Sociología
elenac0519 de Noviembre de 2013
3.955 Palabras (16 Páginas)270 Visitas
TEMA 9: SOCIOLOGÍA
El proceso de socialización
Es un hecho claro que vivimos en sociedad, estamos inclinados a ello. Pero
para convivir con los demás, no es suficiente con esta predisposición. Debemos
dominar toda una serie de habilidades y conocimientos. Hace falta un
entrenamiento que nos haga aptos para ello. Este proceso de preparación es lo
que en sociología se conoce como socialización.
Definición de socialización
Es un aprendizaje que nos hace aptos para la vida social y nos permite
integrarnos en la comunidad de la que formamos parte. Consiste básicamente, en la
adquisición e interiorización de las habilidades, creencias, normas, y costumbres
de la cultura en la que vivimos.
Esta asimilación permite que nos identifiquemos con nuestro grupo y nos
sintamos miembros reales de él. Gracias a esta socialización, nuestra vida en
sociedad puede ser satisfactoria y gratificante.
Mecanismos
La socialización es un proceso tan largo como la vida misma. El individuo se
siente obligado a readaptarse permanentemente e integrarse en un entorno
dinámico y cambiante.
A pesar de que no hay una edad limite para el aprendizaje, lo cierto es que
éste es mucho más fecundo durante la infancia. En esta edad, parece que el ser
humano está particularmente dotado para asimilar y adquirir conocimientos de
todos los tipos. Y, aunque esta disposición nunca se pierde, sí queda
considerablemente entumecida con el paso del tiempo. Incluso para algunos
autores, existen contenidos con fecha de caducidad, pues superado cierto limite
de edad resulta imposible adquirirlos. Así parece ocurrir, por ejemplo, con el
lenguaje.
A causa de esta diferencia en el aprendizaje en unas etapas u otras de la
vida, se ha hablado de dos tipos de socialización: primaria y secundaria.
Socialización primaria.
Infancia: primeros años de vida
Adquisición de pautas y costumbres del grupo social
Ej: Adquisición del lenguaje. Respeto por las costumbres sociales (saludo,
despedida...) Asimilación de normas y valores (prohibición de mentir...)
Mecanismos: Imitación. Concesión de premios y castigos.
No ocurre deliberadamente, ni existe conciencia de este proceso.
Se favorece y potencia mediante vínculos afectivos con familiares, amigos,
compañeros...
De su éxito depende la formación integral de la persona y su correcta
adaptación al entorno.
Interferencias o desajustes en este proceso pueden tener consecuencias
irreversibles.
Socialización secundaria.
No es exclusiva de una etapa concreta de la vida
Es una socialización menos intensa; en realidad, supone un reajuste de las
pautas y creencias ya adquiridas en la primera socialización.
Asimilación de las normas y los valores del nuevo entorno (por ejemplo, de la
nueva empresa)
Mecanismos: los mismos que en la socialización primaria, más la
comunicación y la transmisión oral explicita
Puede darse de forma consciente y deliberada.
Responde tanto a relaciones afectivas como a intereses de otro tipo
(económicos, pragmáticos...)
Es más fácil si la primaria ha sido efectiva.
Agentes de socialización
Todos aquellos elementos que intervienen activa y directamente en el proceso
de socialización. Es decir, todo aquello que desempeñe la acción de socializar, de
introducir en sociedad, será un agente de socialización. Existen muchos tipos de
socializadores: pueden ser personas (familiares, amigos), grupos (sindicatos,
asociaciones), instituciones (Iglesia, escuela, medios de comunicación) o también
instrumentos (libros, películas). Veamos los principales:
La familia. Constituye el primero y más importante agente socializador. Aunque el
modelo familiar cambie de una cultura a otra, en todas cumple una función
decisiva en la formación e integración de los niños en el ámbito social. La
familia no sólo tiene el deber de proteger y alimentar a los recién llegados,
sino que además debe educarlos. Antes de la escolarización, la familia
supone prácticamente el único contacto con el exterior que tiene el niño,
precisamente en un momento en que es especialmente moldeable y
maleable. La huella que la familia deje en él seguramente será imborrable;
por ello, es imprescindible que ésta tome conciencia de su tarea educadora.
La escuela. Si la familia es el grupo que afectivamente forma y moldea los
primeros rasgos personales y sociales del individuo, la escuela es la
institución constituida con el objetivo expreso de educar y formar a los nuevos
miembros de la sociedad. Cuando la cultura y los conocimientos se complican
como lo han hecho en Occidente, ya no se puede dejar en manos de los
padres (bienintencionados, pero a veces poco preparados) la tarea de educar
a las nuevas generaciones. Debe, entonces, confiarse a las manos expertas
de los profesionales. En la escuela, el niño se enfrenta a un doble aspecto
socializador. Por un lado, será introducido en los contenidos fundamentales
de diversas materias (lengua, matemáticas, geografía...) Por otro, adquirirá
toda una serie de habilidades a partir del funcionamiento mismo del centro:
trabajo en equipo, colaboración, respeto hacia las normas comunes, asunción
de responsabilidades.
El grupo de iguales. Lo forman los individuos de la misma edad con los que el
niño entrará en relación en la escuela y en otros ámbitos de su vida cotidiana.
Constituye también un agente de socialización importante e insustituible. El
contacto con otros individuos que están en una situación similar a la suya, y
con los que mantiene relaciones de igualdad, le dotará de una visión y una
comprensión de los problemas distinta de las que le ofrecen la escuela o la
familia.
Los medios de comunicación. Los grandes medios de comunicación están
ocupando un lugar cada vez mas destacado en la formación de las nuevas
generaciones. A través de ellos, el niño tiene acceso a toda una serie de
experiencias y conocimientos que, de otro modo habría ignorado hasta mucho
después. Son muchos los educadores, pensadores y padres que denuncian la
influencia perniciosa que ejerce este medio en una mente influenciable y no
formada todavía. La televisión pone a su alcance contenidos (sexo, violencia,
desgracias...) que, por su inmadurez, le resultan imposibles de comprender.
Sin embargo, las opiniones a este respecto son diversas y los estudios no
confirman nada de forma definitiva.
Repercusiones
Mediante la socialización se estrechan los vínculos entre el individuo particular y
el sistema social en el que vive, favoreciendo el desarrollo y continuidad de
ambos. Por ello, la socialización y sus implicaciones son de interés tanto para la
psicología (centrada en el individuo) como para la sociología (centrada en el
grupo social)
Desde la psicología, el efecto de la socialización que más se desde la escuela:
formación de la personalidad individual. Por personalidad entendemos la forma
de ser estable y personal de cada uno, es decir, el modo de comportarse
característico de un individuo frente a los demás. La personalidad, que es una
especie de sello o distintivo personal, está constituida por predisposiciones
innatas a reaccionar de cierta manera, (determinación biológica o genética de la
personalidad); y por el carácter, que es el conjunto de hábitos adquiridos
socialmente en nuestra interacción con los otros. Por lo tanto, la personalidad
reúne factores de tipo hereditario, pero también factores aprendidos. Así, se
puede afirmar que para el desarrollo de una personalidad sana es
imprescindible una adecuada socialización.
Cambiando de perspectiva, desde la sociología se analizan dos aspectos de la
socialización. Por una parte, se estudia la socialización como un requisito para
una integración efectiva del individuo en su entorno social. En este sentido, la
socialización posibilita la adaptación y previene la marginación o exclusión social.
Por otra parte, la socialización es uno de los garantes de la conservación de la
sociedad, porque asegura la continuidad de sus principales rasgos. Gracias a que
los modelos sociales básicos (pautas, funcionamiento, normas, creencias, ritos...)
se transmiten de una generación a otra, es posible que la sociedad sobreviva, con
cierta regularidad, a pesar de la temporalidad y finitud de los individuos que la
forman en cada momento.
Valoración de la relación individuo-sociedad
Hemos visto que individuo y sociedad forman un binomio difícilmente
indisociable. Ahora bien, según en cuál de los dos polos hagamos recaer el peso
fundamental de la relación, tendremos concepciones distintas tanto del ser
humano como de la sociedad.
Colectivismo
Evidentemente, nadie niega que toda sociedad esté formada por individuos,
pues se trata de un hecho incuestionable. Ahora bien, determinadas teorías de
...