HISTORIA DE LA INGENIERÍA ARGENTINA
Denis VrskaSíntesis11 de Abril de 2017
31.760 Palabras (128 Páginas)372 Visitas
HISTORIA DE LA INGENIERÍA ARGENTINA
ING. ALBERTO PLINIO LUCCHINI
CAPÍTULO VII
EL PERÍODO COMPRENDIDO ENTRE 1900 Y 1920
Abarcamos los primeros 20 años de este siglo por la influencia que tuvo en el destino de la Nación la primera guerra mundial, 1914-1918.
Los ingenieros más destacados en ese lapso
Ingeniero Santiago Esteban Barabino (1853-1923)
Nació en Montevideo el 14 de agosto de 1853, graduándose de ingeniero civil en la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Buenos Aires el 27 de mayo de 1876, siendo el 10º ingeniero graduado en el país. Su tesis final sobre "Navegación Interior" puso tempranamente de manifiesto su preocupación por los grandes problemas nacionales. En 1877 se trasladó a Italia para perfeccionarse en Turín con los profesores Assalini, Chiaves, Brayda, Ovassa y Porro, entre otros. De regreso a Buenos Aires en 1881 se incorporó al Departamento de Ingenieros Civiles de la Nación, que presidía el ingeniero Guillermo White, actuando a las órdenes del vicepresidente, el ingeniero italiano Cristóbal Giagnoni.
En 1882 fue trasladado a Tucumán para integrar la comisión de estudios del tramo Tucumán a Salta, del Ferrocarril Central Norte que presidía otro ingeniero italiano, Juan Pelleschi. Intervino en una importante modificación a su trazado en la zona de Saladillo en Tucumán, teniendo a su cargo la inspección de las obras.
En 1883 pasó a desempeñarse como subdirector de los trabajos del Ferrocarril de Frías a Santiago del Estero, que dirigía el ingeniero Luis Valiente Noailles. En 1884 fue trasladado a Buenos Aires como subinspector general de ferrocarriles en el Departamento de Ingenieros de la Nación, asumiendo en 1885 la inspección general interina y pasando en 1887 a ocupar el cargo de inspector general de obras hidráulicas. En estas funciones —que ejerció hasta 1894—, intervino en la construcción de los puertos de Buenos Aires y Rosario. Culminó su actuación profesional en funciones públicas, actuando en la Dirección General de Navegación y Puertos del Ministerio de Obras Públicas de la Nación, en la segunda presidencia de Roca.
En febrero de 1886 fue nombrado profesor de Geometría en el Colegio Nacional de Buenos Aires y en julio de 1888 profesor de Proyectos en la Facultad de Ciencias Exactas.
Su actuación en la Sociedad Científica Argentina
Fue miembro conspicuo desde su fundación, ocupando la vicepresidencia en 1885 y en 1902. La representó como delegado en el VIl Congreso Internacional de Navegación y ante las Sociedades Científicas de Italia en 1898, en el Congreso de Orientalistas de Roma en 1899, en el VIII Congreso Internacional de Navegación en 1900 y en el Congreso de Ciencias Históricas de Roma en 1901. En diciembre de 1903 fue nombrado director de los Anales, siendo reelecto sucesivamente en 1905,1907,1909 y 1911, desempeñando el cargo 10 años, lapso en que publicó 20 tomos. En noviembre de 1908 fue nombrado delegado al IV Congreso Científico Latino Americano celebrado en Santiago de Chile.
En abril de 1913 fue designado presidente, siendo reelegido en 1919 y 1921, o sea que ocupó 3 veces dicho cargo en la Sociedad Científica Argentina.
Su actuación en el Centro Argentino de Ingenieros
En noviembre de 1911 fue electo presidente en reemplazo del ingeniero Huergo, siendo reelecto en abril de 1912. En junio de 1913 ocupó la dirección de la revista "La Ingeniería", siendo reelegido en dicho cargo en mayo de 1914. Actuó como delegado del Centro al Congreso Americano de Bibliografía e Historia en junio de 1916, y a la conmemoración del Centenario de la batalla de Maipú en abril de 1918.
Su actuación en los Congresos Nacionales de Ingeniería
Tanto en el Primer Congreso Nacional de Ingeniería, celebrado en Buenos Aires en 1916 —con motivo del Centenario de la Independencia—, como en el Segundo celebrado también en Buenos Aires en 1921, tuvo una actuación descollante. En abril de 1916 fue designado vocal de la Comisión Honoraria y de la Junta Ejecutiva del Primer Congreso Nacional de Ingeniería. En mayo de 1916 fue designado presidente de la Comisión de Propaganda. Su labor incesante permitió publicar 14 tomos con todas las actuaciones del Primer Congreso.
En mayo de 1921 fue designado presidente del Segundo Congreso Nacional de Ingeniería, contribuyendo decisivamente a su éxito.
