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Educacion Superior

profcesarlopez30 de Abril de 2012

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA DEFENSA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA FUERZA ARMADA BOLIVARIANA

DIRECCIÓN DE POSTGRADO E INVESTIGACIÓN

NUCLEO MIRANDA. EXTENSIÓN SANTA TERESA DEL TUY

PROGRAMA: MAESTRÍA EN EDUCACIÓN SUPERIOR

CÁTEDRA: DIDÁCTICA DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR

Resumen Escrito

Actividades 4, 5 y 6

Didáctica de la Educación Superior

Participante:

Lic. César López Arrillaga

Santa Teresa del Tuy, febrero de 2012.

La motivación es concebida, a menudo, como un impulso que parte del organismo, como una atracción que emana del objeto y actúa sobre el individuo. El psicólogo la considera como el aspecto dinámico de la relación de un sujeto con el mundo. La motivación concierne a la dirección activa de la conducta hacia ciertas categorías preferenciales de situaciones o de objetos.

La motivación es la fuerza que nos mueve a realizar actividades. Estamos motivados cuando tenemos la voluntad de hacer algo y, además, somos capaces de perseverar en el esfuerzo que ese algo requiera durante el tiempo necesario para conseguir el objetivo que nos hayamos propuesto.

Partiendo de la tesis de, que la motivación escolar, no es una técnica o método de enseñanza particular, sino un factor cognitivo presente en todo acto de aprendizaje. La motivación, además, condiciona la forma de pensar del alumno y con ello el tipo de aprendizaje resultante y de que los factores que determinan la motivación en el aula se dan a través de la interacción entre el profesor y el alumno.

En cuanto al alumno la motivación influye en las rutas que establece, perspectivas asumidas, expectativa de logro, atribuciones que hace de su propio éxito o fracaso. En el profesor se de gran relevancia la actuación (mensajes que trasmite y la manera de organizarse).Metas que logra el alumno a través de la actividad escolar.

Metas, necesidades y creencias para apoyar la motivación

Metas y motivación. Las metas incrementan la motivación si son específicas, moderadamente difíciles y susceptibles de alcanzar en el futuro cercano. Hay una diferencia importante entre las metas del desempeño (la intención de parecer inteligente o capaz ante otras personas) y las metas del aprendizaje (la intención de obtener conocimientos y dominar las habilidades).

Los estudiantes que están motivados por aprender establecen metas de aprendizaje más que de desempeñó y se preocupan por aprender más que por mostrar un buen resultado. A fin de que el establecimiento de metas sea efectivo en el aula, los estudiantes necesitan retroalimentación precisa acerca de su progreso hacia las metas.

Actuación del profesor y motivación por el aprendizaje

No se trata de motivar a los estudiantes, sino, más bien, de crear un ambiente que les permita motivarse a sí mismos. Tiene mucho más sentido centrar nuestro interés en el entorno o en la situación de aprendizaje, que tratar de provocar un cambio directo sobre los componentes personales de los estudiantes.

Según Castellón (2002); Toda tarea tiene uno de tres tipos de valor para los estudiantes:

• El valor de la realización, o la importancia de hacer bien la tarea.

• El valor intrínseco o el interés por el placer que se obtiene de la actividad como tal.

• El valor de utilidad, porque la tarea nos ayuda a alcanzar una meta de corto o a largo plazo.

Es muy difícil separar el valor de la tarea de las influencias personales y del entorno. La tarea que pedimos a los estudiantes que realicen es un aspecto de su entorno (es externa para el estudiante), pero, el valor de realizar la tarea está ligado a sus necesidades internas, creencias y metas individuales.

Una tarea auténtica es una tarea que tiene alguna relación con los problemas y situaciones de la vida real que los estudiantes enfrentarán fuera del aula, ahora y en el futuro. Si las tareas son auténticas, es más probable que los estudiantes vean el valor y la utilidad genuina de su trabajo y encuentren las tareas significativas e interesantes.

La motivación intrínseca en la tarea misma y en la satisfacción personal, la autovaloración de su desempeño. Entre las metas extrínsecas encontramos la de valoración social, y la búsqueda de recompensa.

Para Alvarez (1999); considera el aprendizaje como actividad personal, reflexiva y sistemática que busca un dominio mayor sobre la cultura y sobre los problemas vitales, exige de los alumnos:

a) Atención y esfuerzo sobre áreas nuevas de observación, de estudio y de actividad.

b) Autodisciplina, con el sacrificio de otros placeres y satisfacciones inmediatas, para realizar los estudios y cumplir las tareas exigidas.

c) Perseverancia en los estudios y en los trabajos escolares hasta adquirir el dominio de la materia de estudio, de modo que sea de utilidad real para la vida.

