Errores Y Omisiones En El Área De Dirección
001234567893 de Octubre de 2012
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Errores y Omisiones en el Área de Dirección
No preparar un plan de negocios antes de crear la empresa. La ilusión dura poco porque no tomaron en cuenta los factores que determinan, fracasan tempranamente porque no preparan un plan de de negocios ya que permite al empresario conocer desde el principio si la empresa tiene posibilidades de prosperar especialmente el financiero, que es un factor critico de toda empresa que comienza.
Iniciar la empresa con insuficiente capital. El empresario no determina con precisión la cantidad de dinero que requerirá desde el principio y hasta que la compañía genere recursos para ser autosuficientes.
No involucrar al consejo de administración. Muchos consejeros se presentan mensualmente en la empresa, escuchan al director algunos hacen preguntas sin profundizar. Un buen consejero revisa los estados financieros, hace preguntas profundas que cuestione los argumentos del director visita las plantas, oficinas y empleados. Visita clientes, utiliza los productos de la empresa. Se interesa por el negocio.
No tener un modelo de dirección. Cuando una organización varía continuamente su manera de operar empieza con problemas. Todo modelo o sistema de dirección debe estar diseñado de acuerdo a las condiciones de la empresa y del entorno, y solo debe cambiarse cuando esas condiciones varían sustancialmente y hacen obsoleto o inadecuado el modelo vigente.
No tener preparación administrativa. Muchos empresarios creen que mientras su empresa no sobrepase un cierto nivel de ventas, no necesita mayor preparación administrativa. No se trata de ser expertos pero si conocer todos los fundamentos de las áreas administrativas, para tomar decisiones correctivas y oportunas, y poder conducir a la empresa en la nueva economía.
No contratar un gerente profesional cuando la empresa crece. Cuando una empresa alcanza un cierto tamaño y el empresario ya no esta capacitado para dirigirla con eficacia porque no quiere prepararse más o porque tiene otros negocios que atender. Muchos se han resistido a contratar a un gerente profesional, por desconfianza, porque creen que los van a robar y por orgullo porque no quieren reconocer su incapacidad.
No cederle suficiente poder al gerente general. Cuando se deciden a contratar a un gerente profesional no le dan la autoridad requerida para que puedan desempeñar su trabajo con eficacia se convierten en asistentes. Terminan renunciando y el empresario termina por enfrentar solo los problemas por su falta de confianza y voluntad para ceder la suficiente autoridad al gerente.
Creer que la planeación es solo para las empresas grandes. No importa cual sea el tamaño, debe diseñar un plan estratégico anual en el que se analicen cada uno de los elementos del entorno, tales como economía, los cambios tecnológicos, los cambios sociales, los factores políticos y otros que afectan a la industria en a la que la empresa participa. Así se podrá establecer objetivos para todas las áreas de la compañía.
No involucrar a todos los niveles de la organización en el proceso de planeación. Muchas empresas fracasan en su intento de implementar estrategias que fueron diseñadas por su departamento de planeación sin la intervención de los gerentes de los varios niveles organizacionales. Fracasan por la falta de identificar con precisión las amenazas y oportunidades del entorno. Debe de nacer de la experiencia y visión de todos los gerentes.
No tener visión del futuro. Hay directores que no ven más allá. El director visionario esta enterado de lo que pasa en otras industrias, en la ciencia y en la tecnología, y en el ámbito internacional.
No definir la misión de la empresa. Toda empresa debe tener una función social definida. Es un error decir que la función de la empresa es producir utilidades. La función social significa brindar al mercado algo que sea de valor para los consumidores, y mientras más valor tenga, mayor será la aceptación y mayores serán las utilidades y el progreso de la empresa.
No conocer las fuerzas y debilidades de la empresa. Cuando una empresa desconoce sus debilidades puede realizar actividades que pongan en peligro la estabilidad de la compañía. Si no conoce sus fuerzas, puede desaprovechar oportunidades de mejora. Deben realizar periódicamente exámenes de conciencia generales que cubran todas las partes de la organización, para identificar los puntos ventajosos y desventajosos para la empresa.
No identificar las amenazas y oportunidades presentes en el entorno. Los empresarios y directivos de empresas tienen la obligación inalienable de evaluar constantemente todas las fuerzas que inciden sobre la empresa. Deben de interpretar todos los eventos económicos, sociales, políticos, tecnológicos y legales, para identificar las amenazas y oportunidades. Anticiparse en planes de contingencia.
