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ENTREVISTA CON LA EXPATINADORA PROFESIONAL ANDREA SANTOS HERNÁNDEZ


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2013  •  2.665 Palabras (11 Páginas)  •  762 Visitas

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‘FORJAR CAMPEONES DE ÉLITE PARA LA CIUDAD ES LA META’

UNA MUJER LLEVA LAS RIENDAS DEL PATINAJE EN GIRARDOT

Johana Andrea Santos Hernández es una mujer que intimida con su presencia y forma de hablar. Expatinadora profesional, psicóloga y ahora madre, con esfuerzo y dedicación se ha ganado el cariño de sus alumnos, inspirando en ellos la pasión y el amor por el deporte sobre ruedas. Nacida en Cúcuta se dedicó desde muy pequeña a este deporte y a pesar de los obstáculos logró disfrutar de las oportunidades que le dio su padre, Ricardo Santos.

Actualmente realiza una especialización en Administración Deportiva con la Federación Colombiana de Patinaje y espera como instructora de este deporte, seguir formando patinadores de élite para Girardot y Colombia.

P: Sabemos que fue deportista profesional, y ahora se desempeña como instructora de patinaje en Girardot. Cuéntenos un poco, ¿quién es Andrea Santos Hernández?

R: Inicié en el mundo del patinaje cuando tenía cinco años, porque mi papá me llevaba a ver patinar. Luego me inscribió en una escuela de Cúcuta, donde entrenaba dos o tres veces a la semana en horas de la tarde. De ahí fue naciendo mi amor por el patinaje.

P: ¿Por qué escogió el patinaje y no otro deporte?

R: Pues la verdad no solo patiné. Tuve muchos deportes alternativos porque el patinaje era muy gratificante; pero en algunas ocasiones traté de tirar la toalla. Participé en natación y por mi padre practiqué baloncesto, ya que él fue basquetbolista, y como todo papá quería que sus hijos tuvieran su misma herencia. Aún me encanta el básquet; pero la verdad lo juego pésimo, tengo dos manos izquierdas. Por eso me di cuenta de que me desempeñaba mejor en el patinaje.

P: ¿Qué títulos ha ganado?

R: Inicialmente fueron títulos departamentales, como en Norte de Santander que fui campeona departamental; y lo he sido también en maratones de diferentes categorías. Anteriormente, las categorías eran preinfantil, infantil… tenían otros nombres muy diferentes a los que ahora son clasificados en los torneos. Igualmente, fui campeona mundial de patinaje en 1996 en la prueba americana y en 1997 en Mar del Plata, Argentina, en la misma prueba (sic).

P: Dentro de su trayectoria como patinadora profesional, ¿cuáles fueron esos momentos difíciles que marcaron su vida?

R: Considero que la parte económica. El patinaje siempre se ha destacado por ser un deporte costoso. Entonces, en muchas ocasiones mi papá no me podía comprar, ya sea las últimas ruedas o el último modelo de patín: porqué cuando yo patinaba se hizo la adaptación del patín de cuatro a cinco ruedas, entonces ya había un nuevo gasto. Otro momento difícil, fue cuando cambie de club -porque en Norte de Santander éramos muy pocos- y me trasladé a Bucaramanga para entrenar, donde pase dos navidades lejos de mi papá, y como vivía con él, me dio mucha nostalgia el saber que mi familia estaba en otro lado; lejos de mí.

Aunque le hubiese gustado continuar en este deporte, Andrea es consciente de que en un país como Colombia el patinaje profesional no es un sustento económico estable como para dedicarse a esta profesión de por vida. Además, los implementos deportivos utilizados son muy costosos; ejemplo de ello son los patines profesionales que tienen un precio aproximado de dos millones de pesos, sin incluir accesorios, uniformes, viajes y participación en los campeonatos.

P: ¿En algún instante de su carrera el ganar algunos campeonatos la hizo granjearse enemistades?

R: Creo que por el hecho de ser deportista y sobre todo por ser uno de los más destacados, siempre se generan enemistades. La envidia no viene entre los mismos compañeros, a veces viene más por parte de los padres de familia que influyen negativamente. Sin embargo, la convivencia de todos mis compañeros de por sí, siempre fue afectiva y agradable.

P: ¿Por qué dejó de practicar el patinaje profesional?

R: La verdad porque en Colombia ser deportista de élite no da dinero. Como lo vemos en muchos deportistas como María Luisa Calle, en la patinadora Luz Mery Tristán, incluso se evidencia en muchos futbolistas hoy en día: ¿quién es el “Pibe” Valderrama?, ¿quién es el “Tino” Asprilla?, ¡Estos gozan de reconocimiento Mundial y son millonarios! y muchos otros más, quiénes llegan hasta cierta edad y no pueden seguir disputando en campeonatos profesionales. Entonces, decidí retirarme, ya había cumplido un ciclo y me dediqué a la universidad.

P: ¿Qué más ha hecho en su vida?

R: Bueno, después de retirarme del patinaje me dediqué a estudiar. Me fui para Perú, y me casé con un peruano. Me radiqué allí por ocho años, donde estudié la carrera de Psicología; pero a raíz de mi separación regresé nuevamente a Colombia y al ver que mi familia estaba radicada en Girardot pues me vine para acá.

P: ¿Desde cuándo se desempeña como instructora y en qué lugares ha trabajado?

R: Llegué a Girardot hace aproximadamente cuatro años. Mi padre me ayudó a conseguir un contacto con un club que se llamaba “Tornados”, el cual ya no existe en la ciudad. Entonces, al ver la necesidad de un entrenador y teniendo los conocimientos suficientes por haber sido patinadora profesional, inicié trabajando con ese grupo, donde salió la alternativa de laborar con el club de Masificación de la Alcaldía de Girardot, de la administración del ingeniero Rodolfo Serrano. De ahí, seguí trabajando con ellos dos años consecutivos, y ahora continúo con la administración del alcalde Diego Escobar Guinea. El año pasado se inició la escuela de formación de y puedo asistir puedo asistir por que ahora soy mamá y tengo que dedicarle tiempo a mi hijo.

P: ¿Es muy duro ser mamá, cuando se es instructora de patinaje?

R: Pues en realidad no es tanto la parte dura, lo que sucede es que a veces los hijos solicitan más tiempo. Es más, mi hijo a veces me dice: “Mami, tú quieres más a los niños de patinaje y no a mí”, porque le brindo tal vez más tiempo a ellos. En los campeonatos pese a que llevo a mi hijo, no le dedico la atención suficiente, por estar pendiente de mis deportistas. Pero es una faceta que poco a poco he ido nivelando. Mi hijo no es patinador, me encantaría que fuera patinador pero no lo es. Lo tengo en música y en otras actividades extras.

P:

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