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CRISIS DE LA VIOLENCIA EN LA ECONOMÍA COLOMBIANA


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2013  •  1.933 Palabras (8 Páginas)  •  370 Visitas

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CRISIS DE LA VIOLENCIA EN LA ECONOMÍA COLOMBIANA

A lo largo de la historia global de nuestro país nos hemos visto acompañado de numerosos conflictos políticos, económicos, sociales y armados.

Dando un pequeño vistazo de la vida política de nuestro país y en relación con la violencia mirar: y la toma de poder, la lucha política había entrado en una nueva fase. Varios grupos guerrilleros, entre los que destacaban las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC, comunista) actuaban en numerosas áreas rurales y urbanas del país.

A lo largo, la situación política en Colombia mantuvo la misma situación crítica: nuevas revelaciones acerca de la supuesta financiación ilegal (lo que provocó un gran número de dimisiones y detenciones de altos cargos y el enfrentamiento con el gobierno de Estados unidos), e incremento de la delincuencia común y organizada, así como de la violencia política. Por otro lado, los grupos guerrilleros desarrollaron una estrategia basada en el avance hacia las ciudades a partir de las áreas rurales en las que tienen asentada sus bases, con el fin de crear una sensación aún mayor de quiebra de la autoridad estatal.

El intento de fuerza de la guerrilla, en especial las FARC, fue la retención de varias decenas de soldados, con las subsiguientes entregas a misiones internacionales acompañadas de gestos propagandísticos para sus proyectos. En el momento mismo en que este grupo adelantaba conversaciones con una misión colombiana respaldada por observadores de otros países, con el fin de llegar a acuerdos para respetar el Derecho internacional humanitario bajo una situación de guerra. Esto fracasó en varios intentos por lograr acuerdos de paz con las guerrillas y no consiguió impedir el ascenso de las organizaciones paramilitares de extrema derecha. Además, se vio sometido a la presión internacional (especialmente de Estados Unidos) por su débil lucha contra el narcotráfico y la incapacidad para hacer justicia y hacer efectiva la defensa de los derechos humanos. Pese a todo, la economía colombiana mantuvo su ritmo de recuperación, puesto de manifiesto en su notable índice de crecimiento, en la contención de la inflación y en la continua afluencia de capitales exteriores atraídos por el incremento en la explotación de los yacimientos petrolíferos, muy numerosos en la región oriental del país.

Colombia avanza, pese a todo, en un proceso de modernización económica y política (más difícil, sin embargo) que está ampliando los canales de participación con las consiguientes reformas en las instituciones. Las fuerzas sociales que presionan por el logro de la paz, la convivencia y la equidad tienen cada día más fuerza y mejor organización.

Uribe se convirtió así en presidente electo de Colombia, y tomó posesión del cargo el siguiente 7 de agosto; su sorprendente triunfo se debió, entre otros motivos, a la reacción de los colombianos ante la incapacidad de los dos partidos históricos para alcanzar la paz y promover el crecimiento económico.

El programa político del nuevo presidente tenía dos pilares básicos: la autoridad y la firmeza democráticas ante la guerrilla, y el neoliberalismo como garante de la bonanza económica. Pretendía reformar el Estado recortando el gasto público y acabando con la corrupción. Dado que no se llegó al preceptivo de votos emitidos en el plebiscito, ninguna de las propuestas pudo ser sacada adelante, lo que supuso un fracaso para las expectativas presidenciales. Los paramilitares, que habían anunciado una tregua unilateral, comenzaron a entregar sus armas; paramilitares y gobierno dieron comienzo a las conversaciones oficiales para lograr el desarme definitivo de los primeros.

Colombia enfrenta así la más compleja situación de seguridad interna en el Hemisferio Occidental. La interacción de un conjunto de amenazas -grupos insurgentes, autodefensas ilegales, narcotráfico y crimen organizado- representa un reto de proporciones incalculables para el Estado en Colombia. Está en juego la supervivencia misma del orden democrático por lo cual es fundamental que la sociedad colombiana no escatime recursos, esfuerzos y compromiso en la lucha por recuperar la seguridad interna de nuestro país.

La recuperación de la seguridad interna tiene que emprenderse sin atentar contra la estabilidad económica de Colombia. La salud de la economía constituye, en sí misma, un elemento y una prioridad de la estrategia de seguridad nacional. Cualquier crisis de estabilidad y de gobernabilidad puede ser aprovechada por la insurgencia para avanzar en su propósito estratégico de toma del poder. Es más, uno de los objetivos de la subversión es, precisamente, promover la desestabilización económica, el descontento social y la crisis política.

A pesar de la compleja situación de seguridad interna de Colombia, las negociaciones para buscar la paz. La evolución de los últimos cuatro años, en particular, las conversaciones con la cúpula de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, a la luz pública, con participación de muy diversos estamentos de la sociedad colombiana y sin que, en forma simultánea, tuviera lugar un cese de hostilidades, tuvo un impacto negativo sobre el comportamiento de la economía. Pero generó un mayor grado de conciencia colectiva con respecto a la necesidad de recuperar la seguridad interna en el país.

El término “guerra” esté siendo utilizado por los colombianos para describir la nueva fase del conflicto armado colombiano, cuando se puso fin a las conversaciones con las FARC. Sin embargo, es importante precisar la naturaleza de la “guerra” en Colombia, porque el uso generalizado de esta expresión podría conducir a la adopción de decisiones estratégicas equivocadas. Más que pelear una “guerra” en el sentido convencional de la palabra, es importante, el diseño y la puesta en marcha de una estrategia nacional de seguridad, con metas a lograr en el corto y en el mediano plazo, que contemple los mecanismos y la financiación requerida para alcanzarlas, e incorpore un conjunto de elementos extra-militares. Es conveniente, entonces, aclarar el significado que aquí se otorga a la palabra “guerra”.

En Colombia, la “guerra”

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