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El Orden Social


Enviado por   •  25 de Julio de 2014  •  11.594 Palabras (47 Páginas)  •  312 Visitas

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1. El orden social

1.1 Concepto de orden

1.2 El orden natural

Presentación

El hombre nace y se desarrolla en la sociedad, la vida social es natural y necesaria al ser humano, por tanto, hombre y sociedad se implican e integran mutuamente. Es evidente por consiguiente que el desarrollo de la sociedad depende de la participación de todas las personas, cada una de ellas con su esfuerzo puede construir una sociedad más justa y así contribuir al Bien Común.

1.1 Concepto de orden

La palabra Orden deriva del latín ordo y a su vez del griego ortos. El término griego ortos significa recto y correcto. De aquí se sigue el significado de orden como la disposición correcta o conveniente de los elementos de un conjunto. Es claro que entre elementos aislados no hay posibilidad de orden así como tampoco puede existir orden en un agregado o montón de cosas, puesto que al no existir un principio de conexión entre ellas solamente formarían un desorden.

Para que exista un orden es necesaria una relación entre sí de los diferentes elementos, pero no basta con que se establezca cualquier tipo de relación, por tanto, el orden consiste en la relación existente entre la pluralidad de distintos elementos en base a un principio que configura al todo ordenado.

Es preciso resaltar la importancia que tiene el principio o estructura que determina una relación ordenada, puesto que la existencia de un principio ordenador muestra como el orden no es algo extrínseco sino que precisamente es algo constitutivo de la estructura, el orden reside intrínsecamente en los elementos puesto que si estos elementos se estructuraran de otra manera entonces resultaría otro orden diferente.

Ahora bien, en cualquier todo ordenado se puede analizar por una parte el aspecto material, que se refiere a los elementos o partes de la pluralidad ordenada, y por otra parte el aspecto formal, que consiste en el principio o estructura por el cual se ordenan los elementos.

La importancia de el aspecto formal para el análisis del tema del orden es porque esto explica como un todo ordenado no es resultado de la yuxtaposición extrínseca de cosas distintas sino que el orden se sigue de una unidad interior, por lo tanto, se define al orden con una mayor precisión, como la unidad de una pluralidad diversa.

Cabe resaltar que si el principio de orden puede transformar una pluralidad de elementos en una unidad, es mediante la disposición que exige un determinado fin, de aquí se sigue que el tema del orden es inseparable del de la finalidad.

Entonces una definición aún más precisa de orden es la siguiente: la relación de una cosa con respecto a otra en función de una finalidad. Por ejemplo, en un reloj encontramos muchas y diferentes cosas: tornillos, engranes, manecillas, etc. El orden con el que se coloca cada una de estas partes es con el fin de que éste funcione, y esta finalidad es el principio ordenador que estructura a cualquier reloj.

Ahora bien, ¿Cómo puede haber orden sin una inteligencia ordenadora?, porque sólo la inteligencia puede proponerse fines, por esto debe señalarse que el orden siempre es producto de un ser inteligente. Retomando el ejemplo anterior, un reloj supone al relojero, quien colocó los distintos componentes de manera ordenada en función de la finalidad de medir el tiempo, por tanto el reloj no puede ser producto de la casualidad.

Por último, puede afirmarse con toda certeza que tanto en el mundo de la naturaleza como en el de las realizaciones humanas, sociales y culturales, encontramos orden, y que este orden, tanto natural como social, tiene sentido por una finalidad, la cuál surge de un principio racional.

1.2 El orden natural

El concepto de orden puede ser sinónimo de cosmos, si se entiende al mundo como un universo ordenado, precisamente la ciencia lo que descubre son las leyes de este orden en el universo o cosmos, más aún, sería imposible hacer ciencia sin la existencia de un orden natural.

En el mundo de la naturaleza, desde el macrocosmos (las galaxias, el sistema solar, etc.) hasta el microcosmos (átomos, electrones, aminoácidos, moléculas, etc.), existe un orden extraordinario y asombroso, orden que poco a poco es descubierto por el conocimiento científico.

Cuanto más avanza la ciencia los nuevos descubrimientos confirman más y más el orden del cosmos, como por ejemplo la regularidad en la marcha de los planetas, en la aparición de los cometas y en las innumerables constelaciones; el orden en el ritmo de las estaciones, en el equilibrio ecológico, en el cuerpo humano; la constatación de que una simple molécula de proteína contiene 18 aminoácidos diferentes dispuestos en un orden bien estructurado, la maravilla de que un solo organismo unicelular posee una multitud de proteínas, además de lípidos, azúcares, vitaminas, ácidos nucleicos, todo indica la existencia de un ordenamiento asombroso.

Ahora bien, observando la naturaleza se descubre que todos los seres tienen una función en el cosmos. Las abejas facilitan la polinización de las flores, el color de las flores atrae a las abejas, los minerales de la tierra y el agua fortalecen las raíces de las flores.

Esto significa que la estructura de los organismos vivos, e incluso del mundo mineral, tiene funciones naturales, es decir, tienen una finalidad. Nada esta ocioso en la naturaleza, todos los seres que existen tiene una finalidad o razón de ser.

Ante esta admiración por la naturaleza surge la pregunta ¿cómo puede darse este maravilloso orden sin una inteligencia ordenadora?. Este orden no puede proceder de la naturaleza, puesto que ésta no puede darse el orden a sí misma, sería tanto como pensar que el orden es producto del azar y esta postura es anticientífica.

Por otro lado, es evidente que el orden de la naturaleza no es producto de la inteligencia humana, dado que sólo lo descubre, y amenos de que se quiera afirmar de manera irracional que este orden complejísimo y asombroso es producto de la casualidad, debemos reconocer que el orden natural es obra del Creador de la naturaleza, Dios.

Cabe señalar que no sólo con conocimientos científicos. Sino que también con la sola observación empírica el hombre va descubriendo el orden maravilloso de la naturaleza, pero este orden natural no se agota en los fenómenos

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