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Un Hogar Cristiano

carlosvj1320 de Noviembre de 2014

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¿QUE ES UN HOGAR CRISTIANO?

CAPITULO 1

DIOS

MATRIMONIO – Fue Su idea

Vamos a pensar juntos acerca del matrimonio cristiano. El matrimonio fue idea de

Dios. Vamos a mirar lo que hace a un matrimonio Cristiano y a un hogar Cristiano. ¿Qué

significa estar casado desde el punto de vista de Dios? ¿Cual es el deber de cada miembro de

la familia? Según la Biblia, ¿qué debe hacer cada miembro para mantener una apropiada

perspectiva cristiana y su responsabilidad como parte de la familia? Vamos a comenzar

donde Dios comenzó todo. Le llamamos “Matrimonio”.

El Matrimonio es la única Institución que nos ha venido desde el otro lado de la caída

del hombre en el Jardín del Edén (Génesis 2:21-25). Dios ordenó el matrimonio antes de que

el pecado entrara en el mundo e intentó que fuera la más plena, la más rica y la más gozosa

vida en el planeta Tierra. Si falla en serlo, la falla no está en la Institución misma sino en

aquellos que entran en ella descuidadamente y fracasan en cumplir sus condiciones. De

hecho, el matrimonio es tan importante en el plan de Dios que El hace una comparación en la

carta a los Efesios entre el Matrimonio y la Iglesia. “El esposo es la cabeza de la esposa, así

como Cristo es la cabeza de la Iglesia; y El es el Salvador del cuerpo. Por lo tanto, como la

Iglesia está sujeta a Cristo, así las esposas deben estar sujetas a sus propios maridos. Esposos,

amen a sus esposas así como Cristo amó a la Iglesia y se dio a sí mismo por ella... Así los

hombres deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa, a sí

mismo se ama” (Efesios 5:23-25; 28). La Iglesia debería ser un reflejo del hogar, y el hogar

un reflejo de la Iglesia.

Chequeo Pre-Matrimonial

Las expectativas para el matrimonio varían en muchas maneras. Algunos se casan por

motivaciones equivocadas tales como: atracción física, seguridad financiera, seguridad física,

estabilidad emocional, compatibilidad sexual, para liberarse de los padres, escapar de un

hogar malo, una pobre auto imagen, aprobación, y la lista continúa. Tarde o temprano estos

motivos se manifestarán y pondrán el matrimonio en peligro. Cada uno debería ser

absolutamente honesto y abierto con el otro antes de casarse. Deberían tener la libertad de

hacerse preguntas ya sea de lo social, espiritual, físico o cualquier cosa que pudiese ser una

parte del pasado del otro. Honestamente preverán futuros impactos que podrían salvar su

matrimonio. De hecho, cada relación romántica requiere la prueba del tiempo, como así

también la prueba de una separación ocasional. Esta es una práctica fundamental para

determinar la Voluntad de Dios. Tiempo separados hará crecer el corazón más cariñoso, ya

sea en aquel con quien planeas casarte o por alguien más. Asegúrate que tu relación ha

experimentado la prueba del tiempo.Dios planeó que muchas de nuestras necesidades individuales se suplan a través del

matrimonio. La necesidad de compañerismo, familia, aceptación social, intimidad sexual y

muchas otras necesidades son logradas a través del matrimonio. “Por eso dejará el hombre a

su padre y su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne” (Efesios 5:31).

Dios ordenó el matrimonio para el confort, la felicidad y el beneficio de la humanidad. Es

parte del plan original de Dios. No es una relación que ha evolucionado. No es una

costumbre en la cual el hombre cayó en los tempranos días de la raza humana. No es un mero

arreglo o relación que es temporario y hecho por hombres. Es de orígen Divino como parte

de la creación de Dios, que Dios ordenó para ser una obligación de por vida del uno para el

otro. “Lo que Dios unió no lo separe el hombre” (Marcos 10:9). Es Su Institución Ordenada

para que los hombres y mujeres se unan en una relación física y emocional y tengan el

privilegio de traer niños a este mundo.

No hay relación sobre la tierra tan cercana y sagrada como la relación de matrimonio.

Sobrepasa a la relación de hijo a madre o padre. Nuestro Salvador, Él mismo, determinó que

el hombre debe dejar a su padre y a su madre y unirse a su mujer (Génesis 2:24). Esto no

debe ser tomado en el sentido de que un hombre sea negligente con su padre o madre, lejos

sea de eso. Esto significa que la relación matrimonial y sus obligaciones están primero.

Desde el momento en que un hombre y una mujer se paran ante el altar matrimonial, su más

alto deber es el uno para con el otro.

