ENSAYO SOBRE ENS.- APREND.-TEORIAS, ETC

REDESCUBRIR CONCEPTOS A LA LUZ DE NUEVAS MIRADAS…

Tratar de desarrollar algunas reflexiones en torno al aprendizaje, la enseñanza, sus contenidos, el curriculum y la gestión de la clase nos enfoca hacia un escenario complejo, el aula, cuya característica más sobresaliente es la mutidimensionalidad.

El aula – según L. Sanjurjo y F. Alonso- es un espacio en el cual confluyen varias dimensiones: afectivas, sociales, epistemológicas y pedagógicas; éstas se relacionan y articulan de maneras muy diferentes dando origen a situaciones diversas. Aquí, la programación de la enseñanza, es un concepto medular, aunque se debe reconocer la imposibilidad de predeterminar con exactitud, la totalidad de las acciones a seguir, debido a las características de la situaciones que se originan en la clase: la inmediatez, la simultaneidad y la imprevisibilidad, (esto último, quiere significar que, a pesar de las previsiones que se tomen y la exhaustiva planificación que se realice, es probable que aparezcan o sucedan hechos inesperados).

La planificación, es la fase en la que se establecen las líneas de desarrollo de un curso al mismo tiempo que el espacio en el cual, es posible reflexionar sobre la enseñanza y su relación con la finalidad, los supuestos que la orientan y los fundamentos que la sustentan.

Con respecto a esto, Pérez Gómez sostiene que, la práctica teórica ha estado más orientada a la especulación filosófica sobre fines y consideraciones globales de la educación, que hacia un análisis y reflexión teórica sobre los fenómenos, factores y procesos que ocurren en el entramado del aula.

La reflexión sobre las situaciones de enseñanza y su organización en contextos particulares, constituye la clave a partir de la cual introducir continuidades, y rupturas entre los conocimientos, los modos de entender la enseñanza y las

experiencias profesionales de maestros/maestras y profesores/profesoras, por este motivo, es de suma importancia determinar los modos de generar los conocimientos didácticos.

Para ello es necesario revisar los conceptos de enseñanza, aprendizaje, curriculum, contenidos de la enseñanza (en función de los saberes que se pretende que desarrollen los alumnos) y la gestión de la clase para reveer la praxis docente.

Según Jiddu Krisnamurti (1895-1986): “Aprender es descubrir que algo es posible”, pero para que este descubrimiento se lleve a cabo, es necesario que los seres humanos reciban y realicen la internalización de un complejo conjunto de habilidades, saberes, pautas, modos de relación y herramientas culturales. El modo de alcanzarlo es crear un sistema de comunicación, de influencia educativa que favorezca y estimule su aprendizaje.

El aprendizaje es una modificación relativamente estable de las pautas de conducta realizada en función de lograr una adaptación al medio en que vive el organismo o individuo. Hay aprendizaje cuando se produce una mejor adaptación al medio, una capacidad creciente para resolver problemas de mayor complejidad.

Existe gran diversidad y complejidad de aprendizajes porque las conductas humanas son diversas y complejas (no es lo mismo aprender a controlar los esfínteres que reconocer la provincia de Buenos Aires en un mapa de Argentina).

El aprendizaje requiere siempre de la mediación social (a través de una persona

que enseña, de un grupo de pares, del ambiente de una organización ó de herramientas culturales) implica siempre un proceso de construcción y reelaboración de las conductas previas del individuo, (de la memoria y de la forma en que procesa sus experiencias), modificando además la relación que éste mantiene con los objetos y con el mundo.

El sujeto que aprende (sea niño ó adulto) no es un mero receptor de informaciones, sino que las selecciona, las transforma, las reconstruye, integrándolas (o no) a la estructura de conocimientos y habilidades que posee adecuándolas, para la resolución de sus necesidades, expectativas, experiencias personales y contexto cultural.

El individuo es un agente activo en el intercambio con el ambiente, no un mero receptor pasivo del conocimiento transmitido. Estas cuestiones tienen implicancias directas en la enseñanza.

La enseñanza es una actividad, un hacer, una práctica, existe en la medida en que se produce un proceso de comunicación entre docentes y alumnos, Gary Fenstermacher (docente e investigador norteamericano) sostiene que la enseñanza es una actividad en la que debe haber al menos dos personas, una de las cuales posee un conocimiento ó una habilidad que la otra no posee, la primera intenta transmitir esos conocimientos y/o habilidades a la segunda, estableciéndose entre ambas cierta relación que posibilitará que la segunda los adquiera. Se habla aquí, de la enseñanza como “un intento” debido a que se trata de una relación entre personas y no hay manera de asegurar que aquello que se debe ó se desea comunicar sea efectivamente transmitido y adquirido por el otro.

Dicho en otros términos: el hecho de que el docente enseñe no significa que el alumno aprenda lo que éste pretende enseñarle. Sin embargo, no es necesario apegarse estrictamente a lo manifestado anteriormente: si el alumno no aprendiera algo cercano o parecido a lo que se intenta transmitir, la enseñanza sería una actividad sin sentido.

Fenstermacher sostiene que se establece una dependencia ontológica y no de causalidad entre la enseñanza y el aprendizaje, en otras palabras si no existiera el aprendizaje, no tendría sentido la actividad de enseñar, ya que la enseñanza depende, en su esencia del fenómeno del aprendizaje.

La enseñanza no crea ni origina el aprendizaje, sino que lo guía, lo facilita, lo controla. También puede ser entendida como una acción de mediación social entre los conocimientos y prácticas culturales y las personas que aprenden.

La conservación y el desarrollo de las sociedades humanas a través del tiempo requiere la transmisión de sus legados y costumbres a sus miembros, esto se logra por la mediación de la enseñanza, logrando así no solo la transferencia y conservación de la cultura sino también la ampliación de las capacidades de los individuos y de los distintos grupos sociales, asegurando así la participación en la renovación cultural y la mejora de la sociedad.

La función de quien enseña es conducir y coordinar la enseñanza (aunque también aprenda al hacerlo), la del que aprende (ya se trate de un individuo ó de un grupo) es la de aprender, aunque no se trata de un espectador pasivo, quienes aprenden orientan el curso de sus interacciones, (ya sea desde la disposición afectiva que varía desde la aceptación y la participación

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