Estudio Organizacional
marielacuueto13 de Abril de 2014
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1. Construcción del nido.
Las emociones determinan, consciente o inconscientemente, como sentimos el mundo. Hay dos tipos de emociones, las positivas y las negativas; estas últimas, pese a su mala fama, nos han ayudado y nos ayudan a sobrevivir.
Es imposible vivir sin ellas y por tanto hay que conocerlas y reconocerlas ya que sinó pasan al inconsciente y nos pueden desbordar en cualquier momento.
Toda decisión está influida por la emociones y ni la sociedad ni las familias nos suelen enseñar a gestionarlas. Primero sentimos y luego pensamos y actuamos. Las emociones mandan sobre nuestros pensamientos.
No existen estados emocionales neutros; todos los hechos nos afectan positiva o negativamente; por eso la indiferencia es más peligrosa que la ira o el odio.
La importancia de la seguridad emocional des de la infancia.Una relación afectiva sólida des de la infancia permite crear el molde biológico y emocional para las relaciones futuras de la persona.
estilos educativos.
● Depreciativo.
● Condenatorio.
En los dos primeros casos los sentimientos del niño no son válidos. Si decimos lo que deben sentir, les enseñamos a desconfiar de sus propios sentimientos cuando todas las emociones y deseos son aceptables (no así los actos que ellas puedan provocar).
● No intervencionista pase lo que pase lo aceptamos; esto suele acarrear miedos pues tienen que cargar con decisiones impropias de su edad; este patrón suele provocar que sean impulsivos y con baja capacidad para lograr sus metas.
● Emocionalmente competente.
Estrategias.
● Guiarse por criterios claros y concretos pero no por reglas rígidas.
● Dar amor incondicional.
● Permitir el desarrollo de la autoestima.
● Enseñarles a responsabilizarse de sus actos.
● Enseñarles a respetar las necesidades de los demás.
Aplicar “la prueba del vecino”, es decir, comportarse como si hubiera entrado, por unos momentos un vecino en casa[1].
Es importante la autenticidad ya que el niño percibe de forma intuitiva y por imitación. Si no se da aprenden que es admisible decir una cosa y hacer otra.
Es importante que sepan nuestra motivación para hacer las cosas.
Tener cuidado con…
● Las expectativas (ya que a veces no dejan ver la realidad que tenemos delante).
● La humillación.
● Las etiquetas.
● Las palabras jamás y nunca (hay que eliminarlas).
● Las comparaciones.
● La crítica constante.
● Lo más importante es la felicidad y, por tanto, no hay que ser esclavo de nuestros deberes.
2. La llegada de los hijos.
Los hijos permiten reconocer y curar las heridas porque evocan nuestra infancia.
La necesidad básicas de cualquier hijo es el amor. En este sentido solemos atender primero las necesidades físicas (pues son más sencillas) pero tratamos menos (o incluso olvidamos) el amor, que será lo que les permitirá tener seguridad para amarse y para amar a los demás. Hay que tener en cuenta que los hijos, antes que el lenguaje perciben mensajes emocionales[2] (así, si los padres son poco expresivos los hijos suelen evitar el dolor del torbellino de las emociones ya que nadie les ha enseñado a pasar del malestar al bienestar ni a calmarse a sí mismos).
Los cuatro temperamentos: sangúneo, flemático, melancólico y colérico. Ninguno es superior a otro y lo que sí que hay que hacer es identificar el temperamento de cada miembro de la familia.
También suele haber una relación entre el temperamento de los padres y el modelo educativo que aplican. Así, los padres sanguíneos y flemáticos suelen ser permisivos (pues evitan el conflicto). Los padres melancólicos también suelen ser permisivos pero estos por su aversión a la confrontación. Los padres coléricos suelen optar por el modelo autoritario.
El objetivo no debe ser cambiar a nadie sino cambiar la forma como los trato ya que “cuando cada miembro ocupa su espacio natural, los demás tienden a gravitar hacia su propio lugar sin necesidad de luchas intensas”.
El amor, por ejemplo hacia los hijos, une a través del circuito de la recompensa y por tanto motiva y entusiasma desconectando la capacidad de crítica social.
Uno de los objetivos principales como padres es dar muestras de comportamiento empático y positivo.
Los hijos, antes de enfrentarse al mundo han de haber experimentado el amor incondicional (aceptar al niño por aquello que es y no por aquello que hace – hecho que el identificará por nuestros actos diarios y no por nuestras palabras) y por tanto sentirse digno de ser amado. En oposición a esto solemos sobreproteger en el plano físico y los abandonamos en el plano emocional.
