Evaluación De La Educación Superior
pingulove3229 de Julio de 2013
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Evaluación de la educación superior. Entre la compulsividad y el conformismo.
En 1990 se establecieron los programas de becas al desempeño docente, que dos años después se redefinirían como Programa de carrera docente, al año siguiente se impulsó la evaluación de los programas de formación profesional con el impulso de los llamados Comités Interinstitucionales de la Evaluación de la Educación Superior (CIEES).
La adopción de la evaluación en el medio mexicano se ha dado en una forma de compulsividad. No se trata de una saludable diversidad sino de un movimiento compulsivo que no cesa de inventar y aplicar programas.
Programa de Evaluación Institucional:
PIFIS.Inició su funcionamiento en el año 2001, incluyó la perspectiva de una planeación estratégica construida desde abajo. Esto es, en cada unidad académica se formularon Planes de Desarrollo que paulatinamente fueron convergiendo en un plan de desarrollo institucional.
Hay distintos programas con distintos propósitos, unos se encargan de evaluar licenciatura y posgrado (CIEES y PNP) y otros como COPAES acreditalos programas de licenciatura.
Programas de Evaluación Académica.
Sistema Nacional de Investigadores. Evalúa la producción de los investigadores y establece un estímulo económico a su desempeño.
Carrera Docente (Programas de Estímulos). Evalúa el trabajo académico y establece un estímulo económico a su desempeño.
PROMEP. Apoya con becas para la obtención de grado, además de apoyar la infraestructura que requieren los académicos.
Programas de Evaluación para los Estudiantes:
Examen de Ingreso a la Educación Media Superior y Superior (EXANI-1 y EXANI-2). Proporcionan información sobre el rendimiento de los estudiantes para poder decidir su ingreso a educación media superior y superior respectivamente.
Uno de los múltiples beneficios que ha aportado la evaluación a las instituciones, es la formulación de Planes de Desarrollo Institucionales, la participación de los académicos en esta actividad, la mejora de los sistemas institucionales de información, etc.
Las instituciones de educación Superior en México han mejorado sus indicadores (tasas de retención y graduación de los estudiantes). Sin embargo, de ello no necesariamente se deriva que sus procesos académicos tengan un cambio cualitativo.
Otro ángulo de la cuestión es la presión temporal de cada programa. La subsecretaría de Educación Superior considera que el ejercicio del PIFI debe ser anual.
La multiplicidad de programas de evaluación.
La conformación de prácticas compulsivas.
Un claro ejemplo de la compulsividad de la evaluación lo representan los programas para evaluar los ahora llamados programas educativos.
Las evaluaciones se multiplicaron entre 1991 y 2004 y se evaluaron 2713 programas. La institución puede recibir como asesoría un taller de evaluación para quienes serán los responsables de elaborar el informe de auto-evaluación.
Los evaluadores tienen formación en su disciplina de origen, pero no necesariamente en el campo de la evaluación. Cada uno de ellos actúa y realza en la entrevista lo que el sentido común le dicta.
Una parte medular del informe son las recomendaciones. Aunque no se pueden mostrar, existe una especie de patrón de recomendaciones al cual los evaluadores acuden para colocarlas en el informe. Cuando la institución recibe el informe de evaluación puede pedir una reconsideración del mismo.
Desde la evaluación se cierran brechas impulsando la cancelación de programas. La evaluación es un instrumento neutro que determina donde colocar los recursos extraordinarios.
Los organismos acreditadores que funcionan desde el 2001, y no para todas las profesiones. Atienden el llamado de las instituciones, donde sus programas han sido evaluados
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