Desafios Del Docente

INTRODUCCIÓN

Elaborar un trabajo en relación al modelo de educación del nuevo milenio además de tarea complicada es perfectamente inútil, pues es imposible predecir la evolución de nuestra sociedad en este período. Por otra parte, permanecer insensibles ante el cúmulo de acontecimientos y cambios que se vienen produciendo, anclados en nuestros criterios tradicionales, sin analizar las consecuencias que se derivan para el proceso educativo, es una actitud insensata y suicida, que dice muy poco de una sociedad responsable que encara con ilusión su futuro.

Entre estos dos ámbitos de reflexión presento el presente trabajo que trata de analizar los principales fenómenos sociales actuales, así como las consecuencias que se vislumbran para el proceso educativo, pero por encima de estos análisis, trata de llamar la atención sobre la necesidad de no limitarse a contemplar los acontecimientos, sino de asumir una actitud de protagonismo histórico que como sociedad consciente y como estamento educativo nos corresponde.

En la misma misión definida para Mondragon Unibertsitatea se asume un “compromiso de transformación de la sociedad”. Esta actitud significa mucho más que adaptarse a los nuevos tiempos; exige provocar cambios señalando la dirección o por lo menos, orientar y conducir los cambios hacia la superación de los actuales desequilibrios sociales, basado en principios por los que se debe regir un justo y solidario orden social.

Ya nadie duda de que nos enfrentamos a cambios sociales revolucionarios que van a conformar un nuevo sistema, un nuevo modelo de sociedad, desconocido y diferente del actual, con profundos cambios estructurales, que creará un nuevo equilibrio inestable y dinámico. Las consecuencias de estos cambios en el modelo de educación, o mejor dicho, el posicionamiento educativo necesario para afrontar conscientemente estos cambios, requiere una profunda modificación estructural interna que responda a nuevos: contenidos educativos, objetivos, métodos y sistemas organizativos.

Se trata de abordar una auténtica reconversión del modelo educativo para que, al igual que otras estructuras sociales, se enfrente a las exigencias de la nueva sociedad. Muchas veces se habla de cambios y de exigencias de la nueva sociedad pero se actúa con un doble rasero.

“LOS DESAFIOS QUE ENFRENTARÁ A NIVEL PERSONAL Y PROFESIONAL PARA PROMOVER INICIATIVAS TENDIENTES A FORTALECER LA ORGANIZACIÓN Y EL FUNCIONAMIENTO DE LAS ESCUELAS DONDE SE DESEMPEÑARÁ EL DOCENTE”

La dificultad de prever el futuro y la insensatez de continuar impasibles ante los cambios, nos debe llevar a construir una perspectiva y a gestionar la incertidumbre. Existen numerosos trabajos que vienen a analizar los factores y premisas de los cambios pero son recomendaciones que hasta ahora han influido poco en el sistema imperante. En nuestros días, se están produciendo profundos cambios estructurales en nuestra sociedad que nos sitúan ante una época revolucionaria, que nos conduce, inexorablemente, a un nuevo tipo de sociedad; a un nuevo sistema desconocido sustentado en estructuras y valores nuevos.

El desarrollo explosivo de la “tecnociencia”, no ha conllevado un desarrollo paralelo equivalente de otros aspectos esenciales que inciden en la sociedad como, la filosofía e ideología, la cultura, los valores, etc. que es preciso que orienten y dirijan el cambio. El sistema educativo debe intervenir en esos factores, sin dejarse arrastrar por un desarrollo unilateral de la ciencia y de la tecnología, trabajando valores éticos y sociales.

Todo ello nos lleva a un nuevo equilibrio; un nuevo sistema social que incide directamente en el modelo de educación. El modelo actual está preparado para una sociedad estática y conocida. Las exigencias del nuevo modelo requieren nuevos parámetros y bases educativas.

Todos estos trabajos nos van señalando las directrices del nuevo trabajo a realizar y la necesidad y urgencia del cambio. Pero el problema en nuestra sociedad no es la carencia de conocimiento sobre la necesidad y orientación, sino las actitudes que se adoptan ante el problema.

El primer estamento que debe reaccionar, es el estamento educativo a quien le corresponde introducir las profundas modificaciones que van a hacer cambiar su actual y conocida posición. Modificar lo conocido e introducirse en lo desconocido requiere actitudes decididas y valientes.

La Educación en México debe intentar responder a los patrones internacionales y la dinámica de los procesos de globalización económica. La competencia en los sistemas de educación estará cada vez más globalizada, por lo que se requiere transformar los procesos institucionales. Las implicaciones de la pertinencia de la educación en un mundo bajo procesos de globalización económica están delimitadas por los requerimientos de competencias necesarias para realizar las actividades del mercado global, los idiomas y los sistemas de comunicación e información, etc.

Como consecuencia de estas transformaciones surgirán nuevos actores y un nuevo modelo de gestión. La dinámica de los procesos de globalización económica que pone en riesgo las relaciones interpersonales en todas las formas de convivencia social, requiere como imperativo, una revisión moral de las responsabilidades de los diferentes actores, desde una ética global. La globalización de la educación tiene consecuencias perjudiciales y benéficas en la educación.

La transformación de los contenidos de planes y programas de estudio lleva implícito una revisión de los principios de la filosofía educativa y el rediseño de los modelos académicos y de organización institucional, los nuevos perfiles de egreso la retícula, estrategias pedagógicas, capaces de impulsar la transdisciplinariedad y la complejidad de los fenómenos científicos y tecnológicos.

No obstante, los rápidos avances científicos, sobretodo de las tecnologías de la información y la comunicación aunado a los crecientes procesos de globalización

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