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LA EDUCACIÓN. EL TRASFONDO Y SUS FINES

ignarototal9 de Septiembre de 2011

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ENSAYO: LA EDUCACIÓN. EL TRASFONDO Y SUS FINES

INTRODUCCIÓN

Debido a que el hombre, para poder subsistir, debe vivir en comunidad para procurarse los medios que satisfagan sus necesidades, en este sentido se le considera como un ser social Ahora bien, desde que se genera el proceso de hominización hasta la actualidad, este ser social se ve obligado a interactuar con su entorno natural y social, razón por la cual no sólo va arrancando los recursos naturales para alimentarse, vestirse, protegerse de las inclemencias del tiempo, etc., sino que también realiza una aprehensión de esa realidad circundante, es decir, se apropia de su entorno al producir un conocimiento del mismo, el cual es trasmisible a sus iguales, y, al mismo tiempo, va perfilando su cosmovisión

De esta manera, desde la época de la barbarie el hombre trasmite sus saberes a sus descendientes, primero lo hace de manera directa, en el proceso mismo de la obtención de la alimentación y otros elementos de subsistencia, posteriormente se va escindiendo (como resultado del desarrollo de las fuerzas productivas) la actividad propiamente económica de la trasmisora de conocimientos, por lo mismo, va surgiendo un grupo de personas que monopoliza la producción del conocimiento y la trasmisión del mismo, lo cual les permitía ejercer un poder dentro de la sociedad (recordemos a los sacerdotes-escribas del antiguo Egipto); con el desarrollo del movimiento filosófico y cultural del siglo XVIII denominado Ilustración y sus repercusiones se plantea la “masificación” de la trasmisión de los conocimientos, ¿Qué ha cambiado?, ¿Porqué cambió? ¿El monopolio del saber ya no implica el control sobre la sociedad?, ¿Cuál es el propósito de la enseñanza?

PARA QUÉ Y POR QUÉ EDUCAR

El ser humano se ha organizado, históricamente, de distintas maneras para satisfacer sus necesidades y, por lo mismo, de acuerdo al desarrollo de las fuerzas productivas (medios de producción y fuerza de trabajo), se han conformado diferentes sistemas sociales en los que se pueden identificar una estructura económica y una superestructura ideológica y jurídico-política, las que mutuamente se van influyendo sin que una determine a la otra de manera abierta. Aquí se puede observar la escisión producción de bienes y la trasmisión de saberes, la primera se ubica en la estructura económica, mientras que la segunda se ubica en la parte superestructural del sistema social. Pero, cabe cuestionarse respecto el PARA QUÉ trasmitir conocimientos, POR QUÉ es necesario ir conformando y reproduciendo un proceso de aprendizaje en los niños y jóvenes.

Lo anterior nos lleva a plantear que al nacer un niño (o, en sí, una nueva generación) se debe integrar a la sociedad en cual le ha correspondido nacer, tal integración implica que asuma como propia la cosmovisión prevaleciente en ese conglomerado humano, así como incorporarse al proceso productivo. Este proceso de integración o incorporación es conocido comúnmente con el nombre de socialización, otros prefieren denominarle eufemísticamente humanización, tal es el caso de James Bowes quien sugiere el uso de este último término pues, como él mismo menciona, el concepto socialización se puede interpretar como “conformidad social” No obstante, considero que la incorporación al grupo social implica aceptar normas establecidas previamente al nacimiento del nuevo miembro, con esto no estoy descartando la posibilidad real de que dicho miembro vaya realizando modificaciones (perceptibles o no) pues es parte de su condición racional y humana la modificación de su entorno en forma consciente, esto lo vuelve diferente del resto del mundo animal.

Independientemente del concepto con el cual se le designe, a ese proceso de aceptación del orden social existente, resulta indiscutible que se inicia desde la más tierna infancia con la familia hasta que el nuevo miembro acepta como propias las formas de conciencia social y llega a promoverlas (si no acepta, en lo general, las pautas sociales se expone al rechazo y la segregación social) No obstante, la institución familiar no es suficiente para lograr que el niño acepte como propio al grupo o comunidad con todas sus formas de convivencia, por tanto este proceso de integración tiene su continuación en la institución escolar donde inicia su educación formal, sistematizada, su formación o preparación académica necesaria para facilitarle la incorporación al ámbito sociopolítico y económico, o como dice Coll, con relación a la educación escolarizada: “promueve el desarrollo personal de los niños y las niñas… facilitando el acceso a los saberes y formas culturales del grupo social al que pertenecen, es decir, promoviendo la realización de aprendizajes específicos” En este sentido la educación forma parte de la socialización del niño puesto que lo prepara para la vida en comunidad, de ahí que Bowes identifique la educación con humanización y recomienda evitar el uso de conceptos como instruir o enseñar para referirse a la educación.

