Formaciòn Docente
rasr6701204 de Junio de 2015
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Formación docente
Introducción
La concepción del profesional docente como un agente activo, participativo e innovador, ha sido construida como respuesta a la perspectiva de la complejidad de un nuevo contexto social en el que los modelos educativos son construidos atendiendo a la diversidad de dimensiones desde las que pueden explicarse y comprenderse las prácticas educativas a partir, no sólo del contexto laboral, sino de la visión del modelo educativo.
Partiendo de la consideración de la función socializadora de la educación escolar, el profesional docente necesita recurrir a determinados referentes que le guíen, fundamenten y justifiquen su actuación a fin de que pueda plantear o enfrentar los retos enmarcados en las condiciones de calidad, equidad y eficiencia, en un contexto social especifico.
En la actualidad, el desarrollo tecnológico que ha impactado a dinámica de la sociedad y paralelamente a los procesos productivos; en la actualidad en el ámbito laboral se, particularmente en el contexto de las profesiones, relaciones entre el hombre y su trabajo solo pueden ser explicadas desde una perspectiva multidimensional. Un enfoque que atienda a la complejidad de la organización social que le permita al profesional dominar un proceso productivo y un mecanismo de aprendizaje más complejo, derivando en él, la experiencia, atención a las necesidades de la sociedad a través de los diferentes segmentos laborales y la posibilidad de un mejoramiento en el ambiente económico, laboral y social del profesionista.
Para Morín (2002) el mundo actual requiere de ciudadanos pensantes, activos, reflexivos, competitivos, emprendedores y racionales capaces de implicarse en la formación de la comunidad. Capaces de entender la complejidad existente en su entorno, incluso en la construcción de su identidad propia; lo cual implica el replanteamiento permanente de los conocimientos, una reflexión crítica de lo existente para comprenderlo a la luz de los nuevos cambios y hallazgos de la ciencia.
El ámbito educativo debe considerarse también todas y cada una de las relaciones que manifiestan las formas en que el profesional docente debe diversificar su actuación, para atender la estructura de clases, ramas y niveles de empleo dentro de las instituciones educativas pero a su vez establece como mecanismo de producción social la labor de enseñanza–aprendizaje relacionada con la acumulación y transmisión de conocimientos y habilidades en su labor académica yprofesional.
El presente trabajo constituye un intento de análisis de las diversas dimensiones de la profesión docente a partir de los diferentes roles que juega en la educación actual, el papel que ha jugado en los modelos educativos y, desde la perspectiva de la construcción de un profesional docente reflexivo y crítico que promueva la integración de ambientes institucionales que permitan generar contextos en el marco de la calidad y equidad educativa que requiere la sociedad cada vez más globalizada.
La profesionalización del docente
El devenir docente ha generado la posibilidad de que de manera consiente pueda crear un ambiente de desarrollo profesional a partir de integrarse a una sociedad con un sentido de relación y pertenencia. Zeichner (1993) y Hargraves (1999) Parten de la idea de que la formación de maestros no ha seguido un proceso totalmente lineal. Para entender es proceso histórico del desarrollo de la profesión docente se hace necesario puntualizar algunos conceptos. Primero que cómo se define una profesión y cuáles son los rasgos que las distinguen. García y Pintos presentan a profesiones como instituciones –en sentido amplio– que resultan de la ejecución recurrente de acciones diversas, debidamente tipificadas (Berger yLuckmann, 1975) tanto por la experiencia como por el saber académico, y mediadas, por supuesto, por los estados emocionales de sus prácticos. Además señalan tres características a destacar (García y Pintos 2003, p. 12):
Autorreferenciales: los hombres y las mujeres que las ejercen desarrollan determinadas competencias.
Auto organizadas: definen por cuenta propia, las formas mediante las cuales los profesionistas satisfacen sus necesidades
Autopoiéticas: profesiones preparan y realizan su reproducción social o permanencia óntica. Las profesiones integran sistemas adaptativos complejos
Para Hortal en cambio hablar de profesiones es hacer referencia a todas aquellas actividades ocupacionales que guardan una serie de características entre las que destacan: primero, la prestación de un servicio específico a la sociedad de forma institucionalizada, segundo, está conformada por un grupo de personas que se dedican a ellas de manera estable , obteniendo de ellas los medios para subsistir y formado un colectivo que trata de obtener el control sobre el ejercicio de la profesión y tercero, la necesidad de un proceso de capacitación teórico práctica, de la cual depende la acreditación para su ejercicio (Hortal 2002). En su concepción Hortal destaca como elemento fundamental, la actividad ocupacional como una dedicación asidua a la actividad especializada y concibiendo al profesional como a la persona que se ocupa de hacer lo que no todos saben hacer.
