GESTIÓN AMBIENTES DE APRENDIZAJE

INTRODUCCION

En el mundo actual debido a los avances tecnológicos, culturales, científicos y sociales es fundamental primero reflexionar sobre la concepción de educación que deseamos para el futuro de los estudiantes, la cual debe estar enmarcada en mejorar la calidad de vida no sólo de ellos, sino de los docentes que son también actores principales del proceso.

La educación en general debe responder a las exigencias de la sociedad y el mundo, los cuales están en continuos cambios y transformaciones, por lo tanto es fundamental el aporte de todos los actores que intervienen en el proceso: La familia, la sociedad, la escuela; pero trabajando en grupo y no de manera aislada. Uno de los factores que inciden en la calidad de la educación son los ambientes de aprendizaje, asumidos como los lugares escolares en los cuales se desarrollan todos los procesos de comunicación e interacción de enseñanza-aprendizaje entre los estudiantes, docentes y los elementos materiales que se encuentran en esos espacios.

Para determinar qué características debemos tener en cuenta como docentes para gestionar ambientes de aprendizaje de manera exitosa en nuestras prácticas educativas, este ensayo aborda en primer lugar la definición de ambientes de aprendizaje, sus dimensiones, su diferencia y complementariedad con “espacio escolar”, posteriormente los elementos físicos, pedagógicos y tecnológicos necesarios para crear, diseñar, gestionar y aplicar ambientes de aprendizaje para nuestros contextos educativos.

ESPACIO ESCOLAR Y AMBIENTE DE APRENDIZAJE

En nuestras instituciones educativas el “espacio escolar” está determinado por el lugar físico (Aulas de clase, laboratorios, el patio, etc) donde se desarrollan las actividades diarias con los estudiantes; a diferencia del concepto “ambiente” que hace referencia a las relaciones comunicativas y afectivas que se establecen entre los actores educativos: estudiantes y docentes. Asumiendo la complementariedad que tienen los dos conceptos, un ambiente de aprendizaje está estructurado por cuatro dimensiones (Iglesias, 2008): dimensión física, funcional, temporal y relacional:

a) Dimensión física: abarca el espacio físico, la estructura, los materiales con los cuales está construído, los objetos y la distribución de los mismos.

b) Dimensión funcional: hace referencia a las distintas funciones y actividades que se pueden desarrollar en el espacio físico, por ejemplo: El laboratorio se puede utilizar como aula de clase y/o para realizar experimentos de física, química o biología.

c) Dimensión temporal: Está relacionado con la distribución y organización del tiempo en los diferentes espacios asignados para realizar las actividades, así mismo el ritmo acelerado o moderado que se necesita para su desarrollo.

d) Dimensión relacional: Son las diferentes relaciones que se establecen entre los docentes, estudiantes o personas que intervienen en el proceso durante su interacción en el ambiente de aprendizaje, tales como: normas para el desarrollo de las actividades, criterios e incentivos de participación, pautas de seguimiento y control por parte del docente.

Asumiendo el espacio escolar como ambiente de aprendizaje y elemento fundamental del currículo, es función de los directivos, docentes, estudiantes y padres de familia planear, organizar y tomar decisiones para el diseño, la decoración y la gestión de recursos para adquirir los materiales que permitan una ambientación adecuada de esos espacios, lo cual se traduce en un factor de motivación para lograr los objetivos enseñanza-aprendizaje que se proponen en cualquier ambiente escolar.

ELEMENTOS QUE INTERVIENEN PARA GESTIONAR AMBIENTES DE APRENDIZAJE EXITOSOS

Para gestionar ambientes de aprendizaje exitosos, se deben tener en cuenta los siguientes elementos: estructural física de los espacios, aspectos pedagógicos (modelo pedagógico, didáctico, plan de estudios y perfil del docente) y los recursos tecnológicos.

1. Estructura física de los espacios: Es uno de los elementos que debemos tener en cuenta como docentes, haciendo la aclaración que “espacio” no sólo es el aula de clase de cuatro paredes, sino los lugares como el patio, las zonas de descanso, recreación y otros escenarios que tienen las instituciones educativas. Debe existir un consenso entre los docentes y estudiantes para la organización y distribución del mobiliario, la decoración, los equipos tecnológicos, y la ambientación adecuada teniendo en cuenta las edades y expectativas de cada uno de ellos. Debemos como docentes diseñar y gestionar ambientes de aprendizaje que permitan que nuestros estudiantes se sientan cómodos, alegres, que tengan sentido de pertenencia y que se encuentren motivados para emprender y desarrollar todas y cada una de las actividades propuestas que le permitan su formación integral; es fundamental retomar el aula como lugar de encuentro y aplicar los 5 principios que nos sugiere María Isabel Cano (1995): “El ambiente de la clase ha de posibilitar el conocimiento de todas las personas del grupo y el acercamiento de unos hacia otros; el entorno escolar ha de facilitar a todos y a todas el contacto con materiales y actividades diversas que permitan abarcar un amplio abanico de aprendizajes cognitivos, afectivos y sociales; El medio escolar ha de ser diverso, debiendo trascender la idea de que todo aprendizaje se desarrolla entre las cuatro paredes del aula; El entorno escolar ha de ofrecer distintos subescenarios, de tal forma que las personas del grupo puedan sentirse acogidas según distintos estados de ánimo, expectativas e intereses y el entorno ha de ser construido activamente por todos los miembros del grupo al que acoge, viéndose en él reflejadas sus peculiaridades, su propia identidad”

2. Elementos pedagógicos: Para gestionar un ambiente de aprendizaje exitoso es necesario empezar por la estructuración de un modelo pedagógico que este centrado en el estudiante y que responda al desarrollo de su inteligencia, capacidades y valores enmarcados en los procesos que se dan en las dimensiones cognitivas, afectivas, valóricas y motrices (Santos, 2008), es decir se debe pasar de la simplicidad a la complejidad, entendida esta última como una teoría que asume el estudio del aprendizaje, la enseñanza y la evaluación desde posturas y procedimientos sustentados (Morín,2000); la educación debe propiciar el desarrollo del pensamiento sistémico de los estudiantes, desplazando al reproductivo que no permite que tomen decisiones por sí mismos, que interactúen socialmente, que sean críticos de su realidad y que asuman responsabilidades para transformarla, es decir se deben abandonar todas las

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