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RESUMEN CAP 4 Y 5

masoledadTesis18 de Noviembre de 2012

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RESUMEN CAP 4 Y 5

Los actos fallidos han sido agrupados, en general, en siete tipos: orales, escritos, de falsa lectura y de falsa audición, olvido temporal, pérdidas y actos sintomáticos.

revelan fallas de mecanismos que sólo se delatan en toda su magnitud en determinadas circunstancias.

Para todo este grupo, Jones sugiere el término colectivo de arapraxia, por analogía con la apraxia

Los actos fallidos suelen presentarse cuando el sujeto está igeramente

indispuesto o fatigado, sobreexcitado, excesivamente absorto en cuestiones diferentes de los temas a los que sus palabras se refieren Los factores desencadenantes de los actos fallidos pueden ser fisiológicos o psicofisiológicos.

En el primer caso puede tratarse de trastornos circulatorios o una indisposición, y entre los psicofisiólogos se cuentan la excitación, la fatiga y la distracción.

Se podría decir que los actos fallidos son efectos posteriores, consecutivos

a perturbaciones de la atención, provocados por causas que, como se ha dicho, pueden ser orgánicas o psicofisiológicas no basta para explicar todos los actos fallidos, ya que éstos también se producen en

estados normales y sólo a posteriori se los atribuye a una perturbación

causal que los sujetos del acto fallido niegan en absoluto.

Los actos fallidos son contagiosos y además pueden ser provocados por sugestión.

Presentan un sentido propio, y por lo tanto, tienen derecho a ser

considerados como un acto psíquico completo, con su fin propio y como una manifestación de contenido y significación peculiares

Existen actos fallidos cuyo sentido es fácil descubrir y otros con un sentido difícil de hallar. En los primeros la intención latente sustituye

por completo a la manifiesta, mientras que en otros tiene que conformarse con deformar o modificar a la primera, dando origen a creaciones mixtas que pueden resultar más o menos plenas de sentido.

No deben, pues, considerarse como meras casualidades sino como

importantes actos psíquicos que tienen un sentido y deben su génesis a la acción conjunta o quizá más propiamente a la oposición de dos tendencias opuestas y diferentes.

Según dice Wundt, se puede afirmar que la equivocación oral se produce cuando, a consecuencia de un agotamiento corporal, la tendencia asociativa vence todas las demás intenciones del discurso

Existe en todo acto fallido una parte perturbadora (la intención latente) y otra perturbada, y de la magnitud en que la primera afecte a la segunda depende el que el acto fallido sea más o menos comprensible.

o el hecho de que uno sea complemento del otro.

Las relaciones existentes entre el conocimiento consciente de la tendencia perturbadora con la perturbada pueden encasillarse en tres grupos:

1) la tendencia perturbadora es conocida por el sujeto antes de que se produzca el acto fallido;

2) la tendencia perturbadora es reconocida, pero el sujeto ignora que la misma se hallase en actividad antes de la equivocación, y

3)el sujeto protesta airadamente contra la interpretación (Freud).

En el mecanismo de la equivocación oral la tendencia reprimida (intención latente) se manifiesta a pesar del sujeto, sea modificando la expresión de la intención aceptada, confundiéndose con ella o tomando plenamente su lugar.

Esto se debe al distinto grado de represión del contenido perturbador

(intención latente) y fundado en esto se puede decir que los actos fallidos son el producto de una transacción en que una de' las dos intenciones se impone en la misma medida en que la otra fracasa. E igual es el mecanismo de la aparición de síntomas.

Para llevar a cabo el estudio de los actos fallidos, ' Freud estableció tres grupos de hechos: 1) equivocación oral y subgrupos (escritos, de lectura y de falsa audición);

2) del olvido en relación con: nombres propios, palabras, propósitos o impresiones, y

3) actos de término erróneo, como son los de no encontrar un objeto necesitado o la pérdida definitiva de otros.

En el olvido de propósitos o voluntad contraria directa, una persona olvida un propósito, por ejemplo, pues mantiene una situación incómoda con una persona vinculada a su intención.

CAPÍTULO V.

LOS SUEÑOS

Para el psicoanalista los sueños constituyen el mejor camino para descubrir y entender el inconsciente, y por esta razón tienen un gran valor como medio para conocer los elementos y algunos de los mecanismos del psiquismo, que son semejantes a los que provocan los síntomas de las neurosis y psicosis y los llamados psicosomáticos. El análisis de los sueños permite una visión de las leyes estructurales y el modo de operar del inconsciente, confiriendo así la mejor preparación para el estudio de procesos análogos: la formación de síntomas neuróticos.

