La escuela como ámbito para el fortalecimiento democrático

PROVINCIA DE BUENOS AIRES

DIRECCIÓN DE CULTURA Y EDUCACIÓN

DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR

INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE Y TÉCNICA N°149

TRAMO DE FORMACIÓN PEDAGÓGICA PARA TÉCNCOS Y PROFESIONALES

CÁTEDRA: Psicología del Desarrollo y el Aprendizaje I.

DOCENTE: Karina Staricoff.

TRABAJO PRÁCTICO DE INVESTIGACIÓN.

INTEGRANTES: Franco Caruso, Javier Fantini, Mercedes Mateu, Claudio Escalada, Patricio Kenny.

LA ESCUELA COMO ÁMBITO PARA EL FORTALECIMIENTO DE LA DEMOCRACIA

El rol de la escuela en el abordaje de la pluralidad.

INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo nos proponemos indagar en torno a los procesos de aprendizajes que se desarrollan en las instituciones educativas generados en la pluralidad de cosmovisiones que, sostenemos, conviven en dicho entorno. Para ello nos sustentaremos en la noción de Interiorización elaborada por Lev Vygotsky.

Partiremos de dicha hipótesis para luego indagar sobre cuál es el abordaje del trabajo en ese ámbito repleto de pluralidad propuesto por la escuela.

Sostendremos que la convivencia en una pluralidad de cosmovisiones posibilitada por la estructura escolar es un ámbito propicio para el aprendizaje de las prácticas democráticas pero que, sin embargo, la institución escuela aún hoy aborda la relación de aquellas pluralidades desde la noción de igualdad y no tanto desde la idea de diferencia.

Por lo que este trabajo de investigación pretende constituirse en un pequeño aporte para echar luz sobre dicha temática, harto difícil de abordar en su integridad. En otras palabras, pretende ser una contribución para comprender mejor el sentido que docentes y alumnos le dan a las prácticas educativas.

Nuestro método de investigación se basó en la elaboración de dos encuestas realizadas a un total de 133 personas entre docentes y estudiantes del nivel medio, durante el mes de marzo de 2017, mediante formularios de Google.

MARCO CONCEPTUAL

Entendemos que los entornos educativos se vuelven trascendentales a la hora de pensar los procesos de aprendizaje porque, siguiendo a Lev Vygotsky, el encuentro con los otros es fundamental en el desarrollo de la subjetividad de los individuos.

De este modo partimos del concepto de interiorización desarrollado por Vygotsky, para dar cuenta de la importancia de la relación con los otros. Entendemos por interiorización al proceso que implica la transformación de los fenómenos sociales en fenómenos psicológicos, por medio del uso de signos y herramientas. El proceso de interiorización es, así, una serie de transformaciones progresivas internas, originadas en operaciones o actividades de orden externo, mediadas por signos y herramientas socialmente construidas.

Según el autor citado, toda función aparece dos veces en el desarrollo cultural del niño: primero en el nivel social, y más tarde, en el nivel individual. Primero entre personas y, después, en el interior del niño. Es un recorrido dialéctico que va desde lo interpsicológico a lo intrapsicológico, para luego volver a la interrelación con los otros. De este modo, para Vygotsky todas las funciones psicológicas se originan como relaciones entre seres humanos.

En una primera etapa, el desarrollo de este fenómeno de interiorización se presenta cuando el sujeto interactúa desde su nacimiento con sus congéneres, en un medio familiar y escolar sociocultural específico. Estas experiencias que comparte con su entorno, poco a poco se van constituyendo en procesos mentales.

El proceso de interiorización es dialéctico, por lo que se inicia en la sociedad para luego retornar a ella, aunque en un estadio de desarrollo superior. Por lo que es un proceso totalmente diferente a la reproducción, copia psíquica o mera transferencia de la realidad externa. No es una simple copia o reflejo interno de la realidad externa, transformación mecánica de algo externo en interno, sino que es un proceso donde el plano interno preexistente del sujeto se transforma a partir de la transferencia de una actividad externa.

El proceso de interiorización “debe describirse (…) como un proceso de reorganización de la actividad psicológica del sujeto como producto de su participación en situaciones sociales específicas.” (Baquero, 1996: 42)

De este modo, al igual que Vygotsky, entendemos a los procesos de interiorización como creadores de la personalidad, de la conciencia individual y social.

Por último, también adquieren importancia los lineamientos teóricos del constructivista David Paul Ausubel, y su concepción sobre el Aprendizaje Significativo. En este recobran importancia los fenómenos que se dan en el ámbito áulico, en la interacción del sujetos con los otros (esos otros significativos del medio social: alumnos, docentes, etc.), ya que para el autor el conocimiento surge a partir de conjugar aquello que el sujeto previamente ha adquirido del medio familiar, cultural y social (ideas de anclaje o subsumidores) con lo que el medio educativo brinda. Dicho en otros términos, la adquisición del conocimiento se produce a partir de una síntesis entre el conocimiento previamente adquirido por el alumno y el nuevo conocimiento que surge de la interacción con los sujetos del medio educativo. En una palabra, una conjugación entre lo nuevo y lo viejo.

En esa inteligencia, esta concepción teórica puede ser desarrollada en toda su magnitud si en el aula se priorizan las prácticas democráticas; el respeto por el otro, por ese otro distinto que no piensa igual que yo y que es respetable (y hasta esperable) que así sea. En definitiva, el conocimiento se adquiere en un proceso dialectico en donde la opinión del otro sirve para la construcción del conocimiento propio y viceversa. Como dos caras de una misma moneda, el poner en práctica esta concepción favorece, a su vez, la proliferación de las prácticas democráticas, en un proceso de retroalimentación o ayuda mutua entre las prácticas educativas democráticas y los esbozos teóricos del autor.

APRENDIZAJE DEMOCRÁTICO

Entendemos que la escuela es una institución que se halla inserta en un determinado contexto político y social (es una práctica social regulada, con contenidos pedagógicos previamente delineados a través del diseño curricular, donde los contenidos además son planificados por los docentes), en el que el sistema de gobierno imperante es la democracia, a la que Abraham Lincoln definió como “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, es decir, aquel donde el poder radica en el pueblo, en el derecho de elegir y controlar a los gobernantes.

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