Un Ministro del Evangelio debería consumar el matrimonio cristiano. Es una

ceremonia tan solemne, tan cargada de posibilidades de bueno o malo, tan ligada con el

destino eterno de las vidas de personas, que un modo frívolo o de mal gusto en ella no debería

ser tolerado. En el matrimonio, dos corazones y dos vidas se unen, llegando a ser una por el

resto de sus vidas. Este fue el plan original de Dios para el matrimonio antes de la caída del

hombre en pecado. “Por tanto, dejará el hombre su padre y su madre y se unirá a su mujer, y

los dos serán una sola carne” (Génesis 2:24). Uno es el único número que no es divisible.

Aquí tenemos una famosa frase que nos da la perspectiva de Dios sobre el matrimonio.

“Si Dios hubiera querido que la mujer gobernase sobre el hombre, la hubiera sacado de la

cabeza de Adán. Si la hubiera diseñado para ser su esclava, la habría sacado de sus pies. Pero

Dios sacó a la mujer del costado de Adán, para que fuese su ayuda idónea y co-igual con él”

(Agustín).

Compromiso

El matrimonio es un vínculo que solo puede ser disuelto por la muerte. La ceremonia

se enfoca en un pacto entre dos personas que intercambian votos y se prometen uno a otro

“amor, honor y cuidado hasta que la muerte los separe”. La ceremonia anticipa exclusivo

compromiso de futuros eventos a pesar de lo que pase. “Para mejor o para peor, en

enfermedad o en salud, en pobreza o en riqueza.” Estas dos personas se presentan ante Dios y

hacen un pacto que solamente la muerte puede anular. No nos resulta difícil pensar que los

ángeles del cielo silencian sus canciones y se admiran silenciosamente mientras votos santos

son tomados, y dos corazones y vidas son unidos por designios Divinos. Una ceremonia tan

santa, tan sagrada, tan llena de destino que como cristianos, debería ser hecha en la presenciade cristianos que entiendan lo sagrado de la ocasión. Que no seamos culpables de tratar

livianamente el plan divino.

¿Qué les espera a estas dos personas si para ellos el matrimonio es probar la bendición

que Dios intentó que fuese? ¿Qué deben tener ellos en sus corazones? ¿Qué sustentará esta

nueva relación? ¿Habrá algunos ajustes o conflictos? Vamos a considerar algunos de ellos.

Flexibilidad y Entendimiento

Cada pastor de una iglesia sabe la verdad de esto. Cuando dos vidas se unen, hay,

necesariamente, por un tiempo, un ímpetu de vida contra vida. Todos nosotros procedemos

de diferentes trasfondos, familias, temperamentos y personalidades. Muchos ajustes deben

ser hechos, y cada uno debe tener mente y corazón entendidos para combinar estas relaciones

juntos. Se debe empezar por entender que hay una gran diferencia entre la manera de pensar

de un hombre y la de una mujer. Cosas que son importantes para una mujer son

insignificantes para un hombre, y cosas que son importantes para un hombre son

insignificantes para una mujer. Rápidamente se descubren aquellos hábitos, gustos e

inclinaciones que difieren mucho más ampliamente que lo que pensábamos durante aquellos

maravillosos días de cortejo de novios. Si ambos fueran idénticos, el matrimonio rápidamente

se tornaría aburrido. Dios nos hizo diferentes para que pudiéramos complementarnos uno a

otro mientras maduramos.

La mejor manera de hacer estos ajustes es usar frecuentemente las siguientes cinco

palabras: “Lo siento, perdóname, te amo.” Un versículo para fortalecernos en esto es: “Por

esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para

airarse” (Santiago 1:19). Al descubrir tantas diferencias, algunas parejas a veces crecen

descorazonadas y concluyen al fin que su matrimonio fue un espantoso error. Entendamos

una vez más, que el matrimonio requiere sacrificio y ajustes del uno para el otro. Es fácil

olvidar cuan maravilloso fue y cuánto estabas enamorado antes de casarte. De nuevo, el

matrimonio es un plan Divino que fusiona dos vidas en una, y lo va haciendo un día a la vez,

comienza a madurar y complementar uno al otro en cada cosa que hagas. Como alguien ha

dicho, “Tu nunca conoces realmente una persona hasta que vivas con él o con ella, y

comenzar a conocerse es el gozo de la vida matrimonial.”

Déjame ilustrarte cómo funciona todo esto. ¿Has estado parado y observando cómo

dos cursos de aguas confluyen para formar uno sólo? Uno puede ser una corriente barrosa y

la otra de aguas claras. Donde las dos corrientes

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