El Rol Del Docente Y Su Intervención Pedagógica

EL ROL DEL DOCENTE Y SU INTERVENCIÓN PEDAGÓGICA

INTRODUCCIÓN

El presente documento plasma una serie de consideraciones sobre el rol del docente como mediador en su labor pedagógica, mismas que son forjadas mediante reflexiones en antecedentes conceptuales que han determinado ciertas alternativas según el desarrollo contextual del alumno en la escuela a lo largo del tiempo, así como el impacto y la transformación que estos aspectos han determinado en la contribución de elementos favorecedores a los docentes para fortalecer su loable trabajo en el aula.

Además se reflejan reflexiones en cuanto a diversas acciones integradoras que pueden fortalecer la vocación en la docencia, permitiendo identificar el perfil del docente dentro del contexto educativo actual y su impacto en los aprendizajes de los alumnos, siendo éste el principal propósito del presente documento.

REFERENTES CONCEPTUALES Y CONTEXTUALES

DEL ROL DOCENTE Y SU INTERVENCIÓN PEDAGÓGICA

Si consideramos los referentes que se tienen en relación al papel del docente en las distintas y más destacadas alternativas pedagógicas en el desarrollo escolar a través del tiempo, podremos percatarnos de la gran diferencia que se han generado desde la escuela tradicional hasta la llegada de nuevas tendencias en la escuela activa, la tecnología educativa y el tan impactante método constructivista.

Si bien es cierto, el maestro tradicionalista se destacaba por ser considerado el centro del proceso de la enseñanza, inflexible, impositivo, autoritario, paternalista y coercitivo; convirtiéndose en depositario del conocimiento, siendo su rol el llenar las mentes de sus alumnos con su conocimiento y entonces luego lograr que los alumnos arrojaran este conocimiento en el proceso de evaluación; sin embargo en la actualidad, después de reflexionar sobre las acciones tendenciosas y radicalistas que nos han llevado al otro extremo, el permisible, puede considerarse un nuevo enfoque en el cual se tiene la flexibilidad de retomar lo rescatable de cada una de las corrientes pedagógicas que nos han antecedido.

Transportándonos a la escuela activa, ésta también nos refleja adjetivos que pueden describir con precisión la labor docente, siendo éste el acompañante del alumno, facilitando la actividad, observando y despertando el interés mediante la utilización de métodos activos; es un facilitador del proceso. Es a partir de la escuela activa que se empiezan a romper paradigmas y a facilitarse el camino a nuevas formas de visualizar el rol del docente, complementándose con corrientes afines que vienen a fortalecer aspectos relevantes, tales como el enfoque de la tecnología educativa al definir cuatro roles fundamentales en el profesor: Diseñador de Tecnología, Experto en Audiencia, Experto en Currículum, Experto en Proceso; recayendo en la concepción del docente como “Creador de experiencias de aprendizaje constructivistas”.

Después del recorrido que se ha ido presentando en la ardua labor docente, en la cual se va dando forma a su “rol”, se puede afirmar la benevolencia que el enfoque constructivista ha precisado para equilibrar las distintas perspectivas hasta lograr equilibrar el trabajo del profesor y llegar a tomar el Rol de mediador, trabajando para la autoformación más que para corregir.

Es hasta entonces que podemos contar con un panorama integral y fortalecido para poder describir cual es el rol del docente en la actualidad. Considerándose a este el responsable de ofrecer un equilibrio entre estímulo y autoridad. Diagnosticando permanentemente el estado emocional, el nivel cognoscitivo y los intereses del alumno.

El docente actual utiliza la terminología cognitiva tal como: clasificar, analizar, predecir, crear, inferir, deducir, estimar, elaborar, pensar; además de propiciar el fortalecimiento del razonamiento. Induce a la indagación con preguntas reflexivas y desafía también a que se hagan preguntas entre ellos, propiciando desafíos continuos en sus alumnos.