Si se intenta definir el sueño como un producto psíquico, lo primero que hay que admitir es que el soñar es una actividad psíquica que ocurre durante el dormir, que tiene carácter alucinatorio y por lo tanto se presenta a la conciencia del soñante como algo experimentado en la realidad.

La alucinación onírica es, en la mayor parte de los casos, visual, pero

ocasionalmente se presentan muchos sueños acústicos, olfatorios o

kinestésicos, que dan al sujeto, en el caso de estos últimos, la sensación de estar flotando o volando; también se pueden tener sueños con sensación de inhibición motora o de caída.

Cabe decir, por lo tanto, que las características del sueño son semejantes a las alucinaciones de los trastornos mentales o, como lo dice Freud, "los sueños son las alucinosis del sano".

diurnos, que tienen en común con los sueños del dormir el poseer una

visual alucinatoria distintiva, diferenciándose de los nocturnos por su

sucesión ordenada y por las peculiaridades estructurales, lo cual indica que se están produciendo en el preconsciente, es decir, con una intensa y prolongada elaboración secundaria.

Los sueños pueden ser provocados por estímulos externos, tales como podrían ser los campanillazos de un despertador. Pero también pueden tener su causa en estímulos somáticos interoceptivos, tales como excitaciones viscerales, del corazón, del estómago, de los intestinos, la vejiga, y por eso está justificado, en cierta medida, el dicho popular de que los sueños "salen" del estómago.

La consideración de los estímulos corporales fisiológicos dice, empero, tan sólo qué elementos están activando el sueño, pero por debajo de ello hay una serie de elementos, deseos e impulsos desconocidos para el consciente.

Al interpretar el sueño deben tenerse en consideración los siguientes

elementos del mismo:

1) El contenido manifiesto, que son las imágenes del sueño tal como se las recuerda al despertar.

2) El contenido latente o pensamientos del sueño, son las imágenes,

deseos o pensamientos que constituyen su motivo verdadero y que intentan llegar al consciente. Son productos de la actividad psíquica que continúa a pesar de que el sujeto duerma. El hecho de que dicha actividad sea inconsciente no niega la existencia, demostrada por la posibilidad que existe de solucionar problemas mientras se duerme; vulgarmente ante un problema difícil de solucionar se dice: "Voy a consultarlo con la almohada."

Este contenido latente está sometido al proceso primario por el hecho de ser inconsciente.

3) La censura, que es la expresión represora del yo al servicio del

superyó; así se designa por la analogía que tiene con la censura que se realiza en los periódicos en tiempo de guerra, revolución o dictadura.

4) Por trabajo del sueño se entiende la elaboración psíquica que sufre el contenido latente antes de convertirse en contenido manifiesto.

¿Cuál es la función del soñar? Tiene, ante todo, un papel económico, que es la tentativa de satisfacer un deseo inconsciente reprimido. Se puede decir que el sueño es siempre la tentativa de satisfacer alucinatoria-mente un deseo inconsciente reprimido; cuando este deseo reprimido es inmoral —es decir, no aceptado por el superyó—, debe sufrir una serie de transformaciones; pero hay sueños en los cuales este elemento, este deseo reprimido, no es inmoral, y por lo tanto aparece sin ninguna deformación en el consciente, como sucede en los sueños de comodidad e infantiles; por ejemplo, el niño que antes de dormir quiere comer una manzana y sus padres no se lo permiten, durante la noche sueña que la está comiendo, es decir, satisface alucinatoria-mente un deseo, que no puede satisfacer en la

vida real.

Para poder pasar a través de la censura (de la parte inconsciente del yo) y expresarse como contenidos manifiestos y sin provocar angustia, el contenido latente debe sufrir una elaboración que se denomina De formación del sueño o deformación de los contenidos latentes, y que consiste en una serie de mecanismos que se estudian a continuación; Son éstos:

1) la dramatización o concretización;

2)la condensación1,

3) el desdoblamiento;

4) el desplazamiento, con dos formas: la identificación y la proyección; 5) la inversión de la cronología;

6) la representación por lo opuesto;

7) la representación por lo nimio;

8) la representación simbólica.

1) Dramatización o concretización.

Esto proviene de que en los sueños no existen pensamientos abstractos sino solamente imágenes concretas; la elaboración del sueño expresa los pensamientos

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