HISTORIA DE LAS IDEAS PSICOLÓGICAS.
Kevin SalgueroApuntes10 de Noviembre de 2016
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Índice
(Tomado del Libro “Historia de la Psicología”
del Dr. Roberto Corral Ruso)
Introducción……………………………………………………………………………………………………...........
TEMA 1
HISTORIA DE LAS IDEAS PSICOLÓGICAS.
- Metodología de la Historia de la Psicología ……………………...............
- Ideas Psicológicas e Ideología: Edades Antigua, Clásica, Media y Renacimiento............................................................................
- Edad Antigua: Las sociedades primitivas……………………………………………
- Edad Clásica: Las primeras civilizaciones………………………………………….
- Edad Clásica: La cultura helénica………………………………………………………
- La Edad Media…………………………………………………………………………………….
- El Renacimiento…………………………………………………………………………………
- Ideas Psicológicas y Filosofía: Modernidad………………………………………..
- Contexto económico-social…………………………………………………………………
- Contexto científico………………………………………………………………………………
- Ideas Psicológicas y Filosofía: Las propuestas de la Modernidad……
Introducción.
Este libro es un libro de texto. Esta afirmación podría parecer innecesaria en tanto su intención, presentación y destino son evidentes. Sin embargo consideré obligatorio comenzar con este énfasis, para decir lo que este libro no es. En tanto texto está basado en los apuntes de clases que he ofrecido a los estudiantes de la Licenciatura en Psicología durante más de un lustro en la Universidad de la Habana y organizado según una lógica didáctica. En su propósito actual, está dirigido a suplir una carencia para la formación de nuevos profesionales de la Psicología y ordenado según un programa de estudios preparado con este fin. Forma parte principal de un sistema didáctico que incluye guías de estudio y videos, y se completa con la preparación de profesores. Ninguno de los libros tradicionalmente utilizados para la enseñanza de la Historia de la Psicología cumplían con estos fines, bien porque no cubrían todo el contenido previsto en el curso, bien porque su referente teórico o su propósito académico no correspondían al aquí diseñado. Por tanto, no es un libro de investigación histórica sino de enseñanza.
Un libro de texto no es una compilación de todo lo que la cultura científica ha producido en una temática dada, sino una selección intencional y ordenada de contenidos que determinados profesores consideran necesarios para la formación de un psicólogo. El lector profesional de la Psicología y por supuesto, el especialista en la investigación histórica de alguna de sus temáticas, no encontrará aquí una elaboración detallada que sirva a sus intereses, ni una fundamentación basada en investigaciones históricas: lo que encontrará será una selección breve de contenidos que la práctica social y científica de los psicólogos, sobre todo en Cuba, ha decantado y consolidado como parte relevante de la cultura histórica de la disciplina. Su carácter por tanto es de orientación más que de información, más de extensión en todas las líneas relevantes que de profundización en alguna de ellas. Este libro no es tampoco un “Panorama” de la Psicología Contemporánea, ni un material de actualización para los niveles posgraduados de enseñanza de la Psicología: en rigor la investigación histórica no aborda la actualidad por su propia definición.
El texto se concentra en mostrar las líneas históricas que fundaron la Psicología para contribuir a la formación básica de los psicólogos y no a una especialización en temas actuales.
Sin embargo, la cuestión más importante a abordar en esta introducción se refiere a los objetivos de este texto y más general, los propósitos y la necesidad de una Historia de la Psicología en el plan de formación de psicólogos. En mi experiencia docente he encontrado muchas veces cierto escepticismo e incomprensión acerca de las ventajas que ofrece el desarrollo de estos contenidos a la formación de los profesionales, en tanto se considera de forma inadecuada, como información obsoleta, curiosidad del pasado o puro enciclopedismo académico poco adaptado a la necesidad de actualización de los tiempos modernos. Una parte de la responsabilidad por este estado de cosas – afortunadamente no muy extendido en Cuba- depende de los propios profesores y diseñadores de los temas históricos en las ciencias, que presentan una visión más bien aburrida, poco atractiva de la historia, centrada en hechos, personas y fechas. La historia nunca es una secuencia cronológica de hechos y personas: es el sentido que el presente construye con esta secuencia para anticipar un futuro posible.