El rol del docente en la actualidad demanda de él retos que le encaminan a convertirse en promotor de la autonomía intelectual y moral de los alumnos. La fomentación de los valores éticos y morales hoy más que nunca son una necesidad, la modernidad que se vive en la actualidad ha desbordado una serie de nuevas tendencias atribuidas en su mayoría al desarrollo tecnológico, mismo que lamentablemente ha rebasado a la fundamentación de la mencionada “autonomía intelectual y moral de los alumnos”, reflejándose un bajo compromiso docente al integrarse a explorar, actualizarse y conocer a fondo estas nuevas tendencias para tomarlas como parte activa y herramienta indispensable de su labor como mediador.

Es entonces que nace la disyuntiva de saber a fondo ¿ en dónde estamos parados?, ¿la tecnología nos controla? ó ¿nosotros los docentes nos valemos de ella para fungir mejor nuestra vocación?. El docente bien enfocado sabe equilibrar los elementos metodológicos más convenientes según el contexto en que se desarrollan sus alumnos, considerar la parte paternalista y rígida en la fomentación de valores de la escuela tradicional, la parte incentivadora hacia nuevos retos que promueve la escuela activa, valerse de las nuevas tendencias que aporta la tecnología educativa e impregnarse del enfoque constructivista hacia una educación basada en el desarrollo de competencias, seguramente permitirá al docente tomar su rol de mediador con éxito.

Pero, aunque se oye fácil, el reto que tiene el docente es enorme, el contexto en que se trabaja determina el grado de complejidad en el cual se deberán abordar las estrategias pertinentes para la mejora académica y llegar a cumplir con los aprendizajes esperados y perfil de egreso que actualmente rige a nuestra reforma educativa.

El nivel de aprendizaje en los alumnos refleja el grado de compromiso del profesor, el alumno crece en competencias y conocimientos en la medida que interactúa con su entorno. Hay una frase de la Madre Teresa de Calcuta que dice: Yo hago lo que usted no puede, y usted hace lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas. Esta frase refleja claramente la importancia que debe darle el profesor a su rol de “mediador”, ya que el alumno construye el conocimiento gracias a la mediación de docentes y compañeros, así como del contexto cultural.

El docente debe convirtiéndose en un transformador, orientador, guía, siempre amigable; debe de proporcionar disposición para atender las necesidades físicas y psicológicas de los alumnos; luego de facilitar puentes entre lo previo y lo nuevo, debe ofrecer estructuras y estrategias que le permitan al alumno aprender de manera cada vez más autónoma, interactiva y bajo su propio control.

Los conocimientos previos determinarán al docente las pautas que debe considerar para emprender nuevos proyectos y desarrollar una labor flexible, dinámica y constante en la fomentación saberes en sus alumnos.

CONCLUSIÓN

El docente cuenta ahora con mayores retos en comparación con la escuela tradicional, ya que debe desarrollar su vocación con fortalezas que le permitan crear ambientes de aprendizaje en los cuales según la medida de responsabilidad, organización, administración y ética profesional, refleje en su constante capacitación y búsqueda de nuevas alternativas una relación efectiva en la enseñanza y aprendizaje de sus alumnos.

Puede considerarse como reflexión sobre el rol del docente en su labor como un reto permanente dentro del cual deberá superarse constantemente a sí mismo mientras enfrenta las nuevas tendencias pedagógicas, metodológicas, tecnológicas y contextuales dentro de su trabajo cotidiano; propiciando los saberes en sus alumnos con un enfoque basado en competencias.

La profesión docente exige ser una de las profesiones más integrales, formar personas, conducirlas a ser parte de una sociedad, no es tarea fácil, es por ello que el encargado de mediar y crear ambientes idóneos de aprendizaje debe contar con suficientes elementos que le permitan ejercer con éxito su encomienda laboral. Dichos elementos pueden concentrarse primordialmente en: conocimiento teórico del aprendizaje, desarrollo y comportamiento humano, el desarrollo de valores, actitudes y relaciones humanas, el dominio de contenidos de enseñanza, desarrollo de estrategias de aprendizaje, conocer lo que enseña, preparar, dirigir, evaluar, investigar e innovar en el proceso de enseñanza- aprendizaje.

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