ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Estudio Organizacional


Enviado por   •  13 de Abril de 2014  •  3.299 Palabras (14 Páginas)  •  319 Visitas

Página 1 de 14

1. Construcción del nido.

Las emociones determinan, consciente o inconscientemente, como sentimos el mundo. Hay dos tipos de emociones, las positivas y las negativas; estas últimas, pese a su mala fama, nos han ayudado y nos ayudan a sobrevivir.

Es imposible vivir sin ellas y por tanto hay que conocerlas y reconocerlas ya que sinó pasan al inconsciente y nos pueden desbordar en cualquier momento.

Toda decisión está influida por la emociones y ni la sociedad ni las familias nos suelen enseñar a gestionarlas. Primero sentimos y luego pensamos y actuamos. Las emociones mandan sobre nuestros pensamientos.

No existen estados emocionales neutros; todos los hechos nos afectan positiva o negativamente; por eso la indiferencia es más peligrosa que la ira o el odio.

La importancia de la seguridad emocional des de la infancia.Una relación afectiva sólida des de la infancia permite crear el molde biológico y emocional para las relaciones futuras de la persona.

estilos educativos.

● Depreciativo.

● Condenatorio.

En los dos primeros casos los sentimientos del niño no son válidos. Si decimos lo que deben sentir, les enseñamos a desconfiar de sus propios sentimientos cuando todas las emociones y deseos son aceptables (no así los actos que ellas puedan provocar).

● No intervencionista  pase lo que pase lo aceptamos; esto suele acarrear miedos pues tienen que cargar con decisiones impropias de su edad; este patrón suele provocar que sean impulsivos y con baja capacidad para lograr sus metas.

● Emocionalmente competente.

Estrategias.

● Guiarse por criterios claros y concretos pero no por reglas rígidas.

● Dar amor incondicional.

● Permitir el desarrollo de la autoestima.

● Enseñarles a responsabilizarse de sus actos.

● Enseñarles a respetar las necesidades de los demás.

Aplicar “la prueba del vecino”, es decir, comportarse como si hubiera entrado, por unos momentos un vecino en casa[1].

Es importante la autenticidad ya que el niño percibe de forma intuitiva y por imitación. Si no se da aprenden que es admisible decir una cosa y hacer otra.

Es importante que sepan nuestra motivación para hacer las cosas.

Tener cuidado con…

● Las expectativas (ya que a veces no dejan ver la realidad que tenemos delante).

● La humillación.

● Las etiquetas.

● Las palabras jamás y nunca (hay que eliminarlas).

● Las comparaciones.

● La crítica constante.

● Lo más importante es la felicidad y, por tanto, no hay que ser esclavo de nuestros deberes.

2. La llegada de los hijos.

Los hijos permiten reconocer y curar las heridas porque evocan nuestra infancia.

La necesidad básicas de cualquier hijo es el amor. En este sentido solemos atender primero las necesidades físicas (pues son más sencillas) pero tratamos menos (o incluso olvidamos) el amor, que será lo que les permitirá tener seguridad para amarse y para amar a los demás. Hay que tener en cuenta que los hijos, antes que el lenguaje perciben mensajes emocionales[2] (así, si los padres son poco expresivos los hijos suelen evitar el dolor del torbellino de las emociones ya que nadie les ha enseñado a pasar del malestar al bienestar ni a calmarse a sí mismos).

Los cuatro temperamentos: sangúneo, flemático, melancólico y colérico. Ninguno es superior a otro y lo que sí que hay que hacer es identificar el temperamento de cada miembro de la familia.

También suele haber una relación entre el temperamento de los padres y el modelo educativo que aplican. Así, los padres sanguíneos y flemáticos suelen ser permisivos (pues evitan el conflicto). Los padres melancólicos también suelen ser permisivos pero estos por su aversión a la confrontación. Los padres coléricos suelen optar por el modelo autoritario.

El objetivo no debe ser cambiar a nadie sino cambiar la forma como los trato ya que “cuando cada miembro ocupa su espacio natural, los demás tienden a gravitar hacia su propio lugar sin necesidad de luchas intensas”.

El amor, por ejemplo hacia los hijos, une a través del circuito de la recompensa y por tanto motiva y entusiasma desconectando la capacidad de crítica social.

Uno de los objetivos principales como padres es dar muestras de comportamiento empático y positivo.

Los hijos, antes de enfrentarse al mundo han de haber experimentado el amor incondicional (aceptar al niño por aquello que es y no por aquello que hace – hecho que el identificará por nuestros actos diarios y no por nuestras palabras) y por tanto sentirse digno de ser amado. En oposición a esto solemos sobreproteger en el plano físico y los abandonamos en el plano emocional.

● No dar este amor incondicional suele provocar inseguridades que acaban en reclamos de atención cada vez más insistentes e inoportunos que acaban con faltas de disciplina.

● Dando el amor incondicional será capaz de aceptar la disciplina coherente y firme, tendrá una autoestima saludable, confiará en sus capacidades para salir adelante, se conocerá y aceptará quien es. Permite tener seguridad y por tanto permite pensar en los demás (sin seguridad no se puede pensar en los demás).

Aprender a amar y ser amado de forma incondicional es una de las herramientas más poderosas que existen de transformación personal y de reconciliación de una persona consigo misma.

Los lenguajes del amor. Hay cuatros lenguajes básicos: el contacto físico, el compartir tiempo de calidad, los actos de servicio y el de las palabras.y el lenguaje de los regalos Cada persona se siente cómodo para percibir y expresar en uno o dos lenguajes y puede ser diferente el de percibir que el de expresar. Para descubrir cuales son los principales en nuestros hijos y seres queridos nos tenemos que fijar en aquello que nos reclaman con más asiduidad.

Si conseguimos acostumbrarlos a percibir y expresar en los cuatro lenguajes en un futuro también lo harán ellos.

● El contacto

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (21.3 Kb)  
Leer 13 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com