La Indisciplina

LA INDISCIPLINA.

Se consideran actos de indisciplina todas las acciones, palabras, actitudes, gestos y reacciones que contrarían las normas disciplinarias vigentes en un centro de enseñanza, o que representan atentados contra la moral, la autoridad, el orden, el espíritu y las tradiciones de la institución.

No hay duda de que los actos positivos de indisciplina, principalmente cuando son intencionales y frecuentes, son perjudiciales a la moral de la escuela y se oponen frontalmente a los propósitos educativos que son la propia razón de ser de esos establecimientos. Deben, por consiguiente, ser combatidos y eliminados. Pero estos actos de indisciplina son, casi siempre, consecuencias inevitables de condiciones y factores desfavorables que están actuando sobre el psiquismo de los educandos, amenazando desintegrar su personalidad y desajustarlos a la vida escolar. Importa, pues, que se encuentre la atención de los educadores sobre estos factores para eliminarlos o atenuarlos, antes de recurrir a sanciones o medidas punitivas más drásticas.

La falta de conformidad con las normas de disciplina vigentes en los colegios se puede atribuir también, en muchos casos, a la inmadurez de los alumnos: su inteligencia no está todavía en condiciones de comprender las razones más profundas que dictan las normas vigentes; su poca experiencia no les permite aún prever y calcular las consecuencias de todas sus palabras, actos y actitudes; su poca edad no les hace posible todavía desarrollar el control mental necesario para una conducta reglada y satisfactoria.

“La indisciplina en el aula es un factor bastante frecuente en todas partes del mundo, lo que marca la diferencia es la capacidad del docente de mantener el orden”. Aunque en ocasiones aparecen casos en los que el alumno de un grupo sin importar que maestro les imparta la materia continúan con sus prácticas indisciplinarías, con la cual pueden influir muchos factores que propicien esta actuación, como pueden ser:

• Falta de límites en su ambiente familiar.

• La familia, su entorno o el niño está pasando por un periodo de severas dificultades.

• Falta de límites en la escuela.

Si como futuros docentes buscamos el desarrollo exitoso de nuestros alumnos mediante el equilibrio de las fuerzas que forman su personalidad , pero si nadie se hace cargo de equilibrar sus impulsos , en la adolescencia se hacen más notorios y amenazan con la violencia , atropellando el interés que otros tienen en el aprendizaje“ la adolescencia es un periodo fundamental en el crecimiento físico, psíquico, social y sexual de todos los seres humanos, estos atraviesan en esta etapa una serie de desequilibrios e inestabilidades extremas” ; desde el principio el alumno debe tener claro que tiene la obligación de observar un comportamiento apropiado para no generar confrontaciones futuras con los otros actores del proceso enseñanza - aprendizaje.

Miguel Hidalgo Castro (2014). ”Individualmente la actividad preferida que sobrepasa en los niños es el juego, además de que su carácter lúdico es fundamental en la formación para el aprendizaje”.

Considero que es una buena idea trabajar con nuestros alumnos con juegos, dinámicas entre otras cosas pero hay que dejar en claro que en todo eso hay reglas las cuales debemos acatar, por el contrario habrá un castigo, ya que la indisciplina es uno de los principales factores que se presentan al momento de ponerles una actividad donde necesiten aprender de una manera diferente y divertida. Uno de los factores importantes para el niño son los padres de familia, cuando tenemos un sujeto indisciplinado por falta de límites en su ambiente familiar, este tipo de conductas y los problemas de indisciplina escolar puede observarse que derivan de la crisis de autoridad familiar, de abandono de los padres y renunciando a educar con valores y respetar la escuela, dejando totalmente en manos de la escuela la educación de sus hijos, y estos padres se desentienden al no dar un seguimiento al comportamiento de sus hijos no tomando las medidas disciplinarias en el momento oportuno hace que la conducta sea cada vez más agresiva y peligrosa.

Es la familia la que debe de educar a sus hijos desde los primeros años para que estos observen estos principios y cuando lleguen a la escuela no hagan del papel del profesor un domador de niños , la escuela y el maestro requieren de alumnos aceptables y que sepa que hay que respetar, que no hay que agredir ni física ni verbalmente, cuando un niño no lleva los conocimientos básicos de lo que es el respeto y los padres no lo hacen comprender que la educación es la única oportunidad que tendrá para hacerse de un capital cultural que le será de gran utilidad en el futuro y su buen desempeño social, la escuela por si sola se le dificultará esta tarea , y esta es una causa común de indisciplina que lleva muchos problemas a la escuela , debido a que al llegar a casa encuentran en el lugar de honor no al adulto que le guiará sino un televisor que le quita la autoridad a los padres y mal forma el carácter del niño y este al no tener modelos que imitar se deja influenciar por los diferentes temas que el televisor le brinda, ante este panorama es frecuente que las escuelas se encuentren con este tipo de alumnos y el maestro tendría que aplicar los correctivos necesarios y es harto frecuente que cuando se aplican estos, esos padres desinteresados de sus hijos son los primeros que reclaman el tratamiento que se les da al hijo, descalificando la medida disciplinaria impuesta por la escuela, si es de expulsión a veces lo toman con alegría porque significa unas mini vacaciones, predisponiendo al hijo para continuar con su desordenada conducta.

Joan Dean (2014) dice “parte de la tarea del profesor es encontrar formas de motivar a todo niño del grupo y que el material empleado estimula al niño y lo incita a trabajar mejor”.

Ésta cita me ayuda a comprender que aunque los padres de familia, no les den los valores necesarios a sus hijos para poder desempeñarse de una buena manera en todos los ámbitos en los cuales el niño se encuentre, el maestro debe de estar al pendiente para poder motivar a ese alumno negativo, que nunca participa y siempre empieza el desorden, para que sepa que si puede hacer las cosas, que es cuestión de que cambie poco a poco sus hábitos, el docente nunca debe desesperarse ante situaciones como éstas pues habrá muchos alumnos que se comportarán de esa manera y depende de nosotros poder buscar las estrategias para que el alumno no sea tan indisciplinado.

Desde mi punto de vista, la escuela debe ser incluyente

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