El Libro De Las Habilidades Directivas
fatymapv30 de Agosto de 2012
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Este libro nace del propósito de un grupo de docentes universitarios, que
también practican la consultoría de empresas, de ofrecer a quienes ejercen, o se
preparan a ejercer la gestión, unos conocimientos, unas técnicas y unas actitudes
que les ayuden a incrementar su eficacia y su eficiencia como gestores en
empresas públicas y privadas.
Algunas de estas materias se enseñan en las carreras de Administración y
Dirección de Empresas, de Ingeniería de Gestión, de Psicología, Sociología,
Relaciones Laborales, Ciencias del Trabajo y Recursos Humanos, así como en
los cursos Máster correspondientes, pero en general lo suelen hacer de un
modo teórico y poco aplicable a la realidad de la gestión empresarial.
Nuestro empeño ha consistido en ofrecer a sus destinatarios, unas herramientas
de gestión que superen su papel meramente utilitario, y que incidan
igualmente en el dominio de los conocimientos y en el de las actitudes.
Cada habilidad constituye un capítulo independiente que consta de una parte
teórica, unas herramientas de gestión, unas reflexiones y unos ejercicios.
El libro está ilustrado por uno de los coautores, Carlos Ongallo, que sabe
hermanar la actividad docente y consultora con la artística.
El libro consta de veinte capítulos, organizados de acuerdo con el siguiente
criterio: la actividad del gestor gira entorno a las funciones denominadas continuas
de Comunicación, Toma de Decisión, Gestión. En consecuencia, los
capítulos han sido ordenados en tres grandes bloques que llevan precisamente
estos nombres. En cada bloque se han agrupado los temas que tienen una mayor
relación con el epígrafe, de acuerdo con la ordenación que figura en el índice de
la página IX.
Los coautores, como se verá más adelante, están vinculados al Departamento
de Gestión Empresarial de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales
de la Universidad Pontificia Comillas (ICADE) de Madrid, excepto
Isabel Puchol, que, sin embargo, es antigua alumna de dicha institución.
XIII
Introducción, propósito y plan de la obra
Se ha procurado que el libro cubra toda el área de las habilidades directivas,
huyendo de solapes y de lagunas difíciles de evitar cuando son varios los autores.
Éstos hablan con su lenguaje y desde su experiencia, lo que contribuye a
darle al texto una variedad infrecuente en libros de un solo autor.
Deseamos a cuantos ejercen o se preparan a asumir la gestión que nuestro
libro les sea, por una parte interesante, y por otra, útil.
Los autores
XIV INTRODUCCIÓN, PROPÓSITO Y PLAN DE LA OBRA
LA COMUNICACIÓN
I
Algunas herramientas...
INTRODUCCIÓN
Este macrocapítulo se compone de varias habilidades directivas:
• Dirección y participación en reuniones.
• El arte de entrevistar.
• Hablar en público.
• Atención de quejas y reclamaciones.
• La asertividad.
• La negociación.
Se trata de habilidades de comunicación interpersonal, dentro del área de
Comunicación Interna (CI) de la empresa.
Podemos definir la CI como aquellos dispositivos de gestión encaminados
a promover la comunicación de una empresa con su propio personal, tratando
de organizar sus relaciones de trabajo o de mejorar su cohesión interna y su rendimiento.
Dentro de este objetivo de carácter general, se pueden identificar otros
objetivos más concretos:
• Difundir y consolidar los valores de la cultura de la empresa.
• Favorecer la identificación del trabajador con la empresa.
• Colaborar en el afianzamiento de la Garantía de Calidad Total.
• Transmitir eficaz, eficiente y efectivamente los mensajes de la estrategia
y la política empresarial.
• Contar al personal lo que sucede en la empresa, no solo para informar,
sino también para motivar. (Antes de que lo cuente el periódico).
• Contribuir al crecimiento del compromiso y de la integración del personal
con y en el proyecto de empresa.
5
1
Luis Puchol
Algunas herramientas
de comunicación interpersonal
• Hacer saber a cada trabajador la importancia de su trabajo en aras a la consecución
de la satisfacción del cliente y de los resultados finales de la
empresa.
• Conocer y analizar las opiniones, actitudes y expectativas del personal.
• Contribuir a la mejora del conocimiento y de las relaciones interdepartamentales.