Ahora bien, ya sea que utilicemos el concepto socialización o el de humanización, educación o instrucción, debemos reconocer que aquí nos estamos moviendo en el mundo referido por Karel Kosik, el de “la pseudoconcreción [que]…es un clarooscuro de verdad y engaño” , el mundo de las apariencias fenoménicas, sin que lleguemos a la esencia que se muestra y oculta, simultáneamente, en toda manifestación fenoménica de la realidad. Esto significa que al referirse a la educación como una acción para que el niño (o la generación nueva) acepte y se someta a las condiciones sociales e históricas de explotación, pero nos quedamos con la idea de que se está preparando a los niños y jóvenes para que puedan vivir mejor pero en el trasfondo lo que se pretende es educar o formar mano de obra capacitada para que eleve su productividad y, por ende, genere más riqueza (la cual pasa a ser propiedad de la clase social dominante) Por tanto, al hablar de socialización o humanización y quedarnos con esa apreciación inicial, no buscamos encontrar la esencia tras la apariencia, de esta manera se evade la posibilidad de comprender el verdadero sentido de la educación como manifestación de la ideología dominante que busca, a través de la escuela, que los estudiantes desarrollen habilidades (dominio de la técnica y del conocimiento) y, al mismo tiempo, aprenda normas de comportamiento acordes a la división social del trabajo y al orden social establecido en un momento histórico determinado y que, por lo mismo, no cuestionen las condiciones de explotación que se generan al darse una producción social pero una apropiación privada del producto, se busca la educación para elevar la explotación no para que san conscientes de la enajenación existente bajo relaciones sociales basadas en la propiedad privada de los medios de producción.

Aunque sin profundizar en la dirección de considerar al proceso educativo como parte del proceso mismo de la ideologización, tenemos que para DelVal, citado por Coll , la educación tiene un papel enormemente conservador…contribuye poderosamente a mantener el orden social haciendo que la sociedad cambie lo menos posible con el sucederse de las generaciones. Esto es un tanto coincidente con el concepto funcionalista de Émile Durkheim sobre la educación al considerar que ésta tiene la función de adaptar a los niños (y a las generaciones jóvenes) al medio social, es decir, que lo convierta en una persona “útil” para la sociedad, que se dedique a conservarla, que preserve las condiciones sociales, por ello plantea que la educación es la influencia de una generación adulta sobre una generación joven De acuerdo con esto, la educación tiene la función o finalidad de que las condiciones sociales no cambien, luego entonces, la escuela es una institución conservadora de la sociedad.

De acuerdo a lo planteado hasta ahora y partiendo de que la educación es conservadora (se acepte como tal de manera abierta o se le disfrace con eufemismos), cabe cuestionarse si siempre ha sido así y, si la respuesta es no, se precisa responder al porqué cambió, qué la hace cambiar. Para responder a esto debemos considerar que desde el surgimiento de la humanidad, hasta la fecha, el hombre se ha organizado de diferentes maneras para la producción de los bienes que satisfagan sus necesidades; en este sentido, al interactuar con su realidad circundante se ha visto en la necesidad de explicarse los fenómenos de su entorno y, por lo mismo, ha generado conocimientos, mismos que ha ido trasmitiendo a las nuevas generaciones. Consecuentemente, los saberes e ideas de la humanidad han estado determinados por las condiciones materiales de vida, es así como durante la denominada comunidad primitiva los saberes están estrechamente vinculados a la actividad de caza, recolección y pesca, de igual forma, la trasmisión de los mismos conocimientos se produce en la actividad proveedora de alimentos, vestido y morada, así “La escuela era la aldea”

Al surgir las divisiones sociales del trabajo y con la generación del excedente económico, se asiste al surgimiento de la división clasista de la sociedad, los medios de producción, incluso el conocimiento y su trasmisión, pasan a constituirse en propiedad privada, por lo mismo, “El saber de la comunidad es expropiado y presentado nuevamente a los excluidos del poder, bajo la forma de dogmas, prohibiciones y órdenes que es necesario memorizar” para preservar el orden social establecido por la clase dominante. Pese a ello, la enseñanza de los conocimientos sigue marcada por su finalidad pragmática y su carácter tradicionalista

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