En el primer capítulo se abordan algunas dimensiones de la investigación histórica para justificar su urgencia. Además, en el caso de los psicólogos –y me atrevería a asegurar de cualquier profesional de las Ciencias Sociales- la historia de su ciencia, de ciencias afines e incluso de los contextos ideológicos que la hacen posible, tiene un valor personal y de formación imprescindible. Ayuda a aclarar los propósitos personales para dedicarse a una carrera que más que una profesión o un medio de vida es una forma de pensar y vivir, exige una implicación real. Supone un “conócete a ti mismo” que puede ser sorpresivo o desgarrador, y que esta materia pudiera facilitar al revelar las formas históricas en que las personas de otras épocas se han conocido y reconocido así mismas. Potencia también la práctica de “descentrarse”, ser capaces de extrañarse de la situación personal para comprender situaciones ajenas, como son las ideas y teorías psicológicas de diferentes épocas y tradiciones; en fin, diferenciar el “sentido común” del conocimiento, una cuestión vital para el psicólogo. Por último, actúa como un espacio integrador de los contenidos de la formación profesional, que generalmente se elaboran desde pensamientos diferentes.
Esta necesidad se basa también en una característica peculiar de la Psicología: no es aun una ciencia en el sentido que se le pudiera aplicar desde las Ciencias Naturales. Existen varias formas de pensar y hacer la Psicología, y hasta este momento no se ha encontrado un cuerpo estable de conocimientos y métodos que se pueda llamar inequívocamente y por todos los psicólogos, “la” Psicología. La historia permite comprender esta diversidad, su origen y desarrollo, las promesas de integración propuestas o incumplidas. De todas estas dudas y certezas a medias se ha construido esta ciencia, que más allá de discusiones doctrinarias y desencuentros profesionales parece ser cada vez más imprescindible en el mundo que se nos viene encima.
El libro está conformado de seis capítulos. El primero cubre el periodo de producción de ideas psicológicas referidas a la magia, el mito, la religión y la Filosofía. El segundo capítulo asiste a la fundación de la Psicología ya como ciencia y sus primeros programas de investigación. Los capítulos siguientes abordan las teorías y sistemas contemporáneos ordenados por su adscripción epistemológica y concluyen con un resumen crítico del alcance de cada propuesta. Coinciden con unidades temáticas del programa de estudio que pudieran completarse en el futuro con otros temas.
Sería inadecuado no identificar la posición teórica del propio autor, en tanto cualquier reflexión depende de este referente. La selección de contenidos, el análisis de los textos y su ordenamiento docente se hace desde el Enfoque Histórico-Cultural en la Psicología y por tanto, desde la posición epistemológica dialéctica e histórica de Marx. Sin embargo, he preferido evitar todo juicio condenatorio de las teorías que no se alinean con este pensamiento. Es mi criterio que solo el convencimiento personal puede garantizar una posición teórica auténtica por más que una autoridad, una tradición o un reconocimiento social apunten en una dirección definida; además, todo conocimiento que logró asegurar un lugar en la historia añade un grano de verdad a la ciencia y posee un valor propio. En consecuencia, la valoración de cada línea de pensamiento se hace desde su interior o desde su propia época histórica, y no desde una revelación de verdades absolutas.
Una mención aparte merece la bibliografía utilizada. En tanto libro de texto he preferido una solución poco usual: solo reseñar la bibliografía secundaria que ha servido de base a programas de formación en la temática histórica entre nosotros o que han resultado relevantes para la redacción de este texto. No se presenta una bibliografía extensa, ni actualizada. Esta confesión puede parecer arriesgada, pero está inspirada en una necesidad de formación profesional mínima, no en una formación académica que demasiadas veces se satisface en definir el valor de una obra por su lista bibliográfica, los autores reconocidos y las fechas recientes y no por su contenido real. En consecuencia, la bibliografía es escasa pero significativa. Al final del texto además de su presentación, se hace un comentario crítico de cada libro con el fin de orientar al futuro lector que desee consultarlo. No solo aparecen obras de historia propiamente dicha: se incluye otro tipo de textos que aportaron claridad y orden, al menos al pensamiento del autor, sin descartar las enciclopedias. También se incluyen textos y materiales de apoyo elaborados por autores cubanos que han sido de gran utilidad. La misma consideración se siguió con las citas: no se incluyeron citas textuales en ningún caso, aunque se mencionan los autores de los contenidos descritos. Cualquier señalamiento a los autores consultados aparece en el comentario final de la bibliografía.
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