Motivar es despertar el interés y la atención de los alumnos por los valores contenidos en la materia, excitando en ellos el interés de aprenderla, el gusto de estudiarla y la satisfacción de cumplir las tareas que exige.

Álvarez (1999); establece el mecanismo de la motivación se desarrolla en tres etapas:

a) Aprehensión de un valor para sus vidas y sus aspiraciones.

b) Los alumnos se convencen de que pueden conseguir ese valor.

c) Liberación del esfuerzo personal para conquistar el valor.

Los principales factores de motivación son:

a) La personalidad del profesor, su porte, su presencia física, su voz, su facilidad, naturalidad y elegancia de expresión, su dinamismo, su entusiasmo por la asignatura, su buen humor y cordialidad junto con su firmeza y seguridad. Importante también como factor de motivación es el interés que el profesor revela por las dificultades, problemas y progreso de sus alumnos, tanto en conjunto como individualmente. En fin, una personalidad dinámica, sugestiva y estimulante, con acentuadas características de liderazgo democrático.

b) El material didáctico utilizado en las clases: mapas, cuadros murales, proyecciones cinematográficas, vídeos, programas de ordenador, etc. en fin, todo lo que haga al asunto más concreto, intuitivo e interesante.

c) El método o las modalidades prácticas de trabajo empleados por el profesor: discusión dirigida, grupos de trabajo, competiciones, juegos, representaciones teatrales, organización y ejecución de proyectos, exposiciones de trabajos, excursiones para observar y recoger datos, experiencias de laboratorio, etc.

Factores que inciden en el interés del alumno adulto

El entusiasmo del profesor, el clima que reina en la clase, las buenas relaciones entre los miembros, alumnos y profesor o entre los mismos alumnos, el gusto por acudir a clase, etc. Unos alumnos también pueden influir en otros, positiva o negativamente, la referencia a lo real, relacionar lo que se enseña con el mundo real, los hechos y experiencias del alumno, (Ver Pirámide de Dale), el reconocimiento del esfuerzo que desarrollan los alumnos, evitando la censura o animando a la mejora.

Variación de estímulos

La metodología didáctica y las nuevas tecnologías son suficientemente ricas en posibilidades como para que el profesor ponga en funcionamiento sus mecanismos de creatividad y pueda variar los estímulos, las actividades y las situaciones de aprendizaje con la frecuencia que cada alumno o grupo necesite. Cambiar de actividad, hacer participar, preguntar, hacer prácticas o ejercicios, cambiar de grupo o lugar, etc., ayudan a captar el interés o mejorar la atención.

Que el aprendizaje sea significativo

Un objetivo o actividad es significativa, cuando significa algo para el alumno, cuando se ve en ella alguna utilidad o cuando entretiene o divierte.

Tener posibilidades de éxito

El éxito anima, el fracaso desanima. Hay alumnos que saben de antemano de su fracaso, y no ponen ningún interés en su aprendizaje. Una evaluación animosa por parte del profesor es eficaz.

Bases psicopedagógicas de una didáctica para adultos

Todo aprendizaje no mecánico del hombre, es algo que se sedimenta en la memoria. Sin embargo, aprender no significa solamente retener lo aprendido en la memoria, sino ante todo, aumentar continuamente la propia capacidad de usar de tal manera las experiencias vividas y los conocimientos adquiridos, que surja de allí un comportamiento más perfecto, más humano, y en el sentido de un mayor autodominio de la propia conducta y del mundo. Aprender es, pues, modificar perfectamente la propia conducta, según lo aprendido. De tal modo, lo aprendido se convierte, en las personas en una especie de sistema centralizador, a partir del cual comienzan a cambiar los demás aspectos de la personalidad. Por ello, según sea lo que el hombre «aprenda», tal será su conducta en el mundo.

Cambiar horizontes hacia actos reflexivos

Esto nos recuerda una vez más la plasticidad propia de la naturaleza humana, que capacita al hombre a cambiar sus horizontes al cambiar sus posibilidades de rendimiento, a partir de las nuevas experiencias y vivencias que realiza. Es por lo que la educación del adulto no puede considerar al adulto como alguien que posee una personalidad deformada, sino que su tarea se desenvuelve en el marco normal de una

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