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Obstáculos a la vida de la gracia - pecado

marco200466Ensayo26 de Mayo de 2025

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 OBSTÁCULOS A LA VIDA DE LA GRACIA - PECADO

Buenas tardes queridos hermanos, en estos momentos puedo veo sus caras muy radiantes, se nota una alegría desbordante por este cambio que se ha producido en cada uno de ustedes y esto pasa porque están experimentado en estos días, un hermoso encuentro con el Señor y con estos nuevos hermanos.

Vamos a ponernos en pie y haremos una oración.

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles, enciende en ellos el fuego de tu Amor para darnos nueva vida… y renovarás la faz de la tierra.

Oh Dios que has iluminado nuestras vidas con la Luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a tu amor para gustar siempre el bien y gozar.

A. TOMAR CONCIENCIA DE LA PÉRDIDA DE DIOS.

En la actualidad nosotros estamos más preocupados por las cosas materiales que por las espirituales.

Nuestro dios es la tecnología, nuestra diosa la sexualidad.

La mayoría se interesa más por llegar a la luna que por llegar al Cielo.

Estamos más preocupados por la conquista del espacio que por la conquista de nosotros mismos.

Pensamos mucho más en lo que vestimos, comemos, lo que bebemos que en lo que somos.

El mundo de hoy está en llamas y el hombre sin Dios nunca podrá dominarlas.

Los fuegos de la pasión, la codicia, el odio, la lujuria y el afán de poder, barren a este mundo.

Somos un pueblo condenado a la muerte que espera que solo se fije el día de su juicio.

La rebelión y el desorden están presentes hoy, en una escala nunca antes vista: los hijos se rebelan contra los padres, hasta el punto que muchos padres les tienen miedo a sus hijos.

Las calles de nuestras ciudades se han convertido en selvas de terror, violencia, raptos y muerte.

Mis hermanos este mundo necesita ser salvado. Se encuentra profundamente en crisis.

Nos decían en el ROLLO GRACIA, que ese Plan que Dios tenía preparado para todos los hombres, y para cada uno de nosotros en particular, el propio hombre lo quebró. No se trata de fisuras superficiales, sino de sacudidas traumatizantes. Es todo un mundo al que hay que salvar.

La causa de la crisis está en el hombre. En cada hombre existe el egoísmo, la envidia, el afán que impulsa a la opresión de los demás.

El bien y el mal solo pasan por el corazón del hombre. “Es, por consiguiente, el hombre, pero el hombre de cuerpo entero, su alma y su corazón, su conciencia, su inteligencia y su voluntad, todo esto es lo que hay que salvar”.

El hombre no está satisfecho con lo que tiene, el mundo ya no lo satisface.

A muchos les da igual estar en Gracia de Dios que no estarlo; o peor aún, no saben ni siquiera qué es estar en Gracia de Dios.

Debemos comenzar a tomar conciencia de las consecuencias que nos produce la pérdida de Dios en nuestras vidas.

La pérdida de Dios hace al hombre como un hijo desheredado o como un templo destruido; enemigo de Cristo y esclavo del diablo hasta poder llegar a caer en el infierno.

Sin embargo, frente a este panorama que aparenta ser desalentador, hay Alguien que no se arriesga a perder al Hombre: es Dios, que desde siempre nos sale al encuentro.

B. NO PERDER EL SENTIDO DEL PECADO.

Hablar del pecado en la época actual es hablar de algo pasado de moda, de algo que ya no va con este tiempo, porque la humanidad ha perdido la conciencia de Dios y el sentido de su existencia.

En la actualidad llegamos a afirmar que el pecado:

Según el mundo, es lo que yo creo que es pecado.

Si yo digo que robar no es pecado porque lo que robé yo lo necesitaba, según yo no es pecado robar.

Si yo creo que matar a una persona que me hizo daño no es malo, pues según yo no es pecado.

Si yo creo que vivir en concubinato no es malo porque al fin y al cabo yo he visto que personas que se casan y se separan y es peor, pues entonces es mejor vivir así, entonces eso no está mal, según el mundo.

Ahora, para la Biblia y para Dios:

¿QUE ES PECADO?

Para el cristiano, pecado es desobedecer las órdenes de Dios. No importa si estoy de acuerdo o no estoy de acuerdo, si me gusta o no me gusta.

Si Dios dio una orden, hay que cumplirla, y si se la desobedecemos, pecamos.

En el tiempo de Dios Padre, en el Antiguo Testamento, existía solamente la Ley, pero los judíos tenían 485.000 leyes que tenían que cumplir y Dios en su misericordia se las pone más fácil y solamente les da diez.

