IV, se afirma que el trastorno psicológico o mental, “cualquiera que sea su causa, debe considerarse como la manifestación individual de una disfunción comportamental, psicológica o biológica”.

La disparidad de causas que pueden dar lugar a un trastorno mental es reconocida de manera explícita, en consecuencia, por los expertos en Psicopatología, por los organismos oficiales (como es el caso de la OMS), así como por las asociaciones científico-profesionales de psicólogos y de psiquiatras.  Es inconsecuente, por lo tanto, concluir que los psiquiatras sean los exclusivos profesionales capaces de diagnosticar y tratar los trastornos mentales cuando los criterios diagnósticos huyen de contemplar las causas que los determinan, en términos orgánicos, y se basan exclusivamente en conductas observables.

Se trata pues de una ambigüedad que puede tener importantes consecuencias. Esta ambigüedad es mantenida, sobre todo, por los propios psiquiatras debido, probablemente, a su identificación profesional y a los privilegios que pueda suponer arrogarse el ´dominio de enfermedades´. Un punto más de esta ambigüedad viene dado, incluso, cuando se habla de ´trastorno psiquiátrico´, cuya denominación (aun cuando legítima) tiene más un sentido profesional que el sentido fundado en la naturaleza de las cosas, que no es otro que el ser trastorno psicológico, mental o del comportamiento, como así es en los documentos internacionalmente reconocidos.

La Psicopatología como fundamento de la Psicología Clínica y de la Psiquiatría

Millon y Klerman, dos destacados investigadores participantes en el actual sistema de clasificación de la Asociación Psiquiátrica Americana (DSMIV), que “aunque el término ‘psicopatología’ fue utilizado en el pasado como sinónimo de sintomatología descriptiva, ahora puede ser justamente utilizado para representar ‘la ciencia de la conducta anormal y de los trastornos mentales’. Sus métodos de estudio actualmente incluyen tanto procedimientos clínicos como experimentales”.

Se conforma de modo interdisciplinario por cuanto se nutre de información convergente de varias disciplinas científicas como son la Psicología, la Neurología, la Genética, la Fisiología, etc., en la medida en que ninguna de estas ciencias aisladamente logra explicar satisfactoriamente la conducta anormal.

La Psicopatología ha sido definida como el estudio científico sistemático de la etiología, sintomatología y proceso de la conducta anormal. La Psicopatología es, en consecuencia, la ciencia base tanto de la Psiquiatría como de la Psicología Clínica, como la disciplina dedicada al estudio científico del comportamiento trastornado o anómalo; mientras estas dos disciplinas son, en cambio, ciencias aplicadas, que utilizan sus propios recursos terapéuticos para el abordaje de los trastornos del comportamiento, en función de la etiología relevante en cada caso y de la tecnología de la que cada una dispone.

LAS FUNCIONES PROFESIONALES DE LOS PSICÓLOGOS CLÍNICOS Y DE LOS PSIQUIATRAS

La única diferencia entre el psicólogo clínico y el psiquiatra, en lo que atañe a lo que nos ocupa, la evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos psicológicos o mentales, viene dada por la facultad legal de éste último para la prescripción de fármacos.

Ahora bien, señalado este uso compartido de funciones (investigadoras, psicodiagnósticas y psicoterapéuticas), con la salvedad de la prescripción de fármacos, cabría decir con fundamento, con fundamento en la historia de la Psicología Clínica y en la naturaleza de las cosas que, en general, el psicólogo clínico está mejor formado para la función psicodiagnóstica (sobre todo cuando de la aplicación de pruebas psicométricas se trate, lo que es prácticamente siempre) y para la aplicación de psicoterapias o tratamientos psicológicos (no así en el supuesto de los farmacológicos).

Sin embargo, no debe significar el exclusivo acaparamiento por ninguna de las partes de todos los factores que intervienen el proceso patológico o el también exclusivo control de la persona afectada sino la cooperación de diversas especialidades en beneficio del individuo. Éste es el objetivo manifestado, al margen de intereses gremialistas, por los profesionales expertos de diversos países. Las guías de consenso de los expertos internacionales para el tratamiento de diversos trastornos mentales reconocen la necesidad de una actuación terapéutica interdisciplinaria (psicólogos y psiquiatras), y son una demostración de la conveniencia de armonizar el abordaje terapéutico con la multiplicidad de causas y factores que intervienen en el origen y en el mantenimiento de dichos trastornos.

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