Terapia Humanista Existencial Fenomenológica. A Rosso y Blanca Lebl

Terapia humanista existencial fenomenológica:

Estudio de caso

María Angélica Rosso  y Blanca Lebl

La década de los cincuentas se planteó la tercera fuerza como un modelo psicológico de la psicoterapia humanista.

Psicólogos y psiquiatras reunidos no tanto por una teoría común, como poner una imagen homogénea del hombre y de sus concordancias como profesionales en cuanto a principios básicos de trabajo terapéutico.

La Concepción humanista del hombre que reunió intelectuales como Kurt Goldstein, Erich Fromm, Fritz Perls, Carl Rogers, Abraham Maslow, Rollo May, Gordon  Allport  y otros, radicada en cuatro aspectos coincidentes.

1-        Autonomía e Independencia social

Una persona es capaz de asumir para sí la responsabilidad acerca de su vida

2-         Autorrealización

Una intrínseca tendencia hacia el crecimiento.

3-          Orientación por la meta y el sentido: 

Toda conducta es siempre intencional. Construcción del yo.

4-         Totalidad.

El organismo como un todo en donde se entrelazan el sentir, imaginar, pensar y hacer.

Estas son las bases para conformar una asociación que tenía como objetivo abrir la vida interior del hombre, destacar su potencialidad y la autorrealización, y a su vez desligarse de una concepción de hombre determinista mecanicista y causalista.

Ante estas nuevas características de la psicología humanista, se constituye un nuevo modelo ciencia, donde se le confiere más importancia a la experiencia, al sentido y a la significación, que a los procedimientos metodológicos, donde el centro es la persona y se utilizan métodos estadísticos y de convalidación tradicionales, pero subordinados al criterio de la experiencia subjetiva.

Se contrapone aquella concepción de funcionamiento y experimento, dándole vida a la experiencia y ya que el conocimiento es relativo toma en auge aprovechar las infinitas posibilidades humanas tentación mental y creatividad, amplia el conocer.
Se constituye entonces un paradigma holístico

Las raíces filosóficas de la psicoterapia humanista existencial fenomenológica es retomada por los diferentes autores psicológicos, enfoque planteado que el humanismo es la ética de la autonomía. Estamos condenados a elegirnos, a ser libres y decidir nuestra vida; somos única autoridad sobre nosotros mismos y aunque puedan existir otras, esto no nos exime de hacernos responsables del camino que tomamos y de las conductas que realizamos. Existe una responsabilidad inclusive sobre nuestro inconsciente.

Se debe respetar la singularidad del cliente, es él quién da significado a las cosas, ese significado es personal como dice Kierkegaard padre del Existencialismo “lo característico de lo humano es la experiencia personal”, nada es real hasta que el cliente lo ha vivido, esta es de la inmediatez de su experiencia. Buber, habla del «encuentro»  de la relación yo-tu, donde a través de la libertad el individuo construye el «Yo soy así» que dará posibilidad posteriormente a «el yo soy...»

Husserl habla de que en un mundo que se percibe en la experiencia vivida no es posible la objetividad, el conocimiento, la descripción, eliminar el juicio de valor, el nuevo método y el método de la comprensión que abre el camino cambio del cliente cuando éste se siente comprendido, ya que si puedo percibir lo que el mundo significa para mí puedo comprenderme.

Qué bella frase cuando retoma a Brentano hablando de que somos uno unidad indivisible que nos expresamos intencionalmente y el único ser capaz de tener intencionalidad es el ser humano.

En resumen, lo que sucede en la terapia centrada en la persona es la adopción de una postura filosófica de respecto a la capacidad de independencia del ser humano sin reduccionismos, donde el ser humano siempre elige con libertad su dirección y selecciona su camino constructivo de acuerdo a su experiencia y donde el terapeuta debe «poner en paréntesis lo que él es para poder alojar al cliente» o sea,  describir el fenómeno tal cual se presenta en el aquí y en el ahora, sin juzgar, ni interpretar ya que nadie más que el cliente es quien conoce en profundidad lo que le sucede y quién podrá resolverlo.

Siguiendo también 3 fundamentos que son:

AUTENTICIDAD:

Es la relación entre el terapeuta y la persona que consulta (para Rogers Este primer punto que es la relación terapéutica) va a dar pie al el cambio y el desarrollo individual que surgirá de la experiencia adquirida mediante esa relación, se logra una relación auténtica y congruente siempre y cuando, yo, me muestre tal cual soy y así la otra persona pueda  buscar exitosamente su propia autenticidad.

LA ACEPTACION POSITIVA INCONDICIONAL:

Ésta debe ser comunicada al cliente de forma genuina y espontánea, el grado de aceptación entre terapeuta y cliente se transmite a través del lenguaje verbal y no verbal.
El terapeuta por medio de la habilidad de calidez muestra cuidado hacia el cliente, a través de frases, tonos de voz, gestos no verbales.

COMPRENSION EMPÁTICA:

Sólo cuando el terapeuta comprende los sentimientos y pensamientos del cliente, cuando alcanza a verlos tal y como él los ve y aceptarlo con ellos se siente mente libre de explorarse a sí mismo, tanto a nivel consciente como no consciente, el cliente entonces puede sentir libertad ante cualquier evaluación moral o diagnóstica que se percibirían indudablemente como amenazadoras.

El instrumento que operacionaliza comprensión empática es EL REFLEJO. Éste hace que se vuelvan claramente conscientes percepciones tanto como conductas, a manera de favorecerle al cliente, su auto escucha.

El reflejo tiene el valor de producir una sensación profunda de ser comprendido.

El reflejo objetiva la imagen de la persona, de sus relaciones y de su conducta. Lo cual posibilita una comprensión más realista.

El reflejo coloca en la persona la responsabilidad de asumir su mundo de valores basados en su propia experiencia.

Por último, el reflejo evita el campo valorativo y se ubica como una respuesta comprensiva.

Varios tipos de reflejos esta herramienta, diría yo, la herramienta súper poderosa.

Los reflejos simples como una síntesis aclaratoria que favorece el discurso y la autoconexión.
Reflejos elucidatorios o aclaratorios, esclarecen y resumen cognitivamente lo dicho que permite aclarar lo que el cliente no ve pero ha expresado.

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