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Maiz Transgenico En Costa Rica


Enviado por   •  13 de Mayo de 2013  •  1.824 Palabras (8 Páginas)  •  2.311 Visitas

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MAIZ TRANSGENICO EN COSTA RICA

Reflexión sobre lo recientemente sucedido en Costa Rica

Tratando de tener en mente una resumida recopilación de información recabada en torno al tema, puede tomarse la fecha del 14 de noviembre del año 2012, cuando se difunde la noticia de la presentación oficial por parte de la empresa estadounidense Delta & Pine Land (D&PL) Semillas Ltda, con sede en Guanacaste y adquirida por la Internacional Monsanto en el año 2006, solicitando a la Comisión Técnica Nacional de Biodiversidad (CTNB), permiso para sembrar en el país, entre 1 y 2 hectáreas de maíz genéticamente modificado. Se alega en dicho momento, que se trata de siembra para semilla o para investigación y que nunca sería con propósitos de consumo humano o comercialización dentro del país, dado que se presenta como propósito para toda la posible semilla producida, la exportación como material de siembra en otras latitudes, con características de ser una semilla más resistente a cierto tipo de plaga y a los daños colaterales de algún agroquímico tipo glifosfato utilizado habitualmente en el mismo cultivo y comercializado igualmente por la transnacional Monsanto, misma que además ya ha sembrado en Costa Rica semilla transgénica de algodón con su marca.

Según datos aportados por el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE), no sería esta la primera ocasión en que se siembran semillas de este grano transgénico en Costa Rica, ya que en la década de los años 90 se realizaron siembras en 1 o 2 hectáreas, en un aparente intento por parte de la SFE de reforzamiento previo a una posible resolución favorable por parte de la CTNB a la gestión presentada por la empresa D&PL Semillas Ltda.

Se menciona adicionalmente y como dato relevante, que existen en el país mas de 443 hectáreas de cultivos transgénicos repartidas en diferentes cultivos como el algodón con 394 hectáreas, la soya con 44 ha, banano con una ha, 3 ha de piña, por parte de empresas como Semillas Orson, D&PL Semillas, Bayer, Semillas del Trópico y Del Monte. Aún así, la Federación Costarricense para la Conservación del Ambiente (Fecon), sin ser un participante directo en la gestión, manifiesta su férrea oposición a la siembra que se solicita por parte de esta empresa, enfatizando en su solicitud, a la CTNB, rechazar esta y otras gestiones de permiso para cultivos de este tipo que puedan presentarse en el futuro.

Hasta allí, la CTNB, como único ente consultado en este tema hasta el momento, y en voz de la Jefa del Departamento de Biotecnología de la SFE y miembro de la precitada comisión, indica que esta podría basar su decisión de otorgar o no el permiso gestionado, con base en los impactos ambientales del cultivo, el desarrollo tecnológico que se llegue a utilizar y resultados de certificación de la semilla, impactos en la producción y plagas y demás aspectos relacionados con el tema de la bioseguridad.

Una vez iniciado el mes de diciembre del año 2012, la CTNB solicita estudios adicionales sobre los impactos de la siembra de maíz transgénico en Costa Rica por parte de la empresa Monsanto, situación que posterga por tiempo calificado como indefinido la resolución de si se otorgará o no el permiso solicitado por D&PL Semillas. Cabe considerar para esa fecha, que el plazo que tenía dicha comisión para la emisión de un dictamen, tenía vencimiento con fecha del 06 de diciembre del año 2012. En este punto surgen la Academia nacional de las Ciencias y el Ministerio de Ambiente y Energía, quienes como autoridades nacionales solicitan a la empresa en mención, mayor información técnica, situación que alarga indefinidamente la fecha establecida para la emisión del dictamen mientras que la empresa proporciona los datos que recién se le solicitan en ese momento.

Ya a finales de enero del año 2013, la CTNB decide por mayoría otorgar dictamen positivo a la empresa en mención, información confirmada Alejandro Hernández, miembro de la CTNB por parte del Ministerio de Ciencia y Tecnología y por la ONG Coecoceiba.

Es en este punto, donde la gestión aparentemente finalizada en su tramitación, misma que no ha sido realmente tema de manejo público en cuanto al involucramiento de las partes afectadas de una u otra manera, que surgen matices de oposición declarada por sectores hasta dicho momento no tomados en cuenta, posiblemente por no considerárseles por el gobierno, como partes técnicas en una materia que se pretendió darle un manejo político-científico y dejándose muy de lado el tema ético que desde un principio debió de enfocarse. Cabe reseñar el punto ético de la cuestión en marras, mismo que no puede aislarse de una valoración neutral por no estar en libertad de intereses que van desde el plano político, económico, social y hasta cultural. Es en donde debe analizarse el tema desde un enfoque global de las partes involucradas y las que se verán en diferentes medidas afectadas, como en el ejemplo de las prácticas médicas, que dejan de ser tema exclusivo para intervención en análisis y crítica, solamente por los médicos y funcionarios de salud, sino que también tienen todo derecho de participación los miembros de grupos sociales afectados como los pacientes, sus familiares y demás. En lo que parece ser un excelente ejemplo para el caso como el que nos ocupa, donde se debe considerar si las posibles consecuencias resultarán éticamente neutrales a los diferentes grupos sociales como para negárseles el derecho de participación, sea en la formulación de hipótesis o teorías, así como también en la toma de decisión de aceptación o rechazo.

La responsabilidad para decidir lo que se siembra en cuanto a productos transgénicos, en nuestro país debe ser tomada con la participación

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