Diez Desafios Del Docente
ivonegracia25 de Agosto de 2011
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DIEZ DESAFIOS PARA FORMADORES DE ENSEÑANZA
El formador debe especializarse en análisis de la práctica, en estudios de caso, en supervisión de periodos de práctica y en seguimientos de equipos o de proyectos.
La formación de lo practicantes reflexivos es algo que concierne a todos los formadores incluyendo a los formadores de campo. Para que el cuerpo de formadores contribuya a formar enseñantes reflexivos es importante considerar los siguientes desafíos.
El formador de enseñantes no puede dejar de lado el problema de los objetivos de la escuela y de su sentido en donde existen contradicciones entre lo deseable y lo posible, entre las promesas y los actos, entre las nobles ideas y las resistencias a lo real. Es importante, en formación, tratar estos asuntos sin abandonar a todo el mundo en sus soledad.
Los formadores podrían: crear ambientes de análisis y críticas en donde lo importante es comprender que no está en sus manos superar las contradicciones y que hay que aprender a vivir con ellas. Inducir a los enseñantes a realizar un análisis de su proyecto de vida, buscando una articulación entre su tarea (futura) y lo que quiere hacer con ella. Tomar conciencia de que entre la teoría y la práctica existen contradicciones. Desarrollar una reflexión entre los enseñantes basada en casos concretos.
Otro desafío es cuando un enseñante gestiona preguntas a los alumnos sin darse cuenta de que solo acepta aquellas que no interfieren en el currículo y en ocasiones son el testimonio de una atención total y de un buen nivel de comprensión, es decir, se trata de preguntas pertinentes, inteligentes que ayudan a que la clase avance.
El profesor debe practicar un diálogo socrático y estar abierto a preguntas, las verdaderas preguntas son peticiones de ayuda y por lo tanto reflejan dificultades, un alumno que no hace preguntas no representa ningún problema. Existen enseñantes que solo se detienen a escuchar o bien “no acepto preguntas que no estén relacionadas con el tema”, esto es absurdo porque muchos alumnos pronto aprenden a no preguntar.
Trabajar sobre la persona del, enseñante y su relación con los demás sin convertirse en terapeuta, es la principal herramienta del trabajo del enseñante, ésta es su propia personalidad, es decir, su cultura y las relaciones que establece con los demás.
Trabajar sobre lo silenciado y las contradicciones del oficio y de la escuela sin decepcionar a todo el mundo, ninguna organización funciona totalmente con transparencia en lo que respecta a las razones y consecuencias de la acción. El actor social puede confesar y no se arriesga a conocer abiertamente que no siempre tiene los objetivos claros que cabía a veces de táctica sin razón, todo lo anterior se debe de tomar como objetivos de formación.
Partir de la practica y la experiencia sin limitarse a ellas, para comparar, explicar y teorizar: Es sencillamente saber donde partimos, conocimientos previos del aprendiz, ya sean fundados o aprendidos o construcción de nuevos. También tener en cuenta los trabajos sobre la transferencia de conocimientos, los saberes deben movilizarse en nuevos contextos. Consiste en partir de la experiencia para salir de ella, evadir la simpatía reciproca para construcción de nuevos conceptos y saber partir de situaciones reales y prácticas relacionadas.
Ayudar a construir competencias e impulsar la movilización de saberes: La competencia es una capacidad de movilizar todos los recursos cognitivos, aquí se encuentran conocimientos y saberes tanto personales como privados, estos deben ser transportables y enriquecidos para que ayuden a actuar. Una competencia moviliza saberes que describan lo real, guías, y condiciones, contienen una parte del razonamiento, de anticipación, de juicio, de creación, de aproximación, de síntesis y de asunción de riesgos. Formación es invitar al cambio
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