Sociologia
cesarriin266 de Abril de 2015
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Sociología importancia de los roles en la sociedad
El rol social es un concepto sociológico que hace referencia a las pautas de conducta que la sociedad impone y espera de un individuo (actor social) en una situación determinada. El rol tiene la función de separar lo que somos (identidad) de lo que representamos (rol). La teoría del rol, también denominada función social ha sido desarrollada principalmente en Estados Unidos. Algunos de los primeros conceptos sobre ella son enunciados por William James, aunque los pensadores Charles Cooley y George Herbert son sus autores directos. Esta teoría establece que toda persona que participa en una determinada situación social se enfrenta a unas expectativas específicas que exigen de ella unas respuestas concretas. Cada situación posee importantes mecanismos de presión para asegurar que estas respuestas sean apropiadas al igual que cada ámbito de la vida en sociedad presenta expectativas diferentes.
Los roles, por tanto, son creaciones sociales, la forma como se relacionan los individuos y las instituciones, que también son otra creación social. Las principales instituciones son la familia, la educación, la religión, la política (el estado) y la economía. Estas instituciones sociales poseen unas normas implícitas (unas pautas de comportamiento) que los individuos aceptan y asimilan, ya que si no siguen estas pautas, pueden ser rechazados o, incluso, expulsados del grupo. Es, por tanto, necesario explicar la relación existente entre las normas y los roles: las normas regulan el comportamiento de los individuos y hacen referencia tanto a prescripciones como a proscripciones. Estas normas de comportamiento emanan de las instituciones y son los individuos quienes legitiman su valor moral y quienes las respetan y cumplen para evitar el rechazo del grupo y/o la exclusión. Tres tipos de comportamiento derivan de las normas:
Comportamiento exigido
Comportamiento permitido
Comportamiento prohibido
Los roles traducen a un nivel activo las llamadas instituciones,, es decir, nos permiten entrar y salir de las diversas realidades sociales que se nos presentan en el día a día y en general en la vida. Para ello, cada individuo acepta la normativa y la aplica en cada una de estas situaciones sociales. Es decir, la asunción del rol la realizamos voluntariamente para conseguir la aceptación del grupo. Por una parte, la existencia de roles es restrictiva debido a la necesidad de seguir un guion establecido y/o asumido por el grupo, pero a la vez es también liberadora puesto que facilita las herramientas sociales para desenvolvernos con facilidad por las diversas realidades sociales.
Resulta evidente que, para la dinámica de grupos, la cuestión del rol social adquiera mucha importancia, no sólo porque sea la consecuencia del lugar que una persona ocupa en el interior del grupo, sino también porque este tema sugiere conceptos que no sólo son interesantes para la psicología, sino que lo son también para la sociología de las organizaciones, como, por ejemplo, el tema del liderazgo.
Por esa razón no podemos quedarnos únicamente con la idea de que el rol social se limite a aquellas pautas que orientan nuestro comportamiento, o al conjunto de conductas que se contempla de un rol específico. Es verdad que hace referencia a eso, pero también es necesario considerar que el rol social contempla lo siguiente:
La movilización de un repertorio de comportamientos.
Una manera particular de relacionarnos.
El uso y utilización de un lenguaje concreto.
La incorporación de unos determinados hábitos.
Lo anterior es verdad e incluso podemos afirmar que constituye la base del entendimiento de lo que significa el rol social para una disciplina como la psicología. Pero, no obstante, el rol social además implica:
Hacer el rol cada vez más propio para quien lo ejecuta.
Apropiarlo con las propias palabras de quien lo ejecuta.
También significa consolidarlo y visualizarlo en las relaciones.
Lo que queremos decir con lo anterior es que el rol social se elabora, se experimenta y se apropia. En otras palabras, los roles, una vez que nos los ponemos encima, los hacemos nuestros, nos los apropiamos y los ejecutamos como creemos que es mejor. Con todo esto y por lo demás, queremos afirmar aquí que los roles sociales son construidos y constructores.
El rol social configura a quien lo ejecuta así como el rol que ejecuta. Lo cual explica por qué actuamos de diferente forma en un mismo rol o cómo un rol es ejecutado de distinta manera por diferentes personas. Cada uno/a ha realizado su propia construcción de algo que ya estaba construido en la sociedad. Por ello pueden existir roles autoritarios, participativos, etc., en diferentes magnitude.
