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Moral en las religiones


Enviado por   •  1 de Diciembre de 2016  •  Informes  •  2.037 Palabras (9 Páginas)  •  269 Visitas

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        Universidad Católica Santa María La Antigua

Facultad de Humanidades y Ciencias Religiosas

Ética y Moral

2. LA MORAL EN LAS RELIGIONES

Sin querer entrar en detalles, podemos decir que prácticamente todas las religiones del mundo tienen una serie de elementos en común. A la vez que algunos propios, en cuanto a su contenido.

Todas las religiones están caracterizadas por los siguientes elementos básicos:

  • una doctrina, esto es, una explicación más o menos coherente del mundo y de la existencia humana dentro del mismo;

  • una ética o moral, esto es, normas más o menos humanizantes que el ser humano debe observar para poder realizarse como persona;

  • una organización disciplinar más o menos rígida, que da consistencia a dicha religión;
  • un conjunto de prácticas rituales más o menos tipificadas, que ejercen unas personas sagradas, en tiempos sagrados, en lugares sagrados y con unos objetos sagrados que deben asegurar la integración de la comunidad cultual.

Ahora bien, ¿cómo habría de articularse en la práctica la relación entre la fe y las obras, entre la “religión” y la “moralidad”? De hecho, todas las religiones han tratado de exigir de sus fieles un recto comportamiento moral, que sea a la vez responsable y coherente con la fe admitida y profesada.

Por su propia naturaleza, la fe engendra un dinamismo que es preciso calificar de ético. Confiar en alguien, ponerse totalmente en sus manos, es un acto ético que da lugar a otros, ordenados a confirmar y acrecentar la relación original y a responder fielmente a la misma.

Ese comportamiento moral se refiere en primer lugar, y en una línea que podríamos llamar vertical, a las mismas prácticas “religiosas”, entendidas como obras de culto.

Pero se refiere también a la dimensión horizontal de la responsabilidad moral con respecto a otros ámbitos “profanos” de la vida.

En algunas ocasiones tal relación ha sido tan duradera y estrecha, tan admitida socialmente y hasta tal punto sustentadora de la convivencia social que parece que la moral no podría encontrar fundamentación fuera de la religión revelada. Las consecuencias pueden llevar a un integrismo ético-religioso o bien a una desmoralización generalizada de una determinada sociedad que ha abandonado sus convicciones religiosas tradicionales.

  1. Fundamentación de la moralidad

Ahora bien, aun constatando que todas las religiones tratan de vincular la obligación moral a la confesión de la fe, los principios que establecen tal vinculación son con frecuencia diversos. Las mismas normas éticas encuentran una muy diferente fundamentación en el seno de las diversas religiones. Baste aquí evocar tan sólo algunos ejemplos:

a. A veces vemos que la responsabilidad ante el bien o el mal se basa en la constatación de la inserción del ser humano en un orden cósmico, que es preciso mantener. Ese es el esquema general de las morales helenistas, centradas en la sacralidad cíclica y recurrente de la naturaleza.

El mal moral consistiría precisamente en la ruptura de ese orden, como bien demuestran los mitos de Prometeo y Sísifo, Tántalo y las Danaides. Todos estos paradigmas del pecado son condenados a integrarse en el ciclo cósmico recurrente que habían violado con su comportamiento inmoral.

b. Otras veces, la responsabilidad moral se propugna desde la necesidad de la obediencia a un mandamiento divino revelado en la historia por medio de un profeta. Él es el encargado de revelar la voluntad absoluta de Dios, de quien depende el mundo físico y el mundo ético. Ambos mundos se sustentan gracias a su soberanía. El pecado es fundamentalmente la desobediencia al designio divino. Ese es el esquema seguido en general por la religión de Israel y por el Islam.

c. En otras ocasiones, la responsabilidad moral viene exigida por la necesidad de un esfuerzo ascético que se considera necesario para que el fiel pueda purificarse de su apego a los bienes y verdades aparentes y prepararse a la iluminación total. El mal moral es, en el fondo, una ceguera. Este es el esquema habitual en las grandes religiones orientales.

d. Y otras veces, como es el caso de la fe cristiana, la responsabilidad moral se funda en la necesidad de realizar en la vida del creyente el ideal humano que el Dios del amor y la verdad ha querido revelar a los fieles en Jesús el Mesías.

Lo cual no quiere decir que en la fe cristiana estén totalmente ausentes, en todo o en parte, algunos de los mencionados esquemas de fundamentación. También en la moral cristiana es frecuente su auto comprensión en clave de obediencia-trasgresión, que da origen a malentendidos y acusaciones (la heteronomía).

La misma mención de la “Ley evangélica” o “Ley de Cristo” corre el riesgo de ser interpretada en el sentido de una norma impuesta por obediencia. A este propósito, recuérdese un paso significativo de la encíclica de Juan Pablo II veritatis splendor, que estudiaremos en otro momento: “Seguir a Cristo no es una imitación exterior, porque afecta al ser humano en su interioridad más profunda. Ser discípulo de Jesús significa hacerse conforme a El, que se hizo servidor de todos hasta el don de sí mismo en la cruz (cf. Filipenses 2,5-8). Mediante la fe, Cristo habita en el corazón del creyente (cf. Efesios 3,17), el discípulo se asemeja a su Señor y se configura con Él; lo cual es fruto de la gracia, de la presencia operante del Espíritu en nosotros”.

  1. Lo sagrado y lo bueno

Como acabamos de ver, las religiones tratan de determinar algunas exigencias morales y aun la fundamentación última de las mismas. Sin embargo, no por ello se identifica el objeto de la religión con el de la moral.

La experiencia religiosa comporta, como vimos al inicio de este tema, algunos aspectos noéticos, rituales, éticos y sociales, pero no se identifica adecuadamente con ellos. Es más, en la vida de un creyente hay también verdades, celebraciones, comportamientos éticos y elementos integradores de la comunidad que no siempre ni necesariamente vienen determinados por la experiencia religiosa.

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