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Objeto, naturaleza y estructura de la Doctrina Social de la Iglesia


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2015  •  Síntesis  •  2.714 Palabras (11 Páginas)  •  175 Visitas

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1. Objeto, naturaleza y estructura de la Doctrina Social de la Iglesia.

La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) es el conjunto de enseñanzas que el Magisterio de la Iglesia Católica ha expuesto y urgido sobre la llamada "cuestión social" en la época contemporánea.

En la segunda mitad del siglo XX, con la Revolución Industrial como causa, arranca la llamada "época contemporánea" en la que el artesano acabó por convertirse en un elemento más de producción. El trabajo humano comenzó a ser tratado como un bien de producción desde la instalación del sistema de factorías. Todo esto provoca que el ser humano acabe sometido a las leyes de oferta y demanda. Los desequilibrios sociales que este nuevo sistema de valores genera fue llamado en Francia "cuestión social".

La Iglesia, en virtud a sus deberes, se ve obligada a dar respuesta a los fieles y recomendaciones de acción ante los desequilibrios. El Magisterio viene a ofrecer esa respuesta a través de las enseñanzas enunciadas por los obispos, el Papa y, extraordinariamente, por los Concilios.

El ser humano, necesariamente, proyecta; forma intencionalidades que se refieren al ahora y a algo que aún no existe. El mero planeamiento de una acción genera tiempo; un tiempo subjetivo que tiene consecuencias, aún cuando la acción no se haya emprendido. Para la formación de un plan, el hombre precisa de tres elementos: morales, cognitivos y finales. Todos ellos entran en contacto directo con la Doctrina Social de la Iglesia, tanto en cuanto ésta genera juicios morales y recomendaciones de acción, y está estrechamente relacionada con la antropología y moral cristianas, elementos ambos necesarios para la elaboración de cualquier enseñanza de la Doctrina Social de la Iglesia. Por lo tanto, podemos decir que la Doctrina Social de la Iglesia tiene como objeto toda la acción humana, ya que es la DSI la que ofrece al católico los elementos para poder formar una intencionalidad. En palabras de Juan Pablo II, "la Iglesia, con su Doctrina Social, se propone ayudar a la persona en su camino de salvación" (Centesimus Annus, 1991).

Físicamente, la Doctrina Social de la Iglesia está formada por textos que han sido elaborados por las distintas autoridades eclesiásticas que tiene potestad para ello, sobre todo los Papas. Aunque cada texto es diferente, ya que responden al estilo personal de su autor, a la experiencia de éste y a multitud de factores, todos ellos responder a un mismo esquema: El autor del texto, habiendo atendido a las preguntas e inquietudes de los fieles, anticipándose a éstas, fija un tema concreto sobre el que, mediante el uso de enunciados propios de la moral y antropología cristianas y enunciados de ciencias auxiliares, genera como resultado unos juicios morales sobre el tema y unas recomendaciones de acción para los fieles. Este esquema responde a la dinámica magisterial que obliga a los Papas a conducir e iluminar a los fieles. Además, no es reflejo de la estructura externa de los textos. Cada uno de ellos tiene una estructura diferente, organizada para hacerlo aprehensible.

Estos textos suelen ser motores de creación teológica, ya que precisan de enunciados propios de la moral y antropología católicas, enunciados que a menudo no existen y deben ser desarrollados.


2.Principios de la Doctrina Social de la Iglesia

Los principios de la Doctrina Social de la Iglesia son algunos de los juicios morales que ésta ha generado, que por su especial importancia, han sido reafirmados. Los principios de la DSI son verdad, ideas de las que debe gozar el orden social y personal. Encontramos principios de dos tipos: originarios, extraídos directamente de la Confesión de Fe, y derivados, que han sido desarrollados a partir de los anteriores.

Principio de Solidaridad

La antropología y moral cristianas conciben al ser humano como hijo de Dios, creado por Él a su imagen y semejanza y llamado a divinizarse con Él. Dios nos ha creado de forma personal, no como colectividad ni como grupo. Esto hace que exista una filiación común entre todos los seres humanos, tanto en cuanto todos han sido creados por Dios. Esa filiación hace que el ser humano, naturalmente, esté hecho para relacionarse. Lo propio del ser humano es, por lo tanto, que acaben formando "como un sólido"; que una su vida a la del otro formando una familia de la que surge una fraternidad universal. El principio de solidaridad se refiere, por lo tanto, al trato entre seres humanos, de debe estar regido por esa filiación. Lo normal en un cristiano es comportarse con el otro como con un hermano.

Principio del Bien Común

El término bien común se refiere al conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros, el logro más pleno y fácil de la propia perfección. Dichas condiciones no son personales, sino sistémicas, es decir, deben darse a nivel social. La propia perfección, según lo definen la antropología y la moral cristianas, es la imitación de la kenosis de Cristo, su entrega desinteresada al otro. Es, en definitiva, la adopción del tipo cristiano de acción para aspirar a la divinización.

En virtud a este principio, las personas deben actuar de tal forma que procuren ir alcanzando el bien común. Esto entra en conexión directa con el destino universal de los bienes que, según la mora y antropologías católicas, han sido creados por todos. Es inconcebible, por lo tanto, que en una sociedad haya quien carezca de esos bienes.

Tanto el principio de bien común, como  el destino universal de los bienes, prevalecen sobre el derecho positivo, incluido el derecho de la propiedad que para la DSI, es un título que pone en situación al sujeto para disponer de una cosa y administrarla bien, esto es, guidado por la caridad.

Principio de Subsidiariedad

Este principio está vinculado al de la concepción orgánica de la sociedad. Según el Principio de Subsidiariedad, todas las organizaciones de orden superior deben estar en disposición de ayudar a las organizaciones menores.

Principio de Participación

Cada persona, reza este principio, tiene derecho y deber de participar, personalmente o en grupo, en la vida política, cultural, económica… de una sociedad. Las personas tienen el derecho de ser oídas.

Principio de concepción orgánica de la vida social.

Según la antropología católica, las familias, organizaciones menores dentro de la composición de una sociedad, están conectadas entre sí y formadas en su seno por personas. Una familia es donde se genera y tutela la vida. Por lo tanto, las familias son los elementos esenciales de una sociedad.

Por la acción de las personas que están incardinadas en ellas, van surgiendo, de manera dinámica, organizaciones superiores, que a su vez generan otras y así sucesivamente hasta que surge el elemento más importante, en sentido ascendente: el Estado. Pero todas esas organizaciones surgen de un primer elemento esencial: la familia.

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