Crear o morir andres oppenheimer

¡Crear o morir! Por Andrés Oppenheimer.

Introducción.

Andrés Oppenheimer nació en Argentina en 1951. Emigro a Estados Unidos en 1976 a consecuencia del golpe militar, ahí fue en donde cursó la licenciatura en materia de Derecho y obtuvo un master por la universidad de Columbia en Periodismo.

Es una persona muy influyente en América; tiene un programa en CNN en español, es columnista en varios periódicos, particularmente en el Miami Herald, ha escrito 7 best-sellers, entre muchos otros logros que lo hacen ser considerado uno de los “50 intelectuales latinoamericanos más influyentes” y como uno de los “500 periodista más importantes a nivel mundial”.

En su obra, ¡crear o morir! Las preguntas iniciales que el autor nos plantea son: ¿Por qué no tenemos un Steve Jobs en América Latina? ¿Por qué no tenemos un Silicon Valley? A partir de esta interrogante, se desenvuelve el libro creando conciencia de lo que tenemos y de lo que nos falta para lograr ese desarrollo y no estar rezagados en un plano mundial.

Oppenheimer usa varias historias de personas que tuvieron un gran desarrollo en la innovación de sus proyectos y gracias a estas concluye cuales son los elementos más importantes para que un innovador triunfe. Se podría pensar que todas estas personas entrevistadas viven en países desarrollados, pero con una gran sorpresa y orgullo se puede decir que entre las entrevistas figuraron muchos latinoamericanos.

Además de la gran conclusión a la que llega el autor Argentino, nos deja ver que al contrario de lo que pensamos, el concepto de la innovación no siempre tiene que ver con tecnología. Se puede innovar en cualquier ámbito en el que se desee, y durante el libro se ven grandes ejemplos de esto, como: la cocina peruana, las “escuelas al revés”, el Barcelona, etc.

Y un aspecto muy importante que expresa el autor es que la innovación es constante, estamos en un mundo con un desarrollo tan veloz que es importante no dejar de innovar. Cuando creemos que ya se obtuvo un resultado, este siempre se puede mejorar.

Desarrollo.

Creo que es más fácil y oportuno empezar por el final. Al terminar su arduo trabajo de investigación Oppenheimer llega a una conclusión que consta de 5 elementos importantes necesarios para que se tenga una población innovadora. No creo que se mencionen por importancia, es un paquete completo que necesita ser adoptado por los Latinoamericanos.

1. Crear cultura de innovación.

Para poder crear una cultura óptima se necesitan hacer cambios importantes dentro de las sociedades latinoamericanas, como: mejorar el sistema educativo, estimular la graduación de ingenieros, aumentar la inversión en investigación, ofrecer mejoras fiscales, minimizar las regulaciones burocráticas, dar créditos a los emprendedores, proteger la propiedad intelectual, entre otros.

Hay mucho que se tiene que hacer, pero no es inalcanzable. Aparte de estas trabas que se pueden minimizar, Andrés también habla de motivar a los innovadores con premios. Recompensas por su trabajo; logros y fracasos.

Dentro de este “secreto”, como los llama él. Se menciona que es importante crear un sistema en donde fracasar sea permitido y sea parte del círculo experimental. Que la gente hable de sus fracasos con el mismo orgullo como lo hace de sus logros, porque al final, vienen juntos. Nadie ha revolucionado el mundo, ni lo va a ser en un solo intento. Si las personas no le tienen miedo al fracaso va a ser mayor la innovación, se necesita una idea fuera de este mundo, fracaso y apoyo para poder llegar a las impresoras 3D, a coches que se manejan solos o a robots que suplan la función de un doctor.

Si se le pusiera a un niño de 15 años un balón de futbol o un equipo de laboratorio, ¿Cuál pensamos que sería su reacción? Para mi es mas que obvio que agarraría el balón juntaría unos amigos y se pondría a jugar. Oppenheimer compara el futbol con las ciencias. ¿Cómo no hay la misma pasión, la misma entrega? Para mí son puntos incomparables estas comparando un entretenimiento con una materia seria. Aunque en realidad lo espero, no creo que niños de secundaria prefieran pasar sus ratos libres en un laboratorio que en una cancha de futbol o viendo un decatlón de ciencias a la final de la Champions.

1. Fomentar la educación para la innovación

No solo es importante brindar educación, si no que esta sea de calidad. Durante el libro, el autor muestra un grave consentimiento por el enfoque que tienen los Latinoamericanos en las ciencias sociales y el poco interés que muestran en las ingenierías. Mientras en países como Estados Unidos, Singapur, Finlandia y Corea del Sur no se dan abasto con la cantidad de ingenieros que tienen. ¿Por qué se dará esta segmentación de carreras?

        En mi opinión personal, como una alumna que tuvo la oportunidad de asistir a una escuela privada en la Ciudad de México; afirmo, sin temor a equivocarme, que el sistema educativo impartido en México es tedioso y aburrido. No hay experimentación, no hay un seguimiento de las materias, no hay algo que verdaderamente te haga desarrollar una verdadera pasión por la ciencia. Para mí era: un año química, al siguiente física, después biología y se volvía a empezar teniendo que empezar de nuevo. Después de 3 años, no sabías con certeza si el número de Avogadro era para calcular los moles o la caída libre. Y hablar del laboratorio era ir a ver a los profesores reaccionar elementos y simplemente reportarlos. Solo de acordarme de mis clases en preparatoria admiro a las personas que están estudiando eso.

¿Qué cambiaría del sistema educativo? Todo. Haría el aprendizaje dinámico, enseñaría la aplicación de la materia a la realidad, haría a los alumnos a enfrentarse con retos, a preguntarse ¿Qué pasaría si…? a analizar, a plantearse problemas sobre una realidad; pero sobre todo enseñaría a crear, a desenvolverse y a equivocarse, pero nunca a rendirse. También creo que uno de los elementos más importantes de esto es enseñarlo desde pequeños, con pasos pequeños para fomentar una educación integral.

1. Derogar las leyes que matan la innovación.

Crear es un proceso complejo, lleno de inseguridades, miedo, estrés e incertidumbre; y, si a esto le sumamos que se tiene que pasar por más o menos 13 tramites, estar dispuesto a dar posibles sobornos para agilizar el proceso, que no se tiene una certeza jurídica que el gobierno cuenta con las leyes suficientes para proteger la propiedad intelectual, las famosas leyes de quiebra que te dejan alrededor de 2 años sin poder crear algo nuevo y muchos otros problemas “clandestinos”.

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