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Ensayo Producto 1 Rieb 2011


Enviado por   •  26 de Enero de 2012  •  2.152 Palabras (9 Páginas)  •  1.094 Visitas

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I N T R O D U C C I Ó N

Lejos de ser un fenómeno natural, la escuela y los sistemas escolares son instituciones sociales que se desarrollaron en un momento determinado de la historia para dar respuesta a necesidades concretas. Los sistemas escolares son, desde su creación, el dispositivo social para la distribución del conocimiento. Estos sistemas se organizaron como parte del surgimiento de la modernidad con la función de expandir ideas en la población acorde con el desarrollo de una sociedad basada cada vez más en los principios racionales de la ciencia.

Vivimos en una sociedad compleja, en donde la integración de las áreas humanísticas, científicas y tecnológicas se presentan en situaciones que vivimos en lo cotidiano. Fenómenos como migración, diversidad cultural y lingüística, asimetrías en el acceso al uso de la tecnología, diversidad de los niveles socioculturales y económicos y necesidades educativas especiales plantean retos concretos en las escuelas primarias. Todo esto magnificado por el uso de la ciencia y tecnología.

Es en este contexto en que la formación en una sólida cultura científica, tecnológica y humanística ya que son la clave para lograr la equidad en la educación para que todos tengan, dentro de lo posible, la posibilidad de disfrutar de sus beneficios. En le contexto de las sociedades del conocimiento es imprescindible una formación científica y tecnológica que juntamente con una formación humanista nos permitan la integración a la aldea global.

Los avances científicos y tecnológicos van aparejados con una gran responsabilidad para el ser humano. No se trata solamente de consumir las nuevas tecnologías emergentes (o ya antiguas) sino de prever los efectos que tendrá sobre el medio ambiente y los estilos de vida típicamente humanos, que se verán trastocados ya sea por el uso de las tecnologías o por las consecuencias que estas traen consigo.

Es en este contexto que se hace necesaria una cultura científica y tecnológica y humanista. Sobre todo es necesaria para poder enfrentarse a los retos que la ciencia misma impone: devastación ecológica, calentamiento global, daño en la capa de ozono, etc.

D E S A R R O L L O

La crisis del paradigma convencional de la ciencia es cada vez más presencial y abarca la redefinición de los fundamentos mismos de lo que se entiende por conocimiento científico. Quizás el punto principal de los últimos cambios que ha tenido la ciencia es que desde los inicios del siglo XX comenzó a dejar de ser observación del mundo para pasar a ser creación del mundo. Esto provoca que el hombre en el mundo se vuelva a re-colocar ya que cuestiona aspectos tan aceptados como la distinción entre conocer y hacer.

La educación, y específicamente los sistemas escolares, son los espacios institucionales de la sociedad para la generación y la transmisión del conocimiento que la sociedad estima como válido para su crecimiento y reproducción. La escuela es la encarga de la transmisión del conocimiento complejo o sea de los modos de la ciencia que no se adquieren por la interacción con otros grupos socializadores. Los cambios educativos actuales desconocen los últimos desarrollos de la epistemología que están redefiniendo hoy el conocimiento en los ámbitos de la discusión académica.

El enfoque de la complejidad propone la superación del ideal clásico de racionalidad, centrado en lo importante de la razón, la objetividad del saber, el método y la noción del conocimiento puesto al servicio del hombre para el bien. En el transcurso de 300 años la consolidación de la ciencia como saber independiente hizo posible que el ideal clásico de racionalidad traspase las fronteras de la cognición científica disciplinaria y se proyectase ideológicamente en el hombre común y su vida cotidiana. El hombre común situó a la ciencia, al saber justificado y fundamentado por ella, como verdadero por encima de todos los saberes. Si la ciencia incorporó la razón como ideal, la vida cotidiana la asumió como ideología. Esta ha sido su mayor influencia, y el instrumento fundamental para lograrlo ha sido la escuela.

La sociedad del tercer milenio se define como la sociedad del conocimiento, por la característica del lugar del conocimiento científico en ella. No es una novedad que este tipo de conocimiento ha sido desde hace tiempo el motor de desarrollo económico y social de la humanidad, pero la novedad de esta era es precisamente que el tipo de conocimiento que sirve a los efectos de mover este motor es, como hemos visto, de una índole bien distinta a lo que ha sido hasta ahora.

Es por esto que el sistema escolar se ha quedado sin rumbo. Ya no puede responder a las demandas de la nueva sociedad. Las bases de la modernidad se han derrumbado y se ha quedado sin sentido porque un nuevo relato se impone desde el desarrollo de la sociedad de la información y de la comunicación, que conlleva una nueva definición de conocimiento.

El desafío de las reformas educativas no es entonces qué escuela para el futuro sino cómo se resuelve la nueva sociedad la necesidad de distribución equitativa del conocimiento, qué características debe tener dicho conocimiento para que sea socialmente válido y como se organiza el entorno social para hacer posible el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Esta redefinición del modelo de conocimiento es la base para comprender los nuevos discursos de la educación centrados no ya solo en la necesidad de formación del pensamiento sino en un compromiso por la formación de competencias en el alumno. Las competencias suponen precisamente un saber de otra condición, más allá del saber tradicional de la modernidad, un saber que integra el saber con el hacer.

Las discusiones actuales sobre la educación coinciden ampliamente en el diagnóstico pero no en las soluciones. El indudable acuerdo en concebir a la educación como un proceso centrado en el aprendizaje de quien aprende, en lugar de un proceso de transmisión del conocimiento, se encuentra hoy frente a retos ya que no se acierta a coincidir sobre cuáles son las reformas para lograrlo.

El concepto remite a la idea de aprendizaje significativo, donde la noción de competencia tiene múltiples definiciones (la capacidad expresada mediante los conocimientos, las habilidades y las actitudes, que se requiere para ejecutar una tarea de manera inteligente, en un entorno real o en otro contexto), todas las cuales presentan cuatro características en común: la

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