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Enseñar y Aprender en la Educación Superior


Enviado por   •  25 de Julio de 2016  •  Ensayos  •  3.030 Palabras (13 Páginas)  •  181 Visitas

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Enseñar y Aprender en la Educación Superior

Gustavo Gottret

Enseñemos para la vida, no para la escuela

Ovidio Decroly, pedagogo belga (1871-1932)

La escuela, una institución técnica superior o universitaria, poco importa: a la hora de dar las clases, descubrimos en nuestros estudiantes las ansias de saber cómo harán para aprobar el examen. “Es el sistema”, nos excusamos cuidando de perpetuarlo generación tras generación.

Entonces, ¿qué hacer? No tengo una respuesta precisa, pero puedo plantear algunas pistas que sirvan de insumo para reflexionar al respecto y pensar en caminos alternativos.

Nos dejaremos aquí guiar por algunos de los elementos que constituyen el concepto de currículo educativo. Como fuente primaria, me permitiré compartir algunas de mis vivencias como educador y educando.

Qué enseñar y aprender

Más vale una cabeza bien hecha que una cabeza bien llena

Michel de Montaigne, escritor francés (1533-1592)

Estamos viviendo un tiempo en el cual nos obsesionamos por los contenidos curriculares (en todo nivel). En esto, solemos descuidar el mirar un poco atrás para entender mejor nuestro presente.

El ser humano es la única especie viviente que conocemos en el planeta capaz de utilizar el efecto de trinquete[1]. Este último se refiere a la capacidad de acumular conocimiento. En efecto, muchas especies animales muestran una capacidad (a veces sorprendente) de aprendizaje, pero ninguna la de pasar el conocimiento de una generación a la otra de forma relativamente continua e irreversible.

[pic 1]

TRINQUETE

Fuente: Wikimedia Commons

(Tomado de Brockhaus Konversations-Lexikon, Vol. 10, 1894, pág. 420 ("Klinke")

En el pasado remoto de la humanidad, diferentes pueblos desarrollaron diversas lenguas y, a través de ellas, un poderoso instrumento para compartir conocimiento y, sobre todo, asegurar la transmisión generacional del mismo. Con todo, este conocimiento solía reducirse a habilidades básicas de sobrevivencia. Esto, durante cientos de miles de años.

Los grandes hitos de la vida la humanidad comprenden algunas invenciones prácticas como la producción del fuego, la rueda, la escritura y la imprenta. Hoy en día, la Red informática mundial (WWW) y el Internet están transformando profundamente nuestras vidas.

Lo anterior tiene igualmente que ver con la aceleración de las invenciones. Hace cientos de miles de años, los inventos (generalmente tecnológicos) eran contados; hace algunos milenios pasaron a ser significativamente variados al interior de cada pueblo y cultura; es en los últimos siglos, sin embargo, que la casi totalidad de las invenciones humanas se han realizado, al punto que desarrollamos el concepto de “Ley de rendimientos acelerados” para dar cuenta de esta impresionante evolución[2].

A la cantidad incontable de conocimientos que producimos, se añade la cada vez mayor facilidad de acceso a los mismos. En una ocasión, en la Carrera de Psicopedagogía de la Universidad Católica de Santa Cruz, daba una clase sobre constructivismo. Cuando los estudiantes[3] me pedían referencias bibliográficas, solía excusarme pues las que utilizaba estaban en francés. Un día, un par de estudiantes se me acercaron y me mostraron un archivador con una quincena de artículos interesantísimos sobre constructivismo que ellos mismos habían impreso, todos en castellano. Les pregunté cómo los obtuvieron y me dijeron que los descargaron de Internet. Era el año 1996 y el Internet empezaba recién a hacerse conocer en el mundo. Entendí que el profesor ya no podía considerarse como el “detentor” exclusivo del saber. Fue para mí una campanada que me empujó a revisar mi rol como docente.

Cómo enseñar y aprender

Enseñar es obstaculizar el aprendizaje

Jean Piaget, biólogo suizo (1896-1980)

En el Medioevo nacieron las primeras universidades. La idea era enseñar… todo sobre algunas disciplinas o profesiones. El docente se centraba en lo que debía enseñar, los contenidos. Se suponía que, si sabía, sabría igualmente enseñar. La forma de transmitir el conocimiento era a través de una exposición del mismo.

¡Hubieron (y hay) buenos y malos expositores!

Recuerdo cuando, de estudiante, seguía clases en la universidad de Ginebra[4]. Eran, en su mayoría, bastante aburridas: incluyendo las de Piaget, el supuesto padre del constructivismo. Ya licenciado y preparándome para regresar a Bolivia, empecé a seguir, como oyente, algunos cursos que me parecían interesantes para trabajar en nuestro país. Entre ellos, uno sobre Desarrollo del Lenguaje dado por Jean-Paul Bronckart, un joven profesor recién llegado de Bélgica. El aula era una especie de anfiteatro con varios corredores que bajaban hacia adelante. Las clases eran todas expositivas, pero tan bien dadas que estaban siempre llenas: abundaban estudiantes oyentes que aceptábamos sentarnos en los corredores o quedarnos de pie alrededor de la sala con tal de seguir clases dadas con tanta claridad, seguridad y buen humor.

Estando de moda el constructivismo, hemos satanizado las clases expositivas. Todos apreciamos sin embargo un buen libro. Curiosamente, los libros suelen compartir conocimiento de forma expositiva… ¿Por qué aceptamos la exposición en los libros y no en el aula?

En general, sin embargo, las buenas clases expositivas no son la regla. Esto, sumado a lo que vimos en la anterior sección sobre el acceso al saber que tienen hoy los estudiantes, hace que tenga cada vez menos sentido el que los docentes consideremos que nuestro rol principal sea el de la simple transmisión del mismo.

Jean Piaget mostró que los niños construyen conocimiento por medio de la interacción con el entorno. Lev Vigotsky recordó que ese entorno es predominantemente social y cultural. Esto nos permite entender una vía alternativa: la de una educación socio-constructivista que permita la articulación de reflexiones individuales con reflexiones trabajadas grupalmente o con el conjunto de la clase. Y, si es posible, con actores que exijan trascender el limitado espacio de la institución educativa. Las nuevas tecnologías nos permiten, a veces, trascender este espacio aún estando en el aula.

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