Cuidate Con Estilo
eticaeve6 de Noviembre de 2013
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Contextualización de la temática del proyecto
El presente proyecto esta orientado a la sexualidad en jóvenes, pero enmarcado en el tema de prevención de las enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH/SIDA.
El tipo de personas a trabajar es:
- Hombre y mujeres (heterosexuales, homosexuales y bisexuales) de entre 15 a 17 años de edad.
En el establecimiento educacional:
- Saint Lawrence. Comuna de San Joaquín. Santiago de Chile.
Talleres a efectuarse en el 4 Medio A de enseñanza media técnico profesional.
Tal como lo dice el nombre del proyecto: “Vive Tú Vida, Cuídate con estilo”. El tema a abordar es la prevención de enfermedades e infecciones de transmisión sexual, a través de todas las medidas accesibles de prevención, sin menospreciar, ni dejar de lado ninguna alternativa de autocuidado y prevención.
Las temáticas específicas de prevención a tratar en el presente proyecto son;
- Uso correcto del preservativo Masculino.
- Uso correcto del preservativo Femenino.
- Abstinencia.
- Ingesta del fármaco POSTINOR 2, “Pastilla del día después”.
Las enfermedades de transmisión sexual a tocar son:
-VIH / SIDA, sífilis, condilomas, hepatitis B, gonorrea, herpes genital, entre otras.
Hace cuatro décadas se formuló la primera política de educación sexual y vida familiar desde el Ministerio de Educación. Es necesario recordar que ya con el Gobierno de Eduardo Frei Montalva, en los 60’, se dio inicio al programa Vida Familiar y Educación Sexual que buscó incorporar la educación sexual en los colegios públicos, actividad que fue continuada bajo el gobierno de Salvador Allende. Sin embargo, este programa se vio interrumpido y sus materiales quemados bajo la dictadura.
Desde el año 1993 en Chile hay una Política de Educación en Sexualidad del Ministerio de Educación. En su momento esta política pública fue ampliamente publicitada y se esperaba que tuviese consecuencias en los comportamientos de los/as alumnos en relación al cuidado de su cuerpo, el de sus pares y parejas, a su vida afectiva, a los comportamientos sexuales, y a la salud sexual y reproductiva. Ya el año 1992, como un antecedente, se había dado a conocer la Circular 227 que instruyó sobre la asistencia a clases en calidad de alumnas regular de niñas y adolescente que asumen responsabilidades de maternidad.
La incorporación de la Política de Educación en Sexualidad a las políticas del Ministerio de Educación fue el resultado de la colaboración de distintos actores, tanto del mundo académico, movimientos de mujeres y de organizaciones de la sociedad civil que, a través de su acción y apoyo de algunos sectores del propio gobierno, lograron incluir la educación sexual en la agenda pública del gobierno. Está política se da a conocer sólo tres años después de la Ley Orgánica Constitucional de Educación (LOCE), herencia del último día del gobierno militar que establece las bases fundamentales sobre las que se ha estructurado la educación en Chile a partir de los años 90.
Tras la política de educación sexual del año 1993, mencionada anteriormente, que fue un resultado de múltiples actores, El MINSAL definió Objetivos Fundamentales y Contenidos Mínimos Obligatorios, preparó el material educativo requerido por la reforma curricular para implementar la Política en Educación en Sexualidad y lo puso a disposición de los establecimientos educacionales para ser incorporados en sus planes y programas de estudio.
A través de la implementación del Plan estratégico se espera que todos los niños, niñas, y jóvenes del país, durante y al concluir la Educación Media, logren las siguientes metas:
- Se reconozcan, identifiquen y acepten a sí mismos como seres sexuados y sexuales, en cada una de sus edades y etapas de su ciclo de vida y comprendan y asuman que el ejercicio de la sexualidad debe ser libre, sin violencia ni coerción en ningún caso ni circunstancia.
- Reconozcan el valor de los vínculos y del componente afectivo de las relaciones humanas y entablen relaciones interpersonales respetuosas de los demás, basadas en un marco de valores que promueva las relaciones justas, el respeto de los derechos, el cumplimiento de responsabilidades y el bien común.
- Establezcan relaciones interpersonales equitativas, dentro de la pareja, y la familia, basadas en una adecuada comunicación, independiente del sexo y la edad.
- Desarrollen un progresivo y adecuado conocimiento en relación con su cuerpo, como un factor promotor de una adecuada autoestima, el autocuidado y atención a la propia salud y como herramienta de prevención de situaciones de abuso y de violencia sexual.
