Referencia Programa Habilidades Para La Vida
huen200920 de Noviembre de 2013
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II. TÉRMINOS DE REFERENCIA TÉCNICOS
1. ANTECEDENTES
La Junta Nacional de Auxilio Escolar y Becas, JUNAEB, de acuerdo a su misión orientada al desarrollo integral del escolar chileno y de su éxito en esta etapa, ejecuta programas promocionales, preventivos y asistenciales que entregan apoyos integrales favoreciendo así la igualdad de oportunidades ante la educación.
JUNAEB ha definido como uno de sus ámbitos de acción la Salud Escolar, que busca dar solución a problemas oftalmológicos, otorrinológicos, ortopédicos y de salud bucal, mediante un trabajo en red, con la participación conjunta de los sectores Salud y Educación a nivel local. A partir de 1998, se inicia el programa “Habilidades para la Vida” incorporando acciones que priorizan del área de la salud mental, considerando que, para un desarrollo humano integral, la persona requiere interactuar con un adecuado entorno social y afectivo. En la etapa escolar infantil, la presencia de un entorno nutritivo desde el punto de vista afectivo y psicosocial cobra mayor relevancia, ya que en esta etapa se consolidan habilidades, destrezas y conocimientos esenciales para el desarrollo posterior.
El diseño y validación de esta intervención psicosocial tiene su origen en Chile el año 1992, con una investigación en salud mental (Fondecyt Nº 1930116) en el que participan la Unidad de Salud Mental del Ministerio de Salud, y la Universidad de Chile, con el significativo apoyo de JUNAEB.
Dicha investigación contribuyó a la validación de dos instrumentos de detección de riesgo y problemas de salud mental de escolares del primer ciclo básico, de escuelas municipales y particulares subvencionadas: cuestionario para profesores: “Observación de la Adaptación en la Sala de Clase”. TOCA–RR, cuyo título Original es “Teacher Observation of Classroom Adaptation”, diseñado por el Dr. Sheppard Kellam (USA); y el cuestionario Pediátrico de Síntomas” PSC“, cuyo título original es “Pediatric Symptom Checklist”, diseñado por el Dr. Jellinek (USA).
A nivel internacional ambos instrumentos han sido rigurosamente validados en su valor predictivo y en su capacidad para describir de manera confiable las conductas de niños y niñas escolares, y mostrar la variabilidad suficiente entre ellos como para identificar aquellos con factores de riesgo y conductas desadaptativas asociadas con problemas de salud mental y con una mayor probabilidad de llegar a presentar desórdenes psiquiátricos y conductas riesgosas en la adolescencia (Kellam, Ensminger y Turner, 1977; Kellam, Brown, Rubin, Ensminger y Hendricks, 1983; Jellinek, M., Murphy, M., Robinson, J. The Journal of Pediatrics 1988).
El seguimiento de las cohortes estudiadas dio origen a una nueva investigación (Fondecyt Nº 1970259) durante los años 1995-1997, la que entrega conocimiento respecto de la evolución de la salud mental de estos escolares y la relación que existe entre ésta y algunos factores de riesgo del niño y su familia. (Siraqyan y Mores, 1993; George, Siraqyan, Mores, de la Barra, Rodríguez, López y Toledo, 1995).
A partir de estas investigaciones surgen experiencias piloto locales de trabajo en conjunto entre la comunidad escolar y los equipos de salud mental comunitaria. Estas experiencias se realizan con niños y profesores del primer ciclo básico, priorizan las áreas de promoción y prevención en salud mental con el apoyo técnico y financiero de JUNAEB, a través del Programa de Salud del Estudiante (Comuna de Pudahuel).
En la primera etapa el Programa se implementa principalmente en la Región Metropolitana, luego se incorporan progresivamente distintas comunas de las regiones del país. Se prioriza como población objetivo, los niños y niñas del primer ciclo básico, sus profesores y padres. Desde el 2004, el diseño del modelo se amplía al trabajo en el contexto de nivel parvulario y se elaboran orientaciones técnicas para incorporar más activamente a los padres y se proyecta evaluar la condición psicosocial individual y familiar de los niños al ingresar al sistema educacional formal, a partir de escuelas donde se implementa el Programa Habilidades para la Vida.
2. APRENDIZAJES BASADOS EN INVESTIGACIÓN APLICADA.
El actual nivel de desarrollo del Programa ha requerido que los equipos del Habilidades para la Vida a nivel local integren en forma habitual la reflexión y la evaluación de sus prácticas a lo largo de todo el proceso de ejecución del Programa, considerando en ésta aspectos organizativos y administrativos. Además, la evaluación regular de la ejecución del programa, genera a través de la información recopilada y sistematizada, diferentes preguntas o propuestas de estudio con miras a mejorar la calidad de las intervenciones que se están realizando en el Programa.
