Investigación y docencia en la universidad

Investigación y docencia en la Universidad

Para abordar el tema de la investigación y docencia en la Universidad, vamos a comenzar por plantear la interrogante: ¿Cuáles son las funciones específicas de la Universidad?

Esta es una pregunta que se presta a controversia, pero pensamos que no habría demasiada discusión si decimos que la Universidad es una institución que procura transformar a quien pasa por ella, tanto estudiantes como docentes, en seis aspectos principales:

El primero, es que procura entrenar a los estudiantes docentes e investigadores, unos con más experiencias que otros, a resolver problemas. Este entrenamiento es el que prepara al educando a enfrentar situaciones que dejarían relativamente indefenso, si no perplejo, a alguien que no ha recibido esa información. Los docentes junto con los estudiantes procuran crear una atmósfera donde la aparición de un problema nuevo sea una razón para poner en movimiento los “engranajes de la cabeza, en lugar de cerrar los ojos y taparse los oídos para no alterar los esquemas, particulares o generales, asumidos hasta ese momento.

El segundo, es que procura enseñar a plantearse problemas pertinentes acerca de la realidad que nos rodea, especialmente con el enfoque de la disciplina cultivada en cada caso.

El tercero, es que procura formar e informar en y sobre los conocimientos ya establecidos por los que cultivan la disciplina de la que se trate.

El cuarto, es que procura integrar el conocimiento parcial de cada disciplina en un contexto más general que permita ubicarlo en relación a otros conocimientos.

El quinto, es que procura mantener a su personal profesoral entrenado para que pueda cumplir con los cuatro enunciados anteriores, lo cual requiere que ese personal lleve a cabo una labor de sistematización de conocimientos y de búsqueda de nuevos conocimientos, así como de aplicaciones posibles de conocimientos ya establecidos.

El sexto y último, es que procura relacionarse con el resto de la colectividad en labores de asesoramiento técnico y científico en atención a los problemas de importancia, o de urgencia, para la sociedad, que requieran conocimiento especializado, o bien resolución de problemas nuevos, sean estos modestos o no, así como de divulgar aquello que se considere de importancia de manera de elevar el nivel de conocimientos generales de la colectividad.

Al releer estos seis aspectos, parece una tarea formidable cumplir con todos ellos. Sin embargo, el asunto no es si se cumple o no, sino de enunciar claramente cuales son las funciones de una universidad entendida como una institución que funciona de acuerdo al nivel logrado por las mejores, cualquiera que sea el país donde se encuentren. Luego sería interesante examinar cuales de estos seis aspectos cumplen las universidades que existen, por ejemplo, en Venezuela, o más específicamente, en la Universidad de los Llanos Occidentales “Ezequiel Zamora”.

Una vez que hemos enunciado las funciones que consideramos medulares de la universidad pasaremos a analizar la manera como esta institución se relaciona con la sociedad a la cual pertenece. Analizaremos los cuatro rasgos generales de esta relación que, según consideramos, caracterizan mejor a la misma.

Rasgos generales de la relación entre la universidad y su entorno

a) La universidad en relación a la sociedad es simultáneamente un emisor y un recolector de la gran diversidad que existe en el medio que la alberga. Emite hacia la sociedad donde está inserta gente con diversos entrenamientos para resolver problemas; también emite ideas, reflexión, enfoques, críticas, proyectos globalizantes, política, politiquería, dogmatismo, antidogmatismo, piedras y gritos para la policía, y otras cosas conocidas. Por otro lado, la universidad también recolecta del medio que le rodea una gran diversidad de insumos.

b) El segundo rasgo general de la Universidad en su relación con la sociedad que nos parece de importancia es la de funcionar como una especie de resaltador de la “cara explícita de la sociedad”.

Toda sociedad tiene un lado explícito y uno oculto. El explícito está formado por todo aquello que la sociedad considera que la define en relación a otras sociedades de acuerdo a su código de valores. Lo que ella comparte y lo que la singulariza en relación a otras sociedades, de acuerdo a ese código, configura, por decirlo en pocas palabras, su “cara explicita”. Hay, por otro lado, características de esa misma sociedad que ella oculta cuando las percibe, o que recibe defectuosamente, y que configuran lo que podríamos llamar su “cara oculta”.

c) El tercer rasgo general que consideramos de la universidad es el de funcionar como una especie de “revelador de la cara oculta de la sociedad”.

La “cara oculta de una sociedad” no es la que no se ve de la misma, sino la que ésta no desea ver y por ello oculta, la mayoría de las veces sin éxito. Al contrario, con ese deseo de ocultar muchas veces lo que logra es resaltar aún más lo que en su deseo debería permanecer velado.

d) El cuarto

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