VIDA ARTIFICIAL

ARTICULO VIDA ARTIFICIAL

En los próximos 20 años, nuestro entorno cambiará tanto como nosotros. Autos que se manejan solos, frutas medicinales, nanorobots que liberan fármacos, bebés diseñados a gusto, órganos artificiales, turismo espacial, son algunas de las novedades que se anuncian. El informe de los gurúes de British Telecom.

Alejandra Folgarait | Arte digital y tapa: Martín Badía

Una mujer camina hacia el frente, de pronto trastabilla y con un imperceptible escozor retoma la senda. Un momento después, escora hacia la izquierda, y otra vez recupera el equilibrio. No, no está borracha. Aunque lo que le ocurre podría ser peor. La mujer lleva detrás de su oreja un dispositivo que, de acuerdo con las órdenes eléctricas que envía el científico japonés Taro Maeda, la obliga a modificar su posición en el espacio. Se trata del primer producto englobado dentro del proyecto parasitic humanoid (humanoide parasitado), que planea crear diversos aparatos que se incorporen al cuerpo humano y funcionen en una suerte de simbiosis.

Para los participantes de la mega exposición Seggraph que se llevó a cabo hasta el 4 de agosto en Los Ángeles, la demostración del primer ser humano manejado a control remoto fue un verdadero shock. A partir de ahora, es posible manejar mediante control remoto no sólo el televisor o a un robot, sino a una persona de carne y hueso.

Esto es sólo la punta del iceberg que se cocina los laboratorios de NTT (Nippon Telegraph and Telephone). El plan es desarrollar una serie de dispositivos electrónicos que “parasiten” los sentidos y movimientos humanos. En principio, dicen los autores, los sistemas parasitoides se utilizarán en el área de entretenimiento (por ejemplo, para hacer más vívidos los videogames de carreras de autos) o para mejorar la capacitación de los pilotos en los simuladores de vuelo. Sin embargo, el proyecto es por lo menos inquietante. ¿Qué ocurriría si se instalaran este tipo de dispositivos en masas de personas? ¿Se convertirían en ciberesclavos?

La tecnología ha llegado a un recodo del camino en el que puede pronosticarse no sólo que cambiará nuestra calidad de vida, sino también aquello que entendemos por verdaderamente humano. Ya hay máquinas que decodifican el lenguaje o lavan los autos. También salen de los laboratorios prótesis biónicas cada vez más avanzadas: un ojo que puede permitirle ver formas a un ciego, una mano artificial que imita la prensión del pulgar y se conecta a los músculos del brazo, rodillas y piernas increíblemente eficientes, por no abundar en los corazones artificiales y los implantes cocleares en el oído interno que les permiten escuchar ya a más de 23.000 personas. La cuestión es lograr que las partes mecánicas se entremezclen con los tejidos humanos hasta volverse indistinguibles.

Mundos virtuales

“A finales del siglo XIX, a la gente le parecía increíble poder hablar mediante un teléfono con una persona que no estuviera en la misma habitación. Hoy, nos embarcamos en este tipo de realidad virtual auditiva en forma rutinaria y mientras habitamos la realidad real”, apunta Ray Kurzweil, multipremiado innovador en el campo de la cibertecnología. Los más tecnoavanzados, incluso, hablan como si nada con personajes inventados (avatares) que responden desde diversas páginas de la web o con los robots capaces de dialogar.

Pero lo que viene no es sólo una extensión progresiva de estos logros. Según diferentes especialistas en diagnosticar las tendencias del futuro, la revolución tecnológica provocará un salto cualitativo en la especie humana. A esos entes que seremos en combinación con las máquinas, algunos ya los llaman cyborgs. Lo que queda claro es que, justo ahora que encontramos nuestra extrema similitud genética con los chimpancés, vamos a hacer una alianza con las máquinas. Una asociación que será para mejor, según los tecnoptimistas que imaginan mentes globales que vivirán en cualquier parte del Sistema Solar. O una coalición que puede borrarnos de la faz del universo, según los pesimistas que se alimentan con el imaginario de Matrix.

Ray Kurzweil, por ejemplo, predice que para el año 2030 no habrá distinción entre personas reales y virtuales. Entrar a un sitio web será sumergirse en un entorno de realidad virtual con todos los sentidos e incluso con emociones generadas por nanorobots. Algo así como lo que ocurre en la película ¿Quieres ser John Malkovich?.

Los futurólogos de British Telecom acaban de dar a conocer su informe sobre lo que vendrá. No es el primer pronóstico que hacen los británicos. En el pasado fueron capaces de predecir desde la proliferación imparable del spam hasta la explosión de la burbuja punto com. Por eso, su informe es como pan caliente. Y NEO te revela sus predicciones en esta nota.

Sus vaticinios abarcan desde los negocios y la educación, hasta los transportes, la medicina, la energía y la demografía de aquí a los próximos 60 años, separados en décadas. Así, los expertos imaginan que alrededor del 2020, un cibervirus logrará infectar un cerebro humano, la cosmética se volverá “inteligente”, se realizarán las primeras Olimpíadas Biónicas, las impresoras hogareñas tendrán capacidad 3D y la nanotecnología estará inmersa en todo, desde la liberación de fármacos en la sangre hasta la producción industrial de dispositivos. Se sabe que es tan fácil predecir como fallar (ver página 50). Sin embargo, aunque parezcan delirantes, las profecías de British Telecom hasta el año 2020 coinciden llamativamente con las de otros gurúes.

Las 3 profecías

Los profetas acuerdan en que el barrilete del futuro será tensado por tres fuertes hilos: la nanotecnología (que opera en tamaños menores a un átomo y que será tan común como la electricidad), la biotecnología (que mezclará convenientemente los genes para dar lugar a bebés inteligentes o como se quiera, además de utilizar el ADN como sustrato computacional y manipular las células para

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