- Desarrolle un pensamiento crítico, conducente al logro de actitudes positivas hacia la sexualidad y a un comportamiento sexual y afectivo autónomo, responsable, consciente y placentero.
- Tomen decisiones responsables para la prevención de las infecciones de transmisión sexual (ITS) y VIH/SIDA, conozcan los mecanismos de transmisión y las situaciones de riesgo a las que se pueden exponer a sí mismos y a otros.
- Tengan un comportamiento responsable y compartido (des el auto y mutuo cuidado), entre hombres y mujeres, en relación con la prevención del embarazo no deseado.
- Asuman responsablemente su sexualidad considerando la planificación de los embarazos, la paternidad y maternidad y la crianza de sus hijos e hijas, incluyendo una educación afectiva y sexual oportuna.
Las políticas de educación sexual en Chile, no han tenido el impacto deseado por las autoridades y gobiernos de turno, ya que;
Si se observan las tasas específicas de fecundidad por grupos de edad desde 1993 se constata que es la población adolescente –hasta 19 años- el único grupo que no sólo ha mantenido las tasas específicas de natalidad, sino que en el segmento de las menores de 17 años las ha incrementado fuertemente, cuando en todas las otras edades ha disminuido (Rodríguez 2005). En términos relativos, ha crecido la proporción de madres adolescentes, en relación al conjunto de las madres, y una altísima proporción de éstas son solteras. Se ha incrementado, asimismo en los últimos años la proporción de padres adolescentes de hijos de madres también adolescentes con las consecuencias ampliamente reconocidas de que los embarazos e hijos en la adolescencia están especialmente asociados a las condiciones de pobreza e implican, en muchos casos, un quiebre en los proyectos de vida de las jóvenes y de los varones que asumen su paternidad, con profundos efectos en sus familias y en sus vidas juvenil y adulta.
Asimismo, se constata en este período que las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), se han incrementado en este segmento de la población y que el 75% de las ITS registradas en adolescentes en el año 2000 corresponde a mujeres que se han infestado, donde se incluyen condilomas, sífilis y gonorrea (CONASIDA 2000). En el caso del VIH/SIDA, se observa que sería durante los años de la adolescencia el período de contagio de una proporción no menor de personas que viven con VIH.
Si nos situamos en el campo de la salud sexual y reproductiva de los/as propios/as jóvenes se ha constatado la falta de políticas intersectoriales entre los Ministerios de Salud y Educación que permita de manera sistemática la atención de los profesionales de la salud a los propios establecimientos escolares y a sus alumnos/as, así como la dificultad que tienen los/as estudiantes de acceder directamente a centros públicos de atención primaria (CONSIDA 2005), situación que explicaría, al menos en parte, que la cantidad de embarazo no deseado y la maternidad adolescente hayan devenido en un problema de salud pública, por la magnitud alcanzada en relación al conjunto de los nacidos vivos.
Es interesante destacar que, junto a los procesos recién mencionados, inmediatamente después de la formulación de la Política en Sexualidad se incrementó la matricula de alumnas embarazadas como alumnas regulares. Para los años 1995 y 1996 se hizo un censo de las alumnas embarazadas en el sistema escolar y se comprobó que en 1995 la matrícula fue de 4.605 alumnas embarazadas (equivalente al 5,6% del total de alumnas matriculadas ese año) y en el año 1996 de 5.937 (equivalente al 7,0%), con un incremento entre ambos años del 29%. Hubo matrícula de alumnas embarazadas desde el 5º Básico, en todas las regiones del país, en 306 comunas, en todas las dependencias, niveles y cursos.
Fundamentación y Justificación del Proyecto
Todos los estudios sobre el tema de conductas sexuales entre jóvenes muestran un alarmante y sostenido aumento de contagio de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) en adolescentes y jóvenes de entre 15 y 29 años de edad. Al mismo tiempo los estudios demuestran que las prácticas sexuales comienzan cada vez en una etapa más precoz de la adolescencia lo que demuestra la importancia de fomentar la educación sexual en los primeros años de esta etapa de la vida.
A continuación se muestra el gráfico de la incidencia de las infecciones y las enfermedades de transmisión sexual, en Chile en jóvenes de rango etáreo de 15 a 19 años, tanto por sexo y cantidades de notificados (as) en el país.
Objetivo
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