Revolucionando la educación: Pedagogía Waldorf
ayelen.mi9Ensayo10 de Noviembre de 2019
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Revolucionando la educación:
Pedagogía Waldorf
Universidad de Buenos Aires, Facultad de Psicología.
Psicología y Epistemología Genética, Cátedra II, Prof. D. F. Zalazar. Comisión N°18.
Profesora a cargo: G
Integrantes:
07 de Noviembre del 2018.
RESUMEN
La educación es un proceso mediado por el desarrollo de la inteligencia donde la escuela es uno de los protagonistas de ese desarrollo. Por lo cual, el trabajo realizado consiste en la descripción y análisis de dos tipos de metodologías educacionales a partir de las críticas de Papert, el cual reconoció la realidad de ambos tipos de enseñanza, constructivista e instruccionista, y se concentró en hallar el equilibrio entre ellas. Se expondrá la pedagogía Waldorf, en la cual el niño es el protagonista del aprendizaje centrándose en el desarrollo de los procesos individuales de cada alumno con libertad y profundizando en la naturaleza humana. En contrapuesta a la pedagogía tradicional argentina que tiende a masificar con métodos igualitarios para los diferentes tipos de intelecto humano que tiene cada persona siguiendo los intereses prácticos de la cabeza de un conjunto jerárquico.
Papert exploró en su investigación la idea de crear un entorno de aprendizaje en el que no hubiese enseñanza directa, pero a su vez, como una alternativa a los métodos tradicionales de enseñanza se propone la pedagogía Waldorf, la cual ofrece una mirada integral del niño, psico-física e individual-social. Para ello, propone la observación minuciosa de las diferentes etapas evolutivas que el niño transita a lo largo de su vida.
INTRODUCCIÓN
La realización de este trabajo se considera importante ya que la educación escolarizada es de suma importancia en el desarrollo del sujeto como sujeto de conocimiento y su desarrollo como persona inmersa en una cultura. La monografía se basa en comparar 2 métodos distintos de aprendizaje, la pedagogía Waldorf y la pedagogía Tradicional. A partir de críticas de autores tales como Papert a los métodos tradicionales de enseñanza, se buscará sus diferencias así como sus aspectos en común y los aportes que tiene cada una en el desarrollo del individuo con el objetivo de profundizar en cada una de ellas reconociendo la realidad de ambos tipos de enseñanza. La monografía realizada es del tipo de estudio teórico-clásico con articulación de textos. Como apoyatura a la misma se llevó a cabo una entrevista de forma abierta a Nicolás Kietzmann, director de la secundaria del colegio Waldorf “Juana de Arco” ubicado en Araoz 1027/35, Villa Crespo, CABA.
PALABRAS CLAVE
Educación - Pedagogía tradicional/Waldorf - Enseñanza - Aprendizaje - Escuela
DESARROLLO
Antes de pensar en un aprendizaje escolarizado, Papert (1997) da cuenta de un aprendizaje natural o piagetiano que se da “entre casa”. Aprendizajes que todos los chicos logran. Consiste en vivir y pensar dentro y como parte de una cultura que nos proporciona “semillas” que nos sirven para el desarrollo de ideas tales como podría ser la conservación de las sustancias. Sin embargo, este autor plantea que hay conocimientos para los cuales la vida familiar y cultural no tiene semillas ya que no se adquieren de esta forma. Por lo cual se vuelve necesario un aprendizaje escolarizado.
Las tendencias pedagógicas que caracterizan a la escuela tradicional son propias del siglo XIX. Su concepción descansa en el criterio de que es la escuela la institución social encargada de la educación masiva y fuente fundamental de la información, la cual tiene la misión de preparar intelectual y moralmente a los sujetos en su formación. Su finalidad es la conservación del orden de cosas y para ello el profesor asume el poder y la autoridad como transmisor esencial de conocimientos, quien exige disciplina y obediencia, apropiándose de una imagen impositiva, paternalista, autoritaria, que ha trascendido más allá de un siglo y subsiste hoy día. El método fundamental es el discurso expositivo del profesor, generalmente con procedimientos mayoritariamente verbalistas sin controlar cómo ocurre el proceso de aprendizaje en los alumnos, solo se evalúan resultados a un nivel reproductivo y se realizan pocas actividades de carácter práctico para ellos.
A fin de obtener el gran número de empleados administrativos necesarios para administrar los imperios, la enseñanza primaria tuvo que adoptar un modelo de fábrica, con el objeto de producir empleados idénticos e intercambiables. Las habilidades más requeridas por los empleados y demás oficiales en la cadena de mando eran lectura, escritura y aritmética. Éstas se convirtieron en los tres pilares de la educación primaria y continúan siéndolo, siglos después de haber caído los imperios.
