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Conceptualización del diseño.


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2015  •  Documentos de Investigación  •  1.852 Palabras (8 Páginas)  •  222 Visitas

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LA CONCEPTUALIZACIÓN DEL DISEÑO.

Lo artificial como principio de aplicación a todo tipo de ambientes y situaciones humanas, ha desplegado una serie demasiado extensa de objetos, espacios e imágenes, los cuales resulta difícil establecer características o principios. Esto representa una dificultad para el propio campo profesional y para el estudio de su discurso social.

La heterogeneidad y diversidad se hacen más evidentes cuando el panorama del diseño atañe a entidades públicas y privadas, que se estructura con funciones como materiales e intenciones disimiles.

El problema de la identidad del diseño no se debe a la multiplicidad de sus funciones como a su formulación conceptual, es natural que su diversidad de uso se presente justamente en un espectro muy amplio, por lo que el problema no esté en la variedad de sus fenómenos, sino, en el  carácter de su núcleo como disciplina. La diversidad será decisiva para la posible conformación de una teoría del diseño.

El diseño es objeto de argumentaciones disimiles; Katherine McKoy, señala que el problema del diseño comienza con su propia definición.

Cuando se habla del proceso de hacer un diseño, en ocasiones aparece un acto creativo del sujeto, una técnica, el resultado de un método. Este debate ha limitado la comprensión y reconocimiento del diseño hacia dentro y hacia afuera de su propio campo.  

Pensamos que el problema de la identidad del diseño se originó en el aislamiento que sufrieron las actividades orientadas a posibilitar el flujo del conocimiento hacia la acción, como la retórica, cuando tuvo lugar la fragmentación de las disciplinas que separaron l razón práctica de la teórica.

Uno de los principales obstáculos que imposibilitaron el establecimiento del discurso del diseño fue la adhesión de la disciplina a los aspectos formales. En la Bauhaus, donde nació la noción del diseño, se había tratado de construir una disciplina capaz de integrar los conocimientos artísticos a la producción industrial. Esta primera buscaba incidir conscientemente en el orden social, e intento constituir un campo autónomo para el análisis de las formas, los materiales y las ideas, pero el enfoque de su enseñanza se limitó a establecer esta relación en aspectos compositivos y en la esfera técnica y expresiva. Del diseño se pensó como el dominio de las relaciones figura-fondo, textura, color equilibrio, ritmo, etc., que se entendían como los factores de su organización y los situaban en la esfera de la percepción estética.

Dio origen a una discusión intensa sobre las cualidades de la percepción visual, en la que Gestalt y en la psicología de la percepción.

El paradigma formal se impuso dentro del campo del diseño, y la reflexión teórica se centró en las relaciones entre la composición, imagen, y la percepción, al punto de elaborar verdaderos tratados en los que se presentan como incluso, repertorio de composiciones y efectos perceptivos que pueden ejecutarse sobre el plano bidimensional y tridimensional.

Existen elaboraciones más modernas sobre la expresión y el análisis estructural o pos estructural de los lenguajes plásticos, pero, situado el núcleo epistemológico del diseño en la reflexión sobre las características formales del objeto, el dialogo con otras áreas de exploración de la cultura, la producción y la acción social quedó limitado a los asuntos formales y no cognitivos del problema. Esto genero enormes limitaciones para la enseñanza del diseño,, pues numerosas escuelas asumieron este modelo dejando fuera el papel que los usuarios juegan en el proceso de la construcción de artefactos y comunicaciones, así como aspectos relacionados con el consumo y invención tecnológica que son inherentes al diseño. La configuración pedagógica del diseño se estableció desde su inicio con una carencia metodológica clave para su desarrollo posterior. Numerosos centros de enseñanza en el mundo se asentaron sobre la base de la habilidad plástica y técnica, impidiendo su formación como una disciplina real.

El problema es que el diseño parte de las habilidades artesanales pero exige reubicarla en una dimensión más amplia en donde tales habilidades requieren ser incorporadas a un proceso más abstracto de planeación y de estrategia social y cultural.

El replanteamiento del diseño en función de su poder hacia la acción social se convierte así en un aspecto de su desarrollo, la acreditación de las profesiones no sucede solo por los parámetros de evaluación interna, si no por el reconocimiento y sanción que esta competencia puede tener hacia afuera.

Ello es particularmente delicado cuando vemos que las habilidades tradicionales, como el manejo de dispositivos formales, objetuales, el uso de las tipografías o la capacidad de formar imágenes, son hoy suplidas por los programas de cómputo. Los saberes y el costo académico son el criterio con el que las actividades profesionales son tasadas con relación a otras. Por ello la investigación actual se centra en manifestar la importancia social de sus discursos.

En el diseño, la autonomía y la autoridad sobre el discurso y sobre la capacidad de los diseñadores son todavía inciertas.

El diseño como actividad profesional es un asunto que está en discusión, el panorama heterogéneo y socialmente ubicuo en que se mueve constante desplazamiento de los lugares de los que parte, como el carácter efímero de muchos de sus manifestaciones, así como el universo como consensual de posiciones internas.

Victos Margolin ha sostenido que para superar esta debilidad l cultura conceptual del diseño deberá romper los límites tradicionales de estudio para lo cual se deberá trabajar estructuradamente sobre fundamentos de la disciplina.

Esos planteamientos son necesarios por que el vertiente técnico-plástica ha colocado la enseñanza del diseño en un lugar por debajo de sus propias exigencias, y ello incide en la legitimidad social de la disciplina.

El estado primario de la pedagogía de la profesión ha dado lugar a la tendencia al diseño directo, donde es todavía la creatividad y subjetividad intuitiva del diseñador lo que se hace prevalecer.

Los postulados basados en la noción de idea creativa y de habilidad técnica olvidaron que la dimensión formal de las aptitudes expresivas en el diseño solo son parte de un fenómeno más complejo que está determinado por las creencias culturales de la gente, el flujo de ideas que los modernos medios están interesados en activar. Para replantear la importancia del diseño podemos comenzar por consignar que su influencia no operó únicamente sobre los rasgos compositivos y estéticos de los objetos, sino que incidió en la organización de las colectividades, en sus procesos de pensamientos, en la identidad de las instituciones y en su legitimación pública. El diseño puede considerarse como un dispositivo capaz de moldear, organizar y dirigir los comportamientos y la vida social.

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