Para ellos en ese tiempo la misma Ley les decía que era un pacto de obras, por lo tanto, si obedecían estas leyes, recibían una recompensa, una bendición, pero si desobedecían recibían un castigo, una maldición.

Así que como nadie podía guardar la Ley, todos estaban generalmente en una maldición.

No tenían la forma de como recuperar a Dios porque habían fallado, por lo tanto, hoy podemos entender que la Gracia ya no va a ser un pacto de obras, sino de fe.

Nosotros somos cooperadores con Dios de su acción salvadora y liberadora, pero nos vamos a encontrar muchas veces con inconvenientes, tanto internos como externos, los cuales van a tratar de dificultar la realización de este Plan, en la práctica estos son los OBSTÁCULOS A LA VIDA DE LA GRACIA. 

Nuestra Vida de la Gracia se verá enfrentada a riesgos y obstáculos que podrán destruirla o impedir que ella crezca y por ello es necesario, detenernos por un momento y pensar.

Esta pérdida del sentido del pecado, hace que en nuestra vida diaria nos encontremos expuestos a las más variadas presiones y manipulaciones, las cuales nos tienten a caer en situaciones de pecado.

El mal puede revestirse de mil formas diferentes, cada una más atrayente que la otra, las cuales nos van a presionar para que cambiemos nuestra opción por Cristo.

Lamentablemente las consecuencias del pecado es la: Pérdida de la Gracia haciéndonos desagradables a Dios, y ya que el pecado es causa del último mal en el hombre, debilita su inteligencia, perturba el orden social y afecta a la Iglesia y a la figura de Dios.

EL PRIMER AMOR CON DIOS SE PIERDE CUANDO…

Seguimos cometiendo un pecado

Todos pecamos, ya sea en pensamiento o acción; es por eso que siempre debemos pedirle perdón a Dios. Sin embargo, esto no termina allí: debemos cambiar nuestra actitud. De nada sirve que pidamos perdón si volvemos a caer en lo mismo.

El problema con ser persistentes en un pecado es que nos aleja de Dios. Cuanto más lo practicamos, más lo normalizamos y creemos que está bien. Es allí cuando nuestra relación con Jesús sufre.

Practicar un pecado repetidamente hace que perdamos el primer amor con Dios y nos lleva a buscar justificaciones y excusas para nuestro comportamiento; en lugar de humillarnos y buscar el perdón de Dios.

Entre estos OBSTÁCULOS el mayor de ellos es sin lugar a dudas, el PECADO.

C. LUCHAR CONSTANTEMENTE CONTRA EL MAL

Cristo necesita discípulos valientes, arriesgados, que no tengan miedo a padecer las repercusiones del mal, sino que combatan el pecado.

Cristo no quiere gente resignada ante el mal, sino hombres activos, valerosos, fuertes en la oración. El temor, la cobardía, los complejos, son cosas que alejan de los valores del Reino y que no nos hacen dignos portadores de la Palabra.

El pecado es el rechazo del Plan de Dios, la ruptura con su voluntad, pero al mismo tiempo podemos decir que es la falta de confianza en Él y en su misericordia infinita.

Debemos luchar constantemente contra el mal, no estamos solos. Se nos ha dicho que CRISTO Y YO MAYORÍA APLASTANTE.

- LA GRACIA LA LLEVAMOS EN VASOS DE VIDRIO

GRACIA. - Es un acto de misericordia de Dios por el cual nos ofrece salvación y vida eterna a todos los pecadores que ponemos nuestra fe en Cristo para salvarnos.

Es para los pecadores, aquí entramos el 99%, todos.

¿Que nos ofrece la Gracia?: La salvación y la vida eterna a través de Cristo.

Entonces Dios Padre dice, como voy a hacer para que estos reciban esa bendición, esa salvación, y nos la envía a través de Cristo, pero lógicamente si tenemos fe.

Con la fe vamos a lograr absolutamente todo, porque no podemos ir en el caminar de la vida de Dios, si no tenemos fe.

Yo no puedo ir a Misa sin un objetivo, sin un motivo, sin una intención, me paro y me siento y me voy, y no voy a dar los frutos necesarios. Dios lo da, pero si tu corazón permanece cerrado, tu espíritu dirá, no lo necesito.

- Una botella herméticamente cerrada, aunque esté en el fondo del mar, no deja entrar en ella una sola gota de agua.

Así pasa con el hombre, sino abrimos nuestro corazón y nuestra mente, sino aceptamos el Plan de Señor.  Si no lo hacemos corremos el riesgo de que el pecado rompa esta relación con Dios.

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