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EDUCACION PARA EL DESARROLLO REALIDADES EDUCATIVAS


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2021  •  Ensayos  •  1.935 Palabras (8 Páginas)  •  107 Visitas

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EDUCACION PARA EL DESARROLLO

REALIDADES EDUCATIVAS

Antonio Rodríguez

Esta actividad tiene como propósito analizar las realidades educativas en el panorama actual del desarrollo de cada uno de nuestros contextos.

¿Cuáles son las relaciones que encuentran entre el sistema educativo colombiano y el desarrollo?

Desde el punto de vista del desarrollo económico del país, es evidente que en el análisis del crecimiento económico se pone por encima de los sujetos, a los objetos propios del consumo material, es decir, indicadores de productividad y crecimiento del PIB, con sus consecuencias de devastación desmesurada de los recursos naturales, sin impactos en la formación personal y espiritual de las personas y las comunidades (Agudelo, 2013).

No obstante, en la actualidad se ha venido tomando conciencia de que las condiciones objetivas del desarrollo socio-económico posicionan a la educación en estado de sumisión ante los determinantes económicos que reflejan el crecimiento económico. Es así como a la educación, subsumida por el modelo económico, se le adjudican funciones fuera de su alcance, relacionadas con muchas realidades y problemáticas sociales que aquejan las comunidades.

Aunque la intención de que la educación aporte en la solución de estas problemáticas es válida, pero es una falacia que esta sea el camino de su solución, mientras que el modelo económico en sus mensajes duales se convierte en caldo de cultivo para los males de la sociedad (Agudelo, 2013). Lo cual se ajusta a la concepción capitalista neoliberal de que la educación debe estar concebida para satisfacer la creciente demanda de trabajadores adaptables (Delors,1996, p. 75); pero no se considera que los avances en el desarrollo se deben ante todo a la capacidad del ser humano de dominar y organizar su entorno en función de sus necesidades, es decir, a la ciencia y a la educación, motores fundamentales del progreso económico, no ya simplemente en términos de sus repercusiones en el crecimiento económico, sino en función de un marco más amplio, como lo es el del desarrollo humano.

Así entonces, el crecimiento o desarrollo del Ser Humano debe ser el fin último del sistema educativo, y el desarrollo social no puede ser la actual realidad que ha generado la globalización, que si bien es cierto ha propiciado una mentalidad cosmopolita facilitando el acceso a la información y de alguna manera a un conocimiento mayor, también ha forjado nuevas problemáticas reflejadas en las realidades sociales, como son la violencia, los problemas ecológicos, violaciones de los derechos humanos, polarización política, xenofobia y racismo, desigualdades económicas profundas, inmigración, etc.

La relación entre desarrollo y educación, debe tratarse entonces de la recomposición del concepto de desarrollo y de la función que la educación debe cumplir para el progreso del desarrollo humano y social, al igual que debe tratarse de la recomposición de las relaciones de poder y de los vínculos entre los seres humanos, y de estos con el resto de la naturaleza de la que son originarios.

¿Las realidades educativas que observan responden a la sociedad deseada? ¿por qué?

La realidades sociales y educativas que se observan en el entorno de mi comunidad educativa, que no son diferentes a las del resto del país, tienen que ver, sobre todo, con la desigualdad social y la inequidad en oportunidades tanto económicas como educativas. Y por supuesto que no responden a la sociedad deseada, ya que las políticas del sistema educativo no cumplen las expectativas para fortalecer los procesos que determinan el desarrollo humano, social y económico, y por tanto la educación no logra a plenitud cumplir su función transformadora de la sociedad.

Pensar la educación como un elemento de transformación de la sociedad, implica desarrollar miradas estructurales sobre cómo estamos aprendiendo y enseñando a concebir nuestras propias realidades (Martínez, 2019). De tal manera que la educación debe ser ante todo un proceso de reconocimiento de nuestro contexto, un aprendizaje mental conceptual, sensorial, estético, fáctico y práctico de lo que somos como seres humanos y nuestra relación con los demás y con un entorno en trasformación.

Es preciso cuestionar entonces si la educación está cumpliendo con su rol social, político, moral y ético y si los actores involucrados, la estamos anclando a las condiciones, necesidades y realidades de nuestra sociedad. Pareciera que, aunque educamos, no necesariamente trasformamos, ni estamos sincronizados con la realidad de nuestros contextos, de tal forma que el sistema educativo no esta resolviendo del todo las problemáticas sociales que se evidencian en las realidades que se observan.

La política educativa en Colombia en la actualidad debe responder a las realidades y problemáticas de nuestro contexto y no sujetarse a las agendas políticas o económicas. Esto, en el sentido de que los contenidos, análisis y reflexiones de las prácticas educativas, debieran desaprender los modelos teóricos descriptivos que simulan realidades hipotéticas, dejando por fuera la construcción social de la realidad vivida, la realidad cotidiana, aislando de los procesos de enseñanza la comprensión de la sociedad (Martínez, 2019).

Es así como entonces, el rol que la educación debe desempeñar desde un componente trasversal entre desarrollo, sociedad y educación, debe ser legitimado desde la posibilidad de reconocer las realidades, tanto sociales como educativas, principalmente las resiliencias que han dejado los conflictos de violencia, en una sociedad que busca trasformase desde un esquivo, pero potente valor humano, que es la reconciliación social, individual y colectiva.

¿Qué procesos educativos permiten dar respuesta a la transformación de esas realidades?

Si bien son muchos los factores que una sociedad debe repensar para construir un modelo educativo acorde con las realidades y necesidades de sus contextos, los docentes debemos ante todo ejercer un liderazgo transformacional mediante una educación analítica, reflexiva y crítica, en la cual las prácticas pedagógicas se articulen al proceso de trasformación social, constituyéndose en un paso importante en la construcción de propuestas pedagógicas, educativas, investigativas y curriculares correlacionadas con las realidades, problemáticas, tensiones y posibilidades de trasformación de nuestra sociedad.

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