La maquinaria militar-industrial-administrativa de la Era de los Imperios también necesitaba un código estricto de vestimenta, comportamiento y conducta. Estos fueron incorporados a la educación primaria a través de la religión y la disciplina marcial. A los alumnos no se les enseñaba a hacer preguntas sino a obedecer órdenes y normas impuestas por la sociedad en la que vivían. Esto también continúa hasta hoy en día (Mitra, 2014, p.548).
Sugata Mitra, nos habla de cómo la educación tradicional ha quedado estancada en el tiempo con muy pocos cambios no revolucionarios. Una educación que busca, como hemos citado anteriormente “producir empleados idénticos e intercambiables” siendo que cada una de las personas somos únicas e irrepetibles, cada una con particularidades especiales que necesitan ser tenidas en cuenta para un desarrollo óptimo del sujeto como sujeto de conocimiento. El fin de este tipo de educación no busca desarrollar y transmitir los conocimientos que cree necesarios para un buen desarrollo del niño sino que a cada maestro le dicen qué enseñar. No enseñan lo que enseñan por la propia convicción de que es bueno para los alumnos (Papert, 1997). De esta forma, el gobierno a cargo de la educación es capaz de “moldear” a su querer a los alumnos a través del conocimiento que transmite para que el día de mañana, sean las personas que ellos necesitan.
La enseñanza tradicional lejos se encuentra de los ideales de Papert en la educación. El autor propone que la escuela proporciona medios tan acotados para hacer cada cosa que a veces resultan adecuados solo para los estilos intelectuales de algunos alumnos. Esto hace que cada alumno se defina a sí mismo como las cosas con las que puede y las que no, sus aptitudes e ineptitudes. Ineptitudes que creen tener por el modo en que le fueron impuestas algunas disciplinas, haciéndoles creer que son inútiles para ellas. Cuando en realidad, los alumnos no carecen de las aptitudes para aprender cierta disciplina sino que carecen de las aptitudes de aprender cierta disciplina en las condiciones desfavorables que ofrecen las aulas de nuestras escuelas tradicionales (Papert, 1997).
Siguiendo la línea de este autor, que nos sugiere que es hora de alejarse del modelo tradicional y estudiar ciertas alternativas para las formas de pensar sobre el aprendizaje (1997), podemos hablar de una pedagogía que busca conducir a niñas y niños hacia un desarrollo claro y equilibrado de su intelecto, hacia un sentir enriquecido artísticamente y una voluntad sana y activa, de tal modo que sus pensamientos, sentimientos y actos puedan hacer frente a los desafíos prácticos de la vida. Esta pedagogía es llamada “Pedagogía Waldorf” fundada por Rudolf Steiner después de la Primera Guerra Mundial. Steiner, en esa época, hizo un llamamiento a la reconstrucción social y cultural de Europa que encontró eco en un grupo de industriales de la ciudad de Stuttgart (daba clases nocturnas a los obreros de la fábrica de cigarrillos Waldorf-Astoria). La fábrica dedicó una parte de sus beneficios a educar a los hijos de los obreros, tarea de la que se encargó Steiner con la idea de que esos niños pudieran aprender “conocimientos vivos”. Este filósofo formó un equipo de maestros, desarrollando las bases metodológicas y didácticas de una pedagogía que parte de un conocimiento profundo de la naturaleza humana.
Papert (1997) expone que el constructivismo postula que el aprendizaje autodirigido genera mejores resultados y que se debe construir los conocimientos partiendo de cero cada vez. Se opone a los métodos tradicionales de enseñar basados en “el modelo de una cañería por la que pasan los conocimientos del maestro al alumno” (p.67). La pedagogía Waldorf nos propone una metodología distinta, como nos cuenta Nicolas Kietzmann, director de una escuela Waldorf, se trata de lograr una vivencia de los conocimientos. Esto se logra trabajando por ejemplo una misma materia/tema de 3 a 4 semanas mientras que las materias especiales acompañan ese tema. Por ej; “Están viendo en Historia, Grecia, en educación física ven el pentatlón griego, en plástica hay pinturas y trabajan cosas también de Grecia”. De esta forma, el director nos muestra cómo los alumnos van trabajando unidades didácticas como proyectos generales de la escuela y no cosas, en sus palabras, “colgadas”.
“Es hacerlo, no tener que estudiarlo para la prueba. Sino algo más concreto donde el hacer me deje la vivencia. En el aprender de memoria me olvido, hago la prueba y me olvidé. Acá son todas cosas concretas y mucho acompañado con el arte”
Estas cosas colgadas de las que nos habla Nicolás Kietzmann, incitan a pensar en Papert (1997) cuando cuenta que en la enseñanza tradicional las personas que elaboran los programas escolares pensaron que la forma de enseñar contenidos era desmenuzarlos
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