No conocer los factores clave de éxito del negocio. Los factores internos y externos, deben ser tomados muy en cuenta por las empresas si desean ocupar una posición importante en el mercado, pues de no hacerlo, corren el riesgo de perder ventas y liquidez, deben estar pendientes de los cambios que con frecuencia ocurren como el precio, la calidad o el diseño del producto, etc.
No tener consistencia entre la estrategia, la misión, los objetivos y los principios de empresa. La cultura de la empresa existe en todas las organizaciones y conforman la manera de actuar y de pensar de sus miembros, como también los valores que rigen la manera de hacer las cosas en una organización. Ninguna estrategia es funcional si no existe concordancia entre su contenido y los principios de la empresa. Los principios rectores de conducta de una organización deben apoyar la implementación de la estrategia.
Dejar que la cultura organizacional se forme por si sola. Si el director no interviene en la creación de la cultura organizacional, los empleados se encargaran de generar la que mas les convenga. Esta debe ser obra del director. Los cambios de cultura se presentan cuando hay cambio de director o cuando el director actual se da cuenta que es necesario modificar los principios y valores de la organización, ante los resultados o cambios de estrategia.
No contar con una guía de políticas corporativas. Cuando se cuenta con un manual de políticas la decisión se facilita, pues existen bases perfectamente definidas para lidiar con problemas que se hayan presentado con anterioridad.
No abandonar a tiempo una estrategia inadecuada. La planeación estratégica es una herramienta flexible que permite a una empresa controlar su destino y no permitir que el entorno y la competencia se lo controlen. Debe ser flexible para modificarla cuando surja la necesidad.
Centralizar demasiado las decisiones. Es importante enunciar políticas que definan, sin dejar lugar a dudas, que tipo de decisiones pueden ser tomadas en cada área y departamento de la empresa y como actuar en caso de emergencia.
Anteponer sus intereses personales a los de la empresa
No aprender de las lecciones del pasado. No todos aprenden sus enseñanzas. Cometen errores que ya habían tenido antes y desaprovechan oportunidades cuando surgen situaciones ventajosas equivalentes a las que se habían presentado con anterioridad.
Crecer sin contar con los recursos necesarios para sostener el crecimiento. No tuvieron suficiente capital para financiar los mayores gastos, no contaron con talento gerencial adecuado, no tuvieron personal debidamente capacitado, no crearon un sistema de distribución apropiado para el nuevo tamaño de la empresa.
Creer que el tamaño de una empresa es la prueba de su éxito. La pequeña o mediana empresa que desea crecer debe tomar en consideración un aspecto muy importante, que consiste en determinar si el valor de la empresa radica en su tamaño actual.
Resistirse a adoptar nuevas tecnologías. La cuña tecnológica es una de las ventajas competitivas más importantes que las empresas puedan tener.
Dar mayor importancia a los resultados a corto plazo. La empresa debe invertir en su futuro, no solo en su presente, así que es absolutamente necesario que cada año una proporción adecuada de los recursos con que cuenta se destinen a la creación de dicho futuro, el cual se logra mediante el desarrollo de nuevos productos o servicios, etc.
Permitir que los éxitos pasados paralicen la innovación. La tecnología esta avanzando a una velocidad pasmosa. Ninguna tecnología garantiza el éxito permanente. Solo la innovación continua puede asegurar la supervivencia y, en el mejor de los casos, una buena dosis de éxito.
Creer que lo funciona hoy seguirá funcionando mañana. El cambio en el mundo es permanente, solamente las compañías que tengan la flexibilidad suficiente para modificar su estructura y estrategia cuando sea necesario, podrán sobrevivir, ya que el cambio se presenta con mayor rapidez que en el pasado.
Tratar de abarcar demasiado. Compañías tratan de aprovechar muchas oportunidades de negocios mediante la diversificación, pero como resultado de ello no aprovechan plenamente ninguna. El problema se agudiza cuando la empresa esta metida en negocios disimiles que requieren de estrategias y estructuras organizacionales diferentes para atender a los también diferentes mercados.
No modificar la manera de administrar cuando los tiempos cambian. La administración puede y debe ser modificada cuando el entorno cambia en sus variables. Según sea la situación, la empresa utilizara los recursos en función directa de la situación del entorno a fin de lograr un uso óptimo.
No fomentar la innovación en la empresa. La innovación es cambiar sistemas, políticas, actitudes, procedimientos, estrategias, etc. Las pequeñas
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