Tendencias del Diseño

• Cómo será el diseño del siglo XXI.

Factores socioeconómicos han sido los que han marcado una pauta para que exista una intervención por parte del diseño, un claro ejemplo de ello fue en el año de 1973, donde la crisis del petróleo de 1973 produjo una recesión comparable a la de la década de los treinta. Y la economía se vio obligada a cambiar sus paradigmas operativos y recurrió al diseño en busca de una producción flexible y actualizada. En esta etapa de los años setenta la economía de la empresa comenzó a transformarse en economía de la sociedad, y el diseño quedó inevitablemente vinculado al consumo, un consumo por lo general inducido por el marketing empresarial que crea necesidades mediante un régimen de obsolescencia programada de los atributos tecnológicos y simbólicos del producto.

No podemos hablar de tecnología, producción, innovación y diseño si no reconocemos la prioridad de un desarrollo sustentable, ya que la sustentabilidad, que dejará de ser un factor más para tener en cuenta en el diseño, para constituir el nuevo escenario global en el que actuarán los intereses divergentes de los economistas, tecnólogos, ecologistas, consumidores y políticos. En este escenario la imaginación del diseño será imprescindible para humanizar proyectos y marcos reguladores, para repensar el nuevo significado de bienestar, de progreso y de confort. Por otra parte, el consumo seguirá siendo un objetivo específico de los diseñadores. Si hasta ahora el recorrido del diseño ha sido desde la industria hacia el consumo, la conciencia social ambientalista y la presión creciente de un comercio sustentable requerirán del diseño un trayecto inverso al anterior, un trayecto desde la gente hacia la industria, con el objeto de reformular no solo los programas de productos existentes, sino fundamentalmente con el fin de proponer nuevos usos, experiencias y servicios En este nuevo trayecto el diseñador tendrá la posibilidad de indagar la raíz sociocultural de lo cotidiano, así como el proceso en el que la gente construye su identidad, su diferenciación e integración social frente a un universo imprevisible.

• El diseño a futuro: los rostros de Jano.

Las cosas evolucionan como resultado de ese encuentro entre azar y necesidad. El futuro de la profesión del diseño dependerá de cómo se desarrolla la sociedad en su conjunto. La humanidad es cada vez más consciente de lo limitados que son los recursos naturales que facilitan su supervivencia. Es más reflexiva sobre el crecimiento demográfico incontrolable y el malestar originado por la injusta distribución de la riqueza.

La nueva tecnología corre el riesgo de hacerse demasiado complicada, y es deber del diseño lograr que su uso sea algo más simple. La clave es la simplicidad como lenguaje que todo mundo entienda, además que conecte a la gente con la tecnología de forma sencilla y atractiva, más asequible y accesible para todos. El diseñador del futuro formará parte de un equipo de investigación que intentará ampliar fronteras; buscará nuevas formas de ayudar a los productos y empresas a ofrecer un mejor servicio; respetará el medio ambiente, perfeccionará la ergonomía, adaptará los materiales y procesos existentes y contribuirá a

desarrollar otros nuevos; participará activamente en el proceso industrial global. Donde los nuevos medios y tecnologías influirán en el mundo del proceso de diseño.

El diseño se enfrenta a diversos futuros posibles. En primer lugar, está el ideal: un diseño auténtico. Un futuro menos deseable: donde los comerciantes se apoderan de la industria y la saturan con su idea del diseño (que no es el auténtico), e inundan el mundo con artículos inútiles. Otro tipo de futuro será aquél para el cual el diseño es particularmente adecuado para la producción en serie y su obsolescencia.

• El Diseñador del Futuro.

Siendo una de las profesiones más complejas de la actualidad, debido a la cantidad de variables físicas, sociales y culturales con que se desenvuelve dentro de su quehacer, es necesario que un buen diseñador maneje una amplia serie de herramientas básicas, disciplinas, métodos y actividades dentro de su labor cotidiana.

Dentro del proceso de diseño, todo diseñador atraviesa cinco etapas importantes que definen el resultado de su trabajo: Investigación, gestión, concepción, praxis y un factor ético.

Hoy en día la globalización, la situación ambiental, la alta demanda de productos y el bombardeo constante de nuevas propuestas han cambiado la forma de pensar de las personas, creando consumidores más conscientes que no se satisfacen tan fácilmente como lo hacían hace un par de generaciones. Estos nuevos mercados requieren del servicio de un diseñador, que sea empático y con profundos valores éticos; un diseñador que sepa cómo entender las necesidades reales de los usuarios y su forma de pensar. Este diseñador profundiza en los aspectos psicológicos, físicos y culturales antes de diseñar, logrando obtener, no solo diseños innovadores, sino diseños que imprimen una profunda huella en la preferencia del usuario.

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