Tenti (2009) en cambio, concibe a la profesión como el resultado de una elección racional sobre el desarrollo de una actividad laboral específica, que implica, un cálculo y toma de decisión consciente del sujeto. Señala también como una característica y componente cognitivo dominante de la profesión, la posesión de una serie de conocimientos que por lo general requieren de un período de formación más o menos prolongado, el cual es realizado en una institución especializada. “El profesional consagra la mayor parte de su tiempo de trabajo a esa actividad y obtiene de ella los recursos necesarios para su propia reproducción social, es decir, como una actividad interesada, sometida a una racionalidad medio-fin” (Tenti 2009).
Garcia y Pintos (2003) presentan a las profesiones como instituciones –en sentido amplio– que resultan de la ejecución recurrente de acciones diversas, debidamente tipificadas de acuerdo con Berger(1973) y Luckmann (1975), tanto por la experiencia como por el saber académico, y mediadas, por supuesto, por los estados emocionales de sus prácticos. Señalan tres Características fundamentales de las profesiones (García y Pintos 2003):
Autorreferenciales: los hombres y las mujeres que las ejercen desarrollan determinadas competencias.
Auto organizadas: definen por cuenta propia, las formas mediante las cuales los profesionistas satisfacen sus necesidades
Autopoiéticas: profesiones preparan y realizan su reproducción social o permanencia óntica. Las profesiones integran sistemas adaptativos complejos y por lo tanto, no les es ajeno el extremo del caos (complejidad).
En relación a esta última característica, Spencer (1992) considera como el fin último de la sociedad la conservación de la vida de sus miembros y para lograrlo se establece cierta reglamentación de la vida de la sociedad, la cual, señala el autor sirve para fundar las instituciones necesarias para la defensa y la reglamentación de la vida en sociedad, además el mantenimiento de la misma vida. De esta consideración Spencer plantea como una característica común a las instituciones profesionales, la función de reproducción y el mantenimiento del orden de la sociedad, para lo cual se hace necesario formar un grupo diversos para desarrollar ciertas actividades que requiere el grupo social para el sostenimiento del control.
en la educación superior se consideran tres funciones que el docente debe desarrollar: formadora, de gestión, y de formación, en las que se puede observar que el profesor universitario puede traducir su práctica docente a la planeación didáctica, conformación de programas, identificación curricular, objetivos del aprendizaje, selección de contenidos de estudio y evaluación de procesos, que van inmersos en el proceso de enseñanza y aprendizaje ante un grupo y le permitan cubrir de manera colegiada las necesidades de formación de familias profesionales docentes.
El sentido que dan los modelos educativos al actuar del docente, le permiten reorientar la constante labor de formación y profesionalización en las distintas áreas de conocimiento, disciplinas técnicas y científicas y de la toma de conciencia que genera la educación superior en el individuo.
Es importante señalar que el quehacer docente en el aula no involucra tan solo destrezas y dominio del trabajo en el grupo, implica, además, el dominio de competencias profesionales que incluyen no solo el saber epistemológico, además la identificación con un espacio curricular y el incentivar el aprendizaje de quienes se están formando.
En este sentido el proceso de formación en la Universidad, requiere atender las necesidades sociales, apoyando la generación de riqueza social y por ende un capital humano que con competitividad laboral y nivel de preparación justifique una inversión educativa.
Podemos señalar, que bajo la óptica de las tendencias positivistas, la Universidad y su nexo educativo consiste en desarrollar en cada individuo toda perfección pero que a su vez se rige por sistemas sociales y que ellas deben ser vistas y valoradas desde el planteamiento de un esquema curricular.
En la actualidad el trabajo se consume como un valor de uso cambiado por una renta, intercambia su dinero como rédito estableciendo división y asignando jerarquías de ocupación en el trabajo manual e intelectual, operativo y administrativo
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