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El Diario Como Instrumento Para Detectar Problemas Y Hacer Explicitas Las Concepciones. Rafael Porlán Y José Martín (1993)


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2014  •  1.445 Palabras (6 Páginas)  •  1.480 Visitas

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En el presente ensayo se abordará el tema del diario del grupo como instrumento para la descripción, el análisis y la valoración de la realidad escolar durante el desempeño docente, que nos conduzca a la reflexión crítica de nuestro quehacer docente para así lograr un aprendizaje mas significativo en nuestros alumnos, convirtiendo el diario en un cuaderno de trabajo que pos permite realizar un seguimiento global y sistemático a través de la recogida de acontecimientos e incorporaciones teóricas que se van a aplicar en la nueva intervención mediante el análisis de causas y consecuencias de los problemas que sean detectados, lo cuál nos permitirá propiciar la discusión en equipo, delimitar las dificultades, buscar soluciones y elaborar estrategias para mejorar el trabajo en el aula.

El diario lo que trata de hacer, según el autor, es desarrollar la capacidad de observación para ampliar objetivamente la descripción de lo que pasa en el salón, con estos escritos pueden quedar de manifiesto múltiples aspectos que influyen en el desarrollo de las clases. En esta fase, el diario debe ofrecer una panorámica general y significativa de lo que desde nuestro punto de vista sucede en la clase, describiendo las actividades, relatando procesos y categorizando, en lo posible, las distintas observaciones que se van recogiendo: las referidas al profesor, a los alumnos y a la comunicación didáctica; todo ello permite focalizar progresivamente otras observaciones, llevándolas de lo general a lo concreto.

Como docentes, personas interactuantes en el proceso educativo, vamos apoderándonos de concepciones acerca del trabajo en el aula, el ambiente, los alumnos, la comunidad escolar, los ritmos de aprendizaje, etc. y estas concepciones no sólo determinan la realidad vivida y percibida, sino también guían y orientan nuestra actuación en el salón de clases. El contenido inmerso de estas concepciones que vamos tomando a lo largo de nuestra práctica, hace referencia a los aspectos claves de cualquier contexto educativo.

Si sometemos nuestras concepciones a procesos de contraste por lo general aparecerán contradicciones y evidencias que nos llevan a la modificación, ampliación o sustitución de las mismas, por otros puntos de vista que ofrezcan una mayor potencialidad explicativa acerca de los problemas que nos pueden preocupar, el cambio de estas concepciones ha de dotarse de “una metodología de desarrollo profesional que garantice la coherencia global y la continuidad del proceso”, en ese sentido se puede constituir al diario en un instrumento metodológico nucleador.

Un aspecto importante a tomar en cuenta es que para que el diario sea totalmente funcional se debe socializar, ya que la lectura en equipos, en este caso, me permito sugerir, en el cubículo, permitirá el la detección de problemas para la redacción y nos permitirá la creación de nuevas estrategias de reflexión conjunta que además favorecerá nuestro autoconocimiento. Las nuevas ideas que surjan deben traducirse en el diseño de una nueva intervención que debe tomar en cuenta: los problemas concretos y significativos de los miembros del equipo, criterios y procedimientos que den alguna respuesta al problema de qué enseñar, cómo enseñar y qué y como evaluar. Todo ello en torno a un centro de interés que actúe como hilo conductor y que de coherencia a las diversas problemáticas que progresivamente irán surgiendo.

El diario del profesor y el pensamiento de los alumnos: contrastando con la otra parte

Las concepciones que poseemos se relacionan con nuestra visión del papel de los alumnos en la escuela basadas en el tipo de relaciones jerarquizadas que atribuyen a los alumnos un papel pasivo, esto resulta fuente de conflicto con algunos alumnos al no coincidir nuestras expectativas con la visión que ellos tienen de la clase; este proceso de contraste puede hacerse mediante el diario de incidencias que se conforma mediante la observación atenta y el registro de conductas o comentarios que develen intereses, curiosidades y expectativas. Al trabajar con estas ideas se le facilita al docente la adopción de nuevos enfoques objetivos y contenidos para adecuarlos a los alumnos.

Cuando en la lectura se habla del diario como instrumento para transformar la práctica nos planteamos un cambio para mejorar la enseñanza, se suele caer en modificaciones muy ambiciosas que pueden paralizar y bloquear nuestra voluntad ante las dificultades y problemas nuevos de los cuales tenemos pocos “saberes prácticos”, si bien es cierto que una adecuada posición profesional requiere un proceso de construcción teórica sobre la enseñanza, también en necesario un proceso de construcción práctica, de “nuestro saber hacer” profesional,

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