• Potenciar el rol gerencial y la capacidad de liderazgo de la línea jerárquica.
• Combatir la difusión de rumores que afectan a la moral de los trabajadores
y que, de trascender al exterior, pueden ocasionar problemas con los
clientes, proveedores, entes públicos, medios de comunicación, etc.
• Conseguir que la comunicación de la Gerencia con la base sea directa, sin
interferencias, ocultaciones o tergiversaciones.
• Lograr en la empresa un clima de confianza en la Gerencia, que permita
a esta, mediante el funcionamiento de un buen sistema de comunicación
ascendente, conocer, sin interferencias ni intermediarios, los deseos,
aspiraciones, peticiones y reivindicaciones del personal, a fin de adoptar
las medidas pertinentes.
Como en cada una de las seis habilidades antes citadas se requiere, por
ejemplo, saber preguntar o saber escuchar, se ha pensado en cubrir las seis habilidades
con un gran paraguas, anteponiendo un capítulo instrumental al que
hemos denominado Algunas Herramientas de Comunicación Interpersonal,
que engloba las destrezas comunes que cualquier persona necesita dominar para
ejercer eficientemente su papel de comunicador con una óptica directiva.
Este primer capítulo, precisamente por su carácter instrumental, tiene una
redacción de tipo esquemático. Mientras que los otros seis siguen la tónica del
resto del libro.
HERRAMIENTAS DE COMUNICACIÓN INTERPERSONAL
Cómo dar órdenes orales
La forma más común de la comunicación descendente es la orden oral. Este
hecho podría hacernos pensar que todos los directivos dominan a la perfección
esta sencilla técnica. Pues no es así. De hecho, una de las causas más frecuentes
de errores de los colaboradores, y de la pérdida de tiempo y el coste que
conlleva el rectificar estos errores, son las órdenes mal dadas. Las causas más
frecuentes de disfunción son el error, el olvido y la malinterpretación.
Se recomienda que, para evitar estos problemas, el que da las instrucciones
u órdenes siga este esquema básico:
1. Contacto:
Asegurarse de que la otra persona está prestando atención, eligiendo
el momento oportuno para darle la orden y formulándole una pregunta
que le obligue a pensar en lo que se le está diciendo.
Si se le interrumpe mientras está haciendo otra cosa, hay que conseguir
que deje de pensar en lo que hacía y que nos preste atención.
6 EL LIBRO DE LAS HABILIDADES DIRECTIVAS
2. Decirle:
• qué tiene que hacer,
• cuándo lo tiene que hacer,
• dónde lo tiene que hacer,
• con qué lo tiene que hacer,
• con quién lo tiene que hacer,
• por qué lo tiene que hacer,
• a quién y cómo debe informar del resultado de su gestión.
Recuerde que: orden y contraorden = desorden
3. Asegurarse de que lo ha entendido:
• Haciéndoselo repetir con sus propias palabras.
• Pidiéndole que haga sugerencias o que pregunte lo que no le quede claro.
• Un ¿entendido? o un ¿de acuerdo?, no es suficiente.
4. No dé órdenes caprichosas.
5. Recuerde que: orden y contraorden = desorden.
* * *
Técnicas de escucha
Se ha dicho que Dios dotó al hombre con dos oídos y una sola boca, con lo
que quería decir que debíamos escuchar el doble de lo que hablamos.
Sin embargo, saber escuchar es una habilidad escasa, incluso en personas que
se consideran buenos comunicadores. Es decir, el hecho de ser un buen emisor de
mensajes no garantiza que se sea también un buen receptor. Sin embargo, como
la comunicación es un camino de ida y vuelta, el hecho de no tener información
suficiente por parte del interlocutor, o el que esta información sea incompleta o
sesgada, puede llevar al colapso de la comunicación entre dos personas.
Dios dotó al hombre con dos oídos y una sola boca,
con lo que quería decir que debíamos escuchar el doble
de lo que hablamos.
A continuación se describe un sencillo procedimiento extraído y adaptado
de las técnicas de la entrevista no directiva de Carl Rogers, que consigue aumentar
la cantidad de datos recibidos; mejorar la calidad de los mismos; discernir
—hasta cierto punto— su veracidad; tirar de la lengua a la persona remisa
en dar información; y controlar la conversación, pudiendo prolongarla o
cortarla en cualquier momento.
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