● No dar este amor incondicional suele provocar inseguridades que acaban en reclamos de atención cada vez más insistentes e inoportunos que acaban con faltas de disciplina.
● Dando el amor incondicional será capaz de aceptar la disciplina coherente y firme, tendrá una autoestima saludable, confiará en sus capacidades para salir adelante, se conocerá y aceptará quien es. Permite tener seguridad y por tanto permite pensar en los demás (sin seguridad no se puede pensar en los demás).
Aprender a amar y ser amado de forma incondicional es una de las herramientas más poderosas que existen de transformación personal y de reconciliación de una persona consigo misma.
Los lenguajes del amor. Hay cuatros lenguajes básicos: el contacto físico, el compartir tiempo de calidad, los actos de servicio y el de las palabras.y el lenguaje de los regalos Cada persona se siente cómodo para percibir y expresar en uno o dos lenguajes y puede ser diferente el de percibir que el de expresar. Para descubrir cuales son los principales en nuestros hijos y seres queridos nos tenemos que fijar en aquello que nos reclaman con más asiduidad.
Si conseguimos acostumbrarlos a percibir y expresar en los cuatro lenguajes en un futuro también lo harán ellos.
● El contacto físico, por su carácter directo y cálido es importante cuando uno está enfermo o triste.
● El tiempo de calidad se percibe si no hay ningún objetivo que cumplir y por tanto se dá la conversación; un buen momento es antes de dormir.
● Los actos de servicio son difíciles de hacer a personas muy perfeccionistas ya que no dejan hacer nada. .
● Con las palabras hay que tener especial cuidado con las negativas; si aún así se dicen es importante disculparse. Hay que tener en cuenta que no se las dejaríamos decir a ningún vecino – y para ellos es mucho más importante lo que digamos los padres y no tanto los vecinos.
• El lenguaje de los regalos: Lo que este niño o adulto percibe tras el lenguaje de los regalos es el amor de sus padres o seres queridos, que se manifiesta más claramente para él o ella a través del regalo, de la ofrenda, en un sentido amplio. Si regalamos con este espíritu, el niño aprenderá a dar y a recibir con el mismo espíritu generoso.
El comportamiento de los niños siempre está ligado a la necesidad de recibir amor.
La educación emocional inteligente enseña al niño a tolerar la frustración y a comprender y aceptar que los demás también tienen sus necesidades y derechos.
3. La resolución de conflictos.
Ante un conflicto, por motivos fisiológicos, solemos situarnos a la defensiva; este hecho biológico dificulta la resolución pacífica del mismo. “El conflicto, sin embargo, es un hecho natural e inevitable. No todos los conflictos pueden solucionarse; pero aquellso que sí podrían resolverse exigen que seamos conscientes de que el conflicto tiene aspectos positivos: puede enseñar a transigir, a establecer nuevas relaciones, a aprender a través de las experiencias, a perdonar, a comprender, a ponerse en el lugar de los demás, a cambiar de mentalidad, a llegar a un consenso, a ver el conflicto como una oportunidad de crecimiento…”
La disciplina coercitiva tiene efectos preocupamente a medio y largo plazo. El niño que se siente injustamente castigado acaba perdiendo la confianza y o desarrolla una sana autoestima.
La escucha reflexiva es aquella que transmite empatía y respeta y da oportunidad de expresarse.
Es importante aprender a pedir disculpas.
Disciplinar: De cara a los niños es importante atender a la causa de los conflictos y quitar importancia, con cariño, a las demandas de atención constante. Cuanto más duro son los castigos menos probabilidad hay de que el niño cambio de actitud. Por tanto es más importante y eficaz la crítica constructiva (específica, sugiera soluciones, no roce la crítica personal) acompañada del ejemplo, la inspiración y la confianza.
Disciplinar es ceder responsabilidad paulatinamente (hay que poder elegir para poder responsabilizarse) y hay que tener en cuenta que a menor responsabilidad menor motivación.
La disciplina parental da autocontrol, tolerancia a la frustración. Para ello hay que corregir en privado y si está arrepentido interrumpir la medida. Un error común es no disculparlo cuando se ha producido en situaciones estresantes}
La ira, como cualquier emoción negativa, nos ha ayudado y ayuda a sobrevivir – además de ser el germen de la justicia social[3]. Por tanto lo importante es reconocerla y controlarla[4] (gestionarla). Para conseguirlo es importante enfrentarse a los problemas cuando son pequeños – para sí evitar el efecto bola de nieve. Su manejo (comprenderla y expresarla de forma sana hacia su causa origin de los mayores retos y logros en la educación.
Crisis emocionales (sentir dos emociones
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