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Habitos De La Mente


Enviado por   •  19 de Junio de 2014  •  1.487 Palabras (6 Páginas)  •  324 Visitas

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“HABITOS DE LA MENTE, VALORES Y ACTITUDES”

La educación en la ciencia debe contribuir al conocimiento de las personas de los valores compartidos de los científicos, matemáticos e ingenieros; el refuerzo de los valores sociales generales; la inculcación en los individuos de creencias informadas y equilibradas sobre el valor social de la ciencia, las matemáticas y la tecnología; y el desarrollo de actitudes positivas en la gente joven hacia el aprendizaje de estas disciplinas.

Conocimientos de los valores inherentes a la ciencia las matemáticas y la tecnología.

La ciencia, las matemáticas y la tecnología incorporan valores particulares, algunos de los cuales son diferentes en tipo o intensidad de los de otras empresas humanas, como negocios, leyes y artes. Para comprender aquellas disciplinas es esencial estar pendiente de algunos d ellos valores que las sustentan y les dan carácter, y que son compartidos por la gente que trabaja en los tres campos. Estos valores son evidentes en las recomendaciones presentadas en los tres capítulos sobre la naturaleza de la ciencia, las matemáticas y la tecnología de este informe, las cuales consideran la importancia de los datos verificables, las hipótesis que pueden someterse a prueba y la predictibilidad en la ciencia; de la prueba rigurosa y la elegancia en las matemáticas, y el diseño optimo en la tecnología.

Refuerzo de los valores sociales generales.

Desde el punto de vista cultural, la ciencia se puede considerar como revolucionaria y conservadora. El conocimiento que genera obliga en ocasiones a cambiar incluso a descartar creencias añejas sobre la humanidad misma y su función en el gran esquema de las cosas.

Las revoluciones que se asocian con Newton, Darwin y Lyell han tenido mucho que ver con el sentido de humanidad, lo mismo que con el conocimiento de la Tierra y sus habitantes. Además, el conocimiento científico puede sorprender, incluso causar problemas, especialmente cuando se descubre que el mundo no es como se percibe o como se desearía que fuera. Por ejemplo, el descubrimiento de que la Tierra tiene miles de millones de años (en vez de solo miles) de haberse formado. Tales hallazgos pueden ser tan angustiantes que puede tomar años –o la sociedad como un todo varias generaciones- adaptarse al nuevo conocimiento. Parte del precio que se paga para obtener el conocimiento es que este puede incomodar a la gente al menos inicialmente. Darse cuenta de la repercusión del desarrollo científico y tecnológico en las creencias y los sentimientos humanos, debe ser parte de la educación científica de cualquier individuo.

También es importante que las personas estén conscientes de que la ciencia se basa en los valores cotidianos aun cuando este cuestione el entendimiento del mundo y hasta la misma humanidad. De hecho, la ciencia es en muchos aspectos la aplicación sistemática de algunos valores humanos altamente reconocidos –integridad, diligencia, imparcialidad, curiosidad, apertura a nuevas ideas, escepticismo e imaginación –Los científicos no inventaron ninguno de estos valores y no son las únicas personas que los tienen. Pero el amplio campo de la ciencia incorpora y enfatiza dichos valores y demuestra en forma fehaciente cuan importantes son para el avance del conocimiento y el siniestrar humanos. Por tanto, si la ciencia se ensena de manera efectiva el resultado será reforzar tales actitudes y valores generalmente deseables.

La educación en la ciencia está en una posición privilegiada para apoyar estas tres actitudes y valores: 1.curiosidad. 2. Apertura a nuevas ideas. 3. Escepticismo informado.

Curiosidad. Los científicos crecen en la curiosidad igual que los niños. Estos entran a la escuela rebosantes de preguntas, sobre todo de lo que hay a la vista, y diferentes de los científicos solo en no haber aprendido y en cómo encontrar respuestas y observar con el objeto de detectar que tan buenas son esas respuestas. La educación de la ciencia que exalta la curiosidad y enseña a los niños como canalizar en forma productivas sirve tanto a los estudiantes como a la sociedad.

Haciendo un balance, estas disciplinas han mejorado la calidad de la extensión humana. Y los estudiantes deben convertirse en partidarios decididos de ellas. Pero puestos que la ciencia por si misma estima en muchos el pensamiento independientes se infieren que los maestros deben intentar simplemente adoctrinar a los alumnos para ser defensores acríticos de la ciencia más bien deben asumir la posición de que al alcanzar las metas recomendadas en este informe, los estudiantes obtendrán puntos de vista equilibrados del valor de la ciencia, las matemáticas y la y tecnología, en vez de ser partidarios u opositores críticos.

Las escuelas pueden ser capaces de modificar esta situación alrededor de sí mismas, pero son esenciales para cualquier esperanza realista de hacerlo. Es con la fuerza del profesorado que se impulsan las actitudes positivas entre los estudiantes; si eligen temas significativos, accesibles

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