Iglesia Nueva visión del Jesús histórico
jomaveva1982Documentos de Investigación1 de Agosto de 2015
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JUDÍO MARGINAL
Nueva visión del Jesús histórico
Tomo I: Las raíces del problema y de la persona
Introducción
1. Naturaleza y origen de este libro
Por “Jesús histórico” entiendo el Jesús que podemos recuperar, rescatar o reconstruir utilizando los medios científicos de la investigación histórica moderna. Este “Jesús histórico” será siempre una elaboración científica que no coincide con la realidad total de Jesús de Nazaret. Método utilizado en esta obra: prescindir de lo que la fe cristiana o la enseñanza posterior de la Iglesia dicen acerca de Jesús, sin afirmar ni negar tales asertos.
4. Nota marginal sobre marginalidad
“Marginal” se emplea para evocar y conectar una serie de aspectos relacionados de la vida y ministerio de Jesús:
- Jesús era insignificante para la historia nacional y universal a los ojos de los historiadores judíos y paganos.
- Jesús era un judío que vivía en una Palestina controlada por los romanos.
- Jesús se marginó a Sí mismo: se convirtió en “desocupado” e itinerante a fin de asumir un ministerio profético.
- Nunca asistió a una escuela de escribas ni estudió con algún conocido maestro.
- El estilo de enseñanza y vida de Jesús, lo empujó al margen del judaísmo palestino.
PRIMERA PARTE
RAÍCES DEL PROBLEMA
1
Conceptos básicos: El Jesús real y el Jesús histórico
El Jesús real: El historial “razonablemente completo” del Jesús “real”, se encuentra hoy irremediablemente perdido. No lo podemos conocer mediante investigación histórica, ni su realidad total, ni siquiera un retrato biográfico razonablemente completo. Sí podemos conocer, en cambio, al “Jesús histórico”.
El Jesús histórico: El Jesús histórico puede darnos fragmentos de la persona “real”, pero nada más. Los Evangelios presentan a Jesús en la tierra, no al Jesús histórico.
“Historisch” y “geschichtlich”: Problema de la distinción: o bien se exalta al Jesús de la historia a fin de destronar a un Cristo de la fe que se considera una mera creación fraudulenta de la Iglesia, o bien se ensalza al Cristo kerigmático sobre las oscilantes y contradictorias reconstrucciones del Jesús histórico. El “Jesús de la historia” no es el “Jesús real”, sino sólo una reconstrucción hipotética y fragmentaria de Él.
2
Fuentes: Los libros canónicos del Nuevo Testamento
No tenemos una “historia” o “biografía” del Jesús histórico, ya que básicamente los datos que poseemos nos han llegado a través de los Evangelios, y éstos no son libros históricos. Después de analizar varias hipótesis podemos establecer tres fuentes “mayores” para aproximarnos a Jesús: Marcos, Q y Juan. Marcos porque, de los sinópticos, es el más antiguo; Q porque consta que fue fuente para los Evangelios; y Juan porque presenta el misterio de Jesús demasiado diferente para derivarse de los sinópticos. Aparte de estas fuentes mayores, también se puede recurrir a las “menores”: M (Mateo) y L (Lucas). Del resto del Nuevo Testamento no hay pasajes que ofrezcan algo significativo acerca del Jesús histórico. La más prometedora fuente de información es Pablo. Sin embargo, estos pasajes están referidos a palabras de Jesús, pero no lo citan textualmente (1Cor 9,14; 7,10-13; Rm 1,3; 15,8). Otros que aportan datos son Santiago (5,12) y Pedro. En conclusión, debemos considerar que ninguna forma de un dicho se puede considerar como “la” forma original.
3
Fuentes: Josefo
El más importante testigo potencial de la vida y actividad de Jesús es el judío aristócrata, político, militar, renegado e historiador José Ben Matías (37/38 d.C. algo después del 100), conocido como Flavio Josefo por el nombre de sus protectores, los emperadores Flavios. Obras: “La guerra judía” y “Antigüedades judaicas” (93-94). Con referencia a Jesús encontramos dos textos:
- Ant. 10.9.1 &200 dice: “Así pues, habiendo pensado esta clase de persona (o sea, un cruel saduceo), Anano, que disponía de una ocasión favorable porque Festo había muerto y Albino estaba aún de camino, convocó una reunión (literalmente, “sanedrín”) de jueces y llevó ante él al hermano de Jesús, que es llamado Mesías, de nombre Santiago, y a algunos otros. Los acusó de haber transgredido la ley y los entregó para que fuesen apedreados”. Resulta muy improbable que la versión de Josefo sea el resultado de un retoque cristiano, porque al parecer Josefo no conoce la línea genealógica de Jesús, por el modo de identificar a Santiago (el hermano de Jesús), y por la forma de muerte de éste.