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Antropología roles típicos entre otras culturas
La antropología cultural es el estudio del hombre culturalmente determinado. Alcanzó el estatuto científico a finales del siglo pasado, es decir, hace relativamente poco; abarca un amplio campo.de fenómenos, objeto de estudio también por parte de ciencias afines: etnografía, etnología, antropología física, etc., y está considerada como una de las ciencias sociales básicas, junto con la psicología y la sociología.
1. LA PREHISTORIA DE LA ANTROPOLOGIA CULTURAL. El estatuto epistemológico de la antropología cultural se define a partir de 1871, fecha que todos consideran fundamental por la publicación de la obra de E.B. Tylor Primitive culture. Pero tuvo precedentes teóricos y metodológicos que prepararon su nacimiento como ciencia de un modo más o menos directo. Aunque no corresponde específicamente a los antecedentes precientíficos de la antropología cultural, no podemos pasar por alto la aparición del problema antropológico o del sujeto a nivel filosófico si se tiene en cuenta que las ciencias modernas nacen en el momento en que las diversas ramas del saber se emancipan de la tutela filosófica, que a todas ellas englobaba. Esta emancipación de los presupuestos filosóficos encontrará precedentes explícitos, sobre todo por parte de la antropología cultural, en aquellos elementos que más relación tienen con la problemática actual y que, en cierto sentido, anuncian hipótesis y perspectivas de la futura ciencia. Este es el sentido en que se habla de prehistoria de la antropología cultural. Tal prehistoria, sin embargo, no tiene limites preestablecidos, excepto los límites experimentales de toda investigación histórico-antropológica, ya que la antropología, en su significación global, y por eso mismo también cultural, avanza ajustando sus pasos a la historia del hombre; y que el atributo "cultural", más que connotación extrínseca del anthropos, es determinación intrínseca de él. Si el problema de la prehistoria de la antropología cultural es un problema empírico más que teórico, es entonces necesario y lícito reconstruir una prehistoria explícita; es decir, las etapas de una reflexión antropológica que de forma más o menos consciente y refleja ha recibido la dimensión cultural del hombre. Ya que un análisis así no se corresponde con las dimensiones y la finalidad de un artículo de diccionario de teología moral -para profundizar en él remitimos a la bibliografía-, baste indicar que la reconstrucción de los antecedentes de la antropología cultural encuentra una línea fundamental de demarcación interna en el siglo xvi, que fue testigo de importantes descubrimientos geográficos y vio ampliarse el conocimiento cualitativo y cuantitativo de nuestro planeta. Por otra parte, es posible señalar pistas de reflexión antropológico-culturral que recorren la fase anterior a esta línea divisoria. Además de la reflexión filosófica sobre el hombre -de la que hemos hablado y que es inseparable de la envoltura simbólico-mitológica inicial y de las inevitables exageraciones cosmoteológicas con que se ha acompañado en los diversos contextos y diversas épocas histórico-culturales, recorre la historia del pensamiento a partir de los sofistas y Sócrates-, baste señalar el vasto patrimonio histórico-documental elaborado en los centros culturales más importantes del mundo antiguo, constituido por narraciones de viajes, colecciones geográficas, descripciones etno-culturales, reflexiones literario-filosóficas sobre costumbres, instituciones, sociedades, leyes, usanzas, etc. Como representantes de esta prehistoria hay que enumerar, entre otros, a Herodoto, Jenofonte, Jenófanes, Menandro el Protector, el bizantino Constantino Porfiriogeneta, Aristóteles, Lucrecio, el chino Xuang Tsé, los árabes Ibn Khaldoun, A1 Idris, Ibn Batouta. En tiempos más recientes, ligados sobre todo al contexto cultural y social de Europa occidental, existe un gran patrimonio de datos etnográficos, informes detallados de costumbres y pueblos diversos, documentos y descripciones muy concretas sobre la vida de los hombres de diversas regiones del mundo y de los nuevos continentes conocidos (hay que recordar aquí, entre los nombres más conocidos: Giovanni da Pian del Carpine, Marco Polo, Bartolomé de las Casas, José de Acosta, Garcilaso de la Vega, O. Dapper, J.B. Tavernier, Abel, Janszoon Tasman), además de otras narraciones de distinto tipo escritas por misioneros, comerciantes, embajadores, conquistadores, etc. En el siglo xvin hubo también exploradores cuyas expediciones tuvieron un auténtico interés etnográfico y no sólo geográfico, además de las primeras realizaciones de estudios de campo (recuérdense las expediciones de V. Bering, J. Cook, M. Park, A. von Humboldt); y, finalmente, en los comienzos del siglo xix, las primeras publicaciones que recogían datos
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