Otros detalles
En abril de 1910 las Sociedades de Ingenieros y Arquitectos de Italia con sede en Roma, lo nombraron socio correspondiente. En noviembre de 1911 es nombrado en la misma categoría en la Sociedad Científica de Chile y en enero de 1923 en el Club de Ingeniería de Río de Janeiro. Actuó en el Museo Social Argentino durante una década. El ingeniero Santiago Esteban Barabino murió en Buenos Aires, el 22 de septiembre de 1923 luego de 47 años de actividad profesional.
Ingeniero Otto Krause (1856-1920)
Nació en Chivilcoy (Buenos Aires) el 10 de junio de 1854, rindiendo y aprobando el examen general para optar al título de ingeniero civil, el 13 de septiembre de 1878 en la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Buenos Aires. Desde 1874 trabajaba en el Ministerio de Guerra y Marina, incorporándose a la campaña del Desierto organizada por Adolfo Alsina, que le abrió la visión de integrar el país por medio del ferrocarril.
Inició su actuación profesional en el tramo San Antonio de Areco-Arrecifes, pasando luego a la Comisión del Ferrocarril Tucumán a Salta que dirigía el ingeniero Pelleschi. Aquí toma contacto con otro aspecto de la realidad argentina, estudiando un trazado en condiciones penosas amenazado por el paludismo.
El 6 de diciembre de 1881 aprobó en la entonces Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas la tesis final, que versó sobre "Tracción Ferroviaria". En 1882 comenzó su actuación en el Ferrocarril Oeste perteneciente entonces a la provincia de Buenos Aires, donde tuvo a su cargo en 1884 el proyecto y dirección de los talleres ferroviarios de Tolosa, que eran de avanzada para ese entonces. Tenían capacidad para reparar simultáneamente 100 vagones y 24 locomotoras, equipados con la más moderna maquinaria de la época.
Hacia mediados de la década de 1880 se le encargó el dictado de la cátedra de Construcción de Máquinas, que creó de la nada y posteriormente organizó y dictó las cátedras de Teoría de los Mecanismos y Tecnología Mecánica. Inspirado en el ejemplo de la escuela técnica alemana, que dominaba por su conocimiento del idioma, divulgó por primera vez en el mundo de habla castellana, a autores como Redtembacher, teórico de la construcción de máquinas; Karmarsch, creador de la tecnología mecánica; Grashof y Weisbach introductores de la experimentación en la construcción de máquinas.
En 1890 fue elegido consejero académico de la Facultad y delegado al Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires. En 1892 fue nombrado Vicepresidente del Departamento de Ingenieros de la Nación, cargo que desempeñó hasta 1895 cuando el ingeniero Villanueva —Ministro de Guerra y Marina del Presidente José Evaristo Uriburu—, lo nombró Director de los arsenales de guerra. Eran tiempos conflictivos con Chile, y la organización que montó fue ejemplar y perduró en el tiempo.
El Ministro Antonio Sagarna lo llamó para organizar la enseñanza técnica en la Argentina. De allí surgió la Escuela Industrial —que con toda justicia lleva su nombre—, a cuyo frente estuvo después de haber sido Director General de Enseñanza Industrial. En 1906 fue elegido Decano de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires, siendo reelecto en 1909. En 1908 fue elegido presidente de la Sociedad Científica Argentina y desde 1898 a 1910 dirigió la Escuela Industrial que perpetúa su nombre. El eminente ingeniero Julio R. Castiñeiras, uno de los maestros de la Ingeniería argentina, dijo de el: "Krause tenía pasta de estadista; una rara y profunda comprensión de las condiciones industriales del país, así como el conocimiento de muchos dirigentes de la industria le habían permitido conocer las necesidades de ésta. Llevaba los alumnos más distinguidos a su despacho directivo y les daba verdaderas conferencias sobre el estado y porvenir de la industria argentina, sobre las fallas de su organización, sobre sus necesidades en hombres, en elementos, en protección del Estado... Yo tuve el honor de escuchar muchas veces sus opiniones y hoy, después de haber actuado activamente en la enseñanza e intervenido privadamente en algunas industrias, no puedo dejar de expresar mi admiración por la claridad de las ideas de Krause. Aparte de su experiencia, de su inteligencia que lo habilitaba para tener ideas propias, había visitado grandes establecimientos industriales europeos, en particular los de Alemania, el país de más admirable organización industrial, y había estudiado las condiciones de la industria argentina. Las ideas que exponía entonces son perfectamente aplicables al momento actual. Decía Krause que la industria argentina se estaba desarrollando venciendo todos los obstáculos imaginables; dificultades por la falta de procedimientos comerciales modernos, desconfianza del público en sus productos, incomprensión y falta de dedicación de los poderes públicos al estudio de las cuestiones a ellas vinculadas, falta de organización técnica y económica.
...