- Ant. 18.3.3 &63-64 (“Testimonium Flavianum”): “En aquel tiempo apareció Jesús, un hombre sabio, si verdaderamente se le puede llamar hombre. Porque fue autor de hechos asombrosos, maestro de gente que recibe con gusto la verdad. Y atrajo a muchos judíos y a muchos de origen griego. Él era el Mesías. Y cuando Pilato, a causa de una acusación hecha por los hombres principales entre nosotros, lo condenó a la cruz, los que antes lo habían amado no dejaron de hacerlo. Porque él se les apareció al tercer día, vivo otra vez, tal como los divinos profetas habían hablado de estas y otras innumerables cosas maravillosas acerca de él. Y hasta este mismo día la tribu de los cristianos, llamados así a causa de él, no ha desaparecido”.
En este pasaje hay tres interpolaciones claramente cristianas:
- “Si verdaderamente se le puede llamar hombre”
- “Él era el Mesías”
- “Porque él se les apareció el tercer día… acerca de él”
En el núcleo, no sólo el vocabulario y el estilo son propios de Josefo, sino que al menos algo del vocabulario no figura en el NT, y parte del contenido está en desacuerdo con lo que el NT dice.
No auténtico | Interpolación parcial | Auténtico |
Salomón Zeitlin | Kennard | Dornseiff |
Rajak | Feuillet | Étienne Nodet |
A. Von Harnack Especialistas | ||
F.C. Burkitt Modernos | ||
E. Norden | ||
Conzelmann | ||
León Herrmann | ||
J. Neville Birdsall |
4
Fuentes: Otros escritos paganos y judíos
1. Tácito y otros autores paganos del siglo II d.C.
Tácito: historiador, senador y procónsul romano (56/7-118 d.C.). Escribió Anales, donde intentaba contar la historia de Roma desde el 14 d.C. hasta el 68; algunos libros se han perdido: del 29 la narración pasa al 32, de aquí que el año del proceso y muerte de Jesús no figure en los manuscritos. Sin embargo hace una breve referencia a Jesús donde habla del incendio de Roma durante el reinado de Nerón (Anales 15.44), que dice: “Por lo tanto, para acallar el rumor, Nerón creó chivos expiatorios y sometió a las torturas más refinadas a aquellos que el vulgo llamaba “cristianos”, (un grupo) odiado por sus abominables crímenes. Su nombre proviene de Cristo, quien, bajo el reinado de Tiberio, fue ejecutado por el procurador Poncio Pilato. Sofocada momentáneamente, la nociva superstición se extendió de nuevo no sólo en Judea, la tierra que originó este mal, sino también en la ciudad de Roma, donde convergen y se cultivan fervientemente prácticas horrendas y vergonzosas de todas clases y de todas partes del mundo”. Es un pasaje auténtico porque figura en todos los manuscritos de los Anales y porque el tono anticristiano hace casi imposible un origen cristiano. Su intención es describir la ejecución de cristianos por Nerón, pero de paso ofrece tres datos esenciales sobre Jesús:
- Se sitúa su muerte durante el reinado de Tiberio (14-84) y el gobierno de Poncio Pilato (26-36).
- Afirma que fue ejecutado por el gobernador romano de Judea. La crucifixión se halla implícita por el hecho de la ejecución de un judío en Judea por un gobernador romano.
- La ejecución de ese Cristo sofocó por breve tiempo el peligroso movimiento de los cristianos. Se revela implícitamente la existencia del movimiento antes de la ejecución.
A menudo se menciona a otros escritores: Suetonio, Plinio el Joven y Luciano, pero ellos cuentan algo sobre lo que hacen o dicen los cristianos. Suetonio, en Claudio 25.4 afirma: “Como los judíos continuamente estaban causando disturbios a instigación de Cresto (las formas latinas Chrestos y Christos se pronunciaban del mismo modo), él [Claudio] los expulsó de Roma”. Plinio el Joven, procónsul de Bitinia (111-113) describe para el emperador Trajano su manera de tratar a los cristianos que le son denunciados (Carta 10.96); menciona su costumbre de reunirse regularmente, antes del amanecer y en un día fijado, para salmodiar versos “a Cristo como a un dios”. Luciano de Samosata (115-200 aprox.) escribió en plan de burla la vida de un individuo que se convierte al cristianismo, luego apostata, intitulada La muerte de Peregrino; dice que los cristianos están tan enamorados de Peregrino que lo veneran como un dios, “después, naturalmente, de ese otro al que adoran todavía: el hombre que fue crucificado en Palestina por introducir este nuevo culto en el mundo”; pasa luego a describir a los cristianos “adorando a ese mismo sofista crucificado y viviendo bajo sus leyes”.
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