Licenciatura en Ciencias de la Educación

[pic 1]La Reforma Educativa

Mariela Beatriz Ramírez González

Legislación Educativa

Licenciatura en Ciencias de la Educación

Miguel Pérez León

C002

Villahermosa, Tabasco a 12 de Abril de 2016

Citando a Benito Juárez “…La educación es fundamental para la felicidad social; es el principio en el que descansan la libertad y el engrandecimiento de los pueblos.” Pero, ¿Cuáles son las condiciones que permitirían alcanzar esa educación que idealizaba Don Benito?

La educación ha sido vista como el único medio por medio del cual es posible el progreso saludable de nuestra nación, tanto en la cuestión cultural, económica, industrial e incluso individual de cada uno de los mexicanos. Y tal vez haya un poco de cierto en esto, pero hay otros factores que entran en juego al momento de pretender llevar al pleno desarrollo a una nación que en sus más altas esferas políticas y sociales se encuentra plagada de corrupción.

La Reforma Educativa surge del “Pacto por México”, alianza realizada en conformidad entre los tres actores políticos más representativos de la Nación, El Partido Revolucionario Institucional, El Partido de la Revolución Democrática y el Partido Acción Nacional, quienes, en apariencia pretenden establecer el camino y las pautas que permitan el avance de México dentro de una sociedad globalizada que está en evolución dinámica constante y demanda la preparación, y acción, de las naciones para un desarrollo igualitario.

Cierto es, que en mención de lo anterior, el país se ve en envuelto en una necesidad apremiante de reconstruir sus cimientos en cuestiones educativas, analizar los planes y programas, cuestionarse lo que es útil y lo que no y reestructurar las teorías. Bien, todo esto es importante, pero también se debe analizar a esos actores, al recurso humano que se encuentra, no solo dentro del aula o las instituciones educativas, sino a todo el personal que se encuentra envuelto dentro de la dinámica educativa.

Básicamente, la reforma ha señalado al docente como el único responsable de la crisis educativa que vive México, y aunque sí, bastante parte de la responsabilidad cae sobre ellos, lo cierto es que el maestro no es un factor exclusivo dentro del desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje, la infraestructura física también lo es, aulas, baños, patios, etc., los programas de enseñanza, los contenidos curriculares, y la participación de los padres también lo son. Es comprensible entonces la molestia del gremio magisterial al ser acusado como eje principal determinante del fracaso del sistema de educación nacional.

Los planteamientos establecidos dentro de la reforma son esencia, buenos, e incluso serían funcionales si se pudieran establecer estrategias de procesos dentro de las instituciones educativas y gubernamentales. Como primer punto, la reforma pretender conceder autonomía a la escuela en materia de “autogestión”, que se ha visto reflejado en cuestiones como el de permitir que cada escuela establezca su propio ciclo escolar, ya sea de 185 o 200 días, esto básicamente solo influye en las horas trabajadas por día, pero no representa un mayor impacto a casi dos años de la entrada en vigor de dicha ley. La estrategia también pretende aligerar las cargas administrativas de las autoridades escolares, aunque hasta ahora no está claro el proceso que se seguirá para alcanzar dicho objetivo.

En segundo punto la reforma contempla el SATE, como un apoyo técnico a la ejecución de las labores docentes, revisar programas, estrategias y ejecuciones con el fin de colaborar para el logro de un mejor desempeño por parte de los maestros. El SATE pretende garantizar por medio de su colaboración que el docente cuente con tiempo dentro de la misma institución para realizar sus labores de planeación de clases, aunque esto en práctica mermaría, el ya de por si corto tiempo que los niños usan efectivamente en actividades educativas. Dicha función se supone, se debía llevar a cabo por el ATP (Asesor Técnico Pedagógico) que es una cargo auxiliar de la supervisión escolar, lo que nos indica que la estrategia ya existía, pero no se ponía en marcha.

“La Reforma fomenta la participación de los padres de familia. Al ser los principales responsables de la educación de sus hijos…” Más que fomentar, la reforma educativa debería asegurar el involucrar a los padres dentro de las actividades educativas, no solo como observadores o como comités de organizaciones dentro de la escuela, si no como agentes de la comunidad educativa que involucra tanto a maestros, personal administrativo y alumnos como a los padres. Hacerlos conscientes y participes dentro de la dinámica educativa asegurará una formación integral de los alumnos en cada ámbito de sus vidas.

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