Los primeros estudios para la validación del programa Habilidades para la Vida, JUNAEB mostraron una disminución significativa de conductas desadaptativas de los niños que participaron en la intervención, en relación al grupo de niños sin programa. Esto implica la superación de conductas relacionadas con agresividad, hiperactividad, problemas de concentración y atención que influyen en el proceso de aprendizaje, conductas de inhibición social, timidez, en los niños que participaron de las actividades promocionales y preventivas del programa. Los cambios son evidenciados también por una percepción más favorable y positiva de los niños, tanto por parte de los padres como de los profesores, luego de finalizado el ciclo de intervención.
Durante el 2005 el modelo del Programa es validado con un estudio que aporta evidencia respecto del impacto de la actividad preventiva focalizada, en niños de alto riesgo psicosocial. A nivel global se demuestra disminución del riesgo en 64,7%, en niñas y niños participantes en actividades preventivas del Programa; esta disminución se asocia a factores de riesgo directamente relacionados al proceso enseñanza-aprendizaje, como son “logros cognitivos” y “atención y concentración”. (LC, AC). En varones disminuye, además, riesgo asociado a conductas agresivas (AA) y comportamiento afectivo y emocional dependiente (ME).
A través de una consultoría externa, en el periodo 2005-2006, se realiza una investigación que evalúa el impacto del riesgo psicosocial en el rendimiento escolar, a través de los resultados del Programa Habilidades para la Vida y de la Prueba SIMCE de 4° básico.
Este estudio demuestra, por un lado, que los niños del Programa evaluados en 1° básico sin factores de riesgo, superan el promedio nacional SIMCE (48 puntos más que los niños que acumulan hasta cuatro factores de riesgo); y por otro, que la evaluación positiva de los padres (índice protector) en 1º básico, predice un mejor rendimiento en el 4º básico, (21 puntos de diferencia en SIMCE). También resulta predictor de mejor rendimiento escolar la percepción del profesor respecto de la conducta y el rendimiento del niño en 1° básico. El efecto de participar en talleres se refleja en el puntaje SIMCE. Los niños que fueron clasificados en riesgo en 1° básico, asistieron a talleres y salen de la categoría de riesgo en promedio tienen 15 puntos más en el SIMCE.
A nivel comparativo con un grupo control de niños de condiciones similares, la participación en el programa Habilidades para la Vida mejora significativamente el rendimiento de escolares de alta vulnerabilidad psicosocial: en Lenguaje 7 puntos más, para Matemáticas, y Comprensión del Medio, 8 puntos más.
Durante el 2009 se realizo la evaluación cualitativa de la Unidad de Promoción del Programa con resultados alentadores respecto a la visibilidad, calidad del HpV y su especial valoración en el rol de mediador y reparador relacional entre los distintos actores de la comunidad escolar, lo que apoya el enfrentamiento y resolución positiva de los problemas de salud mental en la escuela (George, Guzmán, Flotts, Squicciarini & Guzmán, 2012).
En 2010 se realizó en las comunas de Talcahuano y Concepción una medición de síntomas asociados al trastorno de estrés post-traumático en niños de 2º básico participantes del Programa en el marco de una colaboración internacional luego de los efectos del terremoto del 27 de febrero en Chile. Los análisis preliminares de este trabajo dan cuenta que las intervenciones realizadas en el Programa tienen un efector moderador del riesgo y sintomatología post-traumática en la salud mental de niños y niños de las zonas afectadas.
Estos resultados, además de validar la efectividad del modelo técnico del Programa, refuerzan el fundamento de fortalecer la presencia del Programa Habilidades para la Vida a nivel nacional, para proyectar el impacto a más estudiantes.
Los estudios o investigaciones antes mencionados han sido diseñadas por el equipo técnico del Programa con el objetivo de aportar con evidencias al desarrollo del modelo del Habilidades; y han sido realizados vía licitación por consultoras o equipos académicos de algunas universidades del país (U de Chile, P.U.Católica de Chile, U. del Desarrollo, U.Diego Portales, U. de Concepción) o en colaboración con universidades extranjeras (ej Harvard Medical School, University of California Irvine) La mayoría de los resultados de estos estudios han sido incorporados a las orientaciones técnicas y programáticas del Programa, algunos han sido presentados en Congresos o Seminarios y otros han sido publicado en revistas indexadas.
En años anteriores la Revista de Psicologia de la U de Chile, la Revista
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