La televisión como medio dominante ante una audiencia sensible

1. MARCO TEÓRICO

1. La televisión como medio dominante ante una audiencia sensible

Como un medio de comunicación dominante frente a otros, la televisión se identifica dentro del siglo XXI, como un elemento influyente en el desarrollo cultural y social en las audiencias. De hecho, según Avendaño (2011), en muchos países del mundo, se constituye como un medio básico en el cual los individuos se divierten, informan y aprenden. Asimismo, es accesible para sujetos con recursos materiales que superan sus necesidades inmediatas, pero también para otros también para otros que apenan sobreviven (p. 10). Siendo así, la televisión tendría la posibilidad de contribuir, cultural y socialmente, con muchas familias que se encuentran frente a esta pantalla durante su vida diaria.

Con la llegada de las nuevas tecnologías, el consumo de los nuevos aparatos tecnológicos ha aumentado en creces, desplazando la atención de los usuarios hacia un nuevo mundo digital. En la actualidad, los teléfonos inteligentes, tabletas, laptops, redes sociales, plataformas interactivas y otros se encuentran en su época de apogeo gracias a su innovación y originalidad. Además de ello, los medios también se encuentran adaptando sus características a las exigencias del mercado digital. Por ejemplo, los periódicos del Perú ya cuentan con su portal web para que los usuarios puedan leer el mismo diario desde su dispositivo.

Frente a los medios tradicionales, los denominados “nuevos medios” están tomando un rol importante en la vida cotidiana de las audiencias, que desde temprana edad parecen ser expertos conocedores de estos  temas digitales. No obstante, Torrecillas (2012) expone que no se puede desatender a la pantalla chica que, a pesar de su edad, sigue ocupando un espacio prioritario en las prácticas mediáticas de los menores en los hogares (p. 136). Aunque si bien es cierto, los nuevos medios podrían desplazar a los tradicionales, la televisión ha logrado mantenerse dentro del mercado gracias a sus particularidades como su naturaleza audiovisual, accesibilidad y credibilidad. Gracias a ello, este medio no ha perdido protagonismo en los hogares.

Entonces se podría decir que la televisión sí se percibe como un medio, aún, dominante frente a otros ya que tiene la capacidad de permanecer junto a las audiencias, incluso en el actual mercado que dispone de usuarios exigentes. Quiroz (2011) dice que la televisión puede permanecer prendida muchas horas y solamente ser escuchada, como también ofrece textos que acompañan a las imágenes y los sonidos (p. 36). De este modo, este medio tiene el poder de influenciar en sus telespectadores que se encuentran expuestos a su contenido constantemente.

Por otro lado, se reconoce que cada audiencia según su segmentación presenta distintas características que podrían alterar la influencia televisiva debido a sus diferentes percepciones. En el caso propuesto por el presente estudio, la audiencia infantil de niños pertenecientes a la escuela primaria se muestra como vulnerable y sensible frente a la televisión ya que se encuentran en una etapa decisiva para su formación moral, cognitiva y social. Dicho esto, la televisión podría influir en niveles más altos en la audiencia infantil que en otras audiencias maduras, por cuestiones naturales como la inocencia, la ingenuidad y sensibilidad que los niños poseen.

Es así que, se ve necesario velar por la protección de los menores con respecto al uso de la televisión, evitando posibles efectos a largo plazo que podría causar cierto contenido expuesto en la programación televisiva. A la vez, asegurarse de que el entorno comunicativo de los niños de la escuela primaria influya de manera positiva en su desarrollo.

1. La televisión como un medio de culturización

Desde hace mucho, el cuestionamiento sobre el propósito principal de la televisión en la sociedad, ha sido un tema que ha abarcado varios debates y estudios. Si bien es cierto, este medio cumple la función de informarnos a través de programas especializados que buscan sucesos noticiables para mantener a la población a la vanguardia de lo que sucede a nivel local y global. La televisión, también, dispone de varios programas clasificados por categorías, que se emiten a partir de horarios. En ese sentido, se difunden programas con el fin de entretener o enseñar a través de distintos géneros televisivos como  informativos, culturales, de ficción, deportivo y entretenido.

A raíz de la clasificación de los programas por géneros televisivos, se cuestiona la existencia de la televisión basura, pues al fin y al cabo no produce ningún beneficio para los telespectadores, a diferencia de otros programas que disponen de fines específicos. Es así que, al observar el potencial de la televisión, como un medio de comunicación importante, la sociedad conocedora exige un contenido enriquecedor que contribuya con la culturización de las personas en casi todo aspecto.

Las preocupaciones suscitadas debido a este medio fueron generadas por el dominio que podría ocasionar la televisión en la mente sus receptores, sobre todo si nos referimos a un público infantil. Este mismo, según Torrecillas (2012), puede ser un gran factor de cambio, como fuente de influencia sobre la percepción de la realidad o en la adopción de actitudes y valores (p.136). Es por ese motivo que se considera que este medio sirve como elemento que culturiza a sus receptores según lo que transmite. Además, al ser un elemento comunicativo con un alto nivel de poderío ante sus audiencias, su más sensato deber sería promulgar contenido útil y conveniente.

Del mismo modo, y como dice Montero (2006), la influencia de este medio en la vida de las niños genera paradigmas “mediante la captación, la remodificación y la proposición de valores, símbolos, rituales y formas de interacción convertidos en modelos que cabe imitar” (p. 19). En ese sentido, la televisión como medio de comunicación si ocupa un lugar importante, pues contribuye al desarrollo de la cultura de cada persona, en especial si el receptor es menor de edad. No obstante, la culturización de las personas ha ido evolucionando con el paso de los años, alterando el significado preciso del término cultura y qué se entiende por ello. A esto, debemos agregarle las apreciaciones de Vargas Llosa (2012) en su escrito “La civilización del espectáculo”, quien expone que “para la nueva cultura, lo esencial es la producción industrial masiva y el éxito comercial” (p.10). Asimismo, prima el entretenimiento y espectáculo dentro de su gama de valores. Aquellas declaraciones podrían explicar el porqué de la permanencia de los programas basura en señal abierta, ya que finalmente no son nada provechosos para los receptores.

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