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Tratamiento de la leucemia infantil


Enviado por   •  6 de Febrero de 2014  •  Tutoriales  •  5.588 Palabras (23 Páginas)  •  405 Visitas

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Tratamiento de la leucemia infantil

El cáncer es una enfermedad insidiosa. El causante no es un invasor extraño, sino los descendientes modificados de nuestras propias células, que se reproducen de forma descontrolada. En esta guerra civil resulta muy difícil distinguir al amigo del enemigo, para tratar las células cancerosas sin dañar las células sanas. La mayoría de las terapias para el cáncer actuales, entre las que se incluye el tratamiento de la leucemia infantil descrito en el presente documento, se basan en el hecho de que las células cancerosas se reproducen sin algunas de las salvaguardas presentes en las células normales. Si conseguimos interferir en la reproducción celular, las células cancerosas serán atacadas con severidad y a menudo no lograrán recuperarse.

Los científicos y médicos que idearon el tratamiento para la leucemia infantil promovieron un método racional para destruir las células cancerosas utilizando los conocimientos de las células acumulados a partir de una serie de descubrimientos procedentes de investigaciones básicas que se llevaron a cabo a principios del siglo XX. Dichos estudios mostraron que los mecanismos de la célula se basan en un gran conjunto de reacciones químicas que se repiten continuamente de la misma forma que los pasos que forman una cadena de producción. Estas reacciones, conocidas como metabolismo celular, convierten los alimentos en grasa, músculo y energía, utilizando en cada paso como material inicial el obtenido en el paso anterior. Cualquiera de las muchas cadenas de producción se detendrá si se produce un fallo en uno de estos pasos. El planteamiento de los científicos consistió en tomar una sustancia química sabían que era esencial para la reproducción celular (un componente básico para la creación de ADN) y modificarla de forma que obstruyera el funcionamiento de la célula cuando la célula la confundiera con la sustancia química usual. Estos materiales defectuosos se denominan antimetabolitos. Muchos de ellos se utilizan en la actualidad como fármacos, no sólo para tratar el cáncer, sino también para la gota, infecciones bacterianas, infecciones virales y muchas otras enfermedades.

La lucha contra el cáncer se ha convertido más en una guerra de desgaste que en una serie de victorias instantáneas y espectaculares, y la investigación que se ha llevado a cabo sobre la leucemia infantil durante los últimos 40 años no es una excepción. Pero, en nuestros días, la mayoría de los niños que sufren esta enfermedad pueden llegar a curarse gracias a los fármacos antimetabolitos descritos en este documento. La lógica que respalda a estos fármacos procede de una amplia gama de investigaciones mediante las que se han conseguido definir los procesos químicos de la célula. Dichas investigaciones fueron llevadas a cabo por científicos que no podían ser conscientes de que sus descubrimientos iban a salvar las vidas de hasta treinta mil niños en Estados Unidos.

De repente, Debbie Brown parecía estar siempre cansada. Estaba tan cansada que tenía que subir las escaleras a gatas y con el menor contacto le salía un cardenal. Era el año 1954 y Debbie, de 9 años de edad, tenía leucemia.

Un año antes Debbie se hubiera muerto en unos meses. Pero era 1954 y el médico de Debbie conocía el trabajo realizado por el Dr. Joseph Burchenal en el hospital Memorial Sloan-Kettering de Nueva York. Tras ser enviada allí, el equipo de Burchenal administró a Debbie dos fármacos experimentales, 6-mercaptopurina (6-MP) y metrotexato: una oportunidad para sobrevivir.

Los científicos que desarrollaron dichos fármacos, que aún se utilizan en el tratamiento quimioterápico de la leucemia, no los encontraron en la naturaleza ni en el laboratorio, si no que los diseñaron. Fueron de los primeros fármacos diseñados a la carta.

Si no se le hubiesen administrado los fármacos, la esperanza de vida de Debbie hubiera sido de tres meses; gracias a ellos, se convirtió con toda probabilidad en la primer superviviente a largo plazo de la leucemia infantil. Aunque no se podía hablar de una cura definitiva, Debbie visitaba a Burchenal con menos frecuencia. En 1969 tuvo su primer hijo y en la actualidad da clases en una escuela de Nueva Jersey.

La historia de la leucemia infantil no finalizó en 1954. En ese año, Debbie fue la excepción. Para conseguir el índice de curación actual de la leucemia infantil, que casi alcanza el 80%, los médicos han tenido que reunir alrededor de 12 fármacos que, combinados de forma compleja, se añaden a transfusiones y radioterapia. Sin embargo, los fármacos que dieron esperanza a los médicos de que podían enfrentarse a esta enfermedad que avanza a velocidades vertiginosas fueron aquéllos que sirvieron para curar a Debbie Brown: los "antimetabolitos".

| Hasta doce fármacos distintos, a menudo utilizados en combinaciones complejas y unidos a transfusiones y radioterapia, constituyen el arsenal médico para combatir la leucemia infantil, una enfermedad que en la actualidad puede vencerse en casi el 80 por ciento de los casos. (Fotografía cedida por el National Cancer Institute [Instituto Nacional del Cáncer]) |

La célula es la unidad básica de vida. En sus comienzos, un ser humano está formado por una sola célula, "un diminuto óvulo fertilizado" que crece y se divide hasta producir los más de 10 billones (10.000.000.000.000) de células de un adulto. Los fármacos dirigidos a las células cancerosas de Debbie tenían como objetivo moléculas de una proteína específica de dichas células anormales. Antes de diseñar los fármacos fue necesario tener un conocimiento detallado de los componentes y el funcionamiento de las células. Los científicos han estudiado las células desde 1655, año en el que Robert Hooke describió las formas de celda características que observó en el corcho. Pero durante un largo período de tiempo resultó muy difícil entenderlas. ¿Qué funciones realizaban las células y cómo podían crecer y dividirse?

El antiguo proceso de fermentación proporcionó a los científicos una pista sobre una actividad celular: las células de la levadura podían producir alcohol. A medida que se profundizó en el terreno de la química, quedó claro que la fermentación constituía una reacción química. Algo dirigía la reacción química, y el primer paso consistía en escribir ese algo. En 1878, W. Kühne definió una “enzima” como algo encargado de dirigir las reacciones químicas, algo que se encuentra dentro de la célula, pero que se podía separar de la misma. Louis Pasteur, el creador de la teoría de los gérmenes como causantes de las enfermedades infecciosas, rechazó esta idea. Pasteur sostenía que la fermentación era un parte inseparable de la célula viva, que se